Alan Kurdi | “El mundo todavía no ha entendido el mensaje de su muerte”

Abdullah Kurdi ha tratado de rehacer su vida bajo la tragedia que cobró las vidas de sus hijos Alan y Galip y de su esposa, cuando huían de la guerra en Siria

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Crédito: BBC

Hace cinco años una de las imágenes más impactantes de la crisis de migrantes en Europa dio la vuelta al mundo: en ella, el cuerpo de un niño sirio de tres años yacía bocabajo en la orilla de una playa en Turquía.

Su nombre era Alan Kurdi y se había ahogado junto con su hermano y su madre en un intento por llegar a Europa huyendo de la guerra en Siria.

Su padre Abdullah sobrevivió la tragedia y ahora vive en la ciudad de Irbil, región de Kurdistán en el norte de Irak, donde la BBC lo encontró.

Allí ha tratado de reconstruir su vida y familia. Se ha vuelto a casar y tiene un nuevo hijo al que ha llamado… Alan.

“Lo llamé como su hermano Alan para recordarlo”, cuenta. “Dios me envió un hijo que se parece a Alan y tiene su mismo carácter. No veo la hora de llegar a casa y verlo, siento que ha sido una bendición”.

Pero las sombras del pasado siguen vigentes.

“Es imposible olvidarse de lo que pasó. Yo soy el único culpable. Pero me vi forzado a hacerlo… como padre, porque me los imaginaba yendo a la escuela y quería que tuvieran una mejor vida, pero las cosas no salieron como las planeé. Me arrepiento de eso”.


La tragedia

Foto sin fecha de Abdullah con sus hijos Alan y Galip

Reuters
Abdullah quiso llevar a sus hijos y su esposa lejos de la guerra en Siria.

Abdullah trabajaba como barbero en Siria. Insiste en que nunca quiso abandonar a su país, pero la devastación de la guerra lo dejó sin opción.

Tras huir con su familia a Turquía de la guerra civil en Siria, decidió hacer el cruce de 4 kilómetros de mar desde el puerto de Bodrum hasta la isla griega de Kos.

Con sus hijos Alan, de 3 años, Galip de 5, y su esposa Rehanna, abordaron una pequeña embarcación con otro pequeño grupo de refugiados buscando asilo en Europa.

El destino final de la familia era Canadá, donde querían reunirse con la hermana de Abdullah, Tima.

Pero el mar estaba agitado y una ola volcó la embarcación lanzando los refugiados al agua.

Según el recuento que hizo Abdullah en su momento, intentó desesperadamente rescatar a sus hijos, pero las olas eran demasiado fuertes. “Se me deslizaron de las manos”, contó.

Su esposa Rehanna no sabía nadar y cuando se volvió a buscarla la encontró flotando sin vida.

En total, 12 refugiados murieron ahogados en la tragedia.


Bienvenida temporal

La foto de Alan, yaciendo sin vida en la playa turca despertó la solidaridad de los europeos para abrir sus corazones y sus puertas.

Algunos países empezaron a recibir más solicitantes de asilo. Alemania aceptó la entrada de más de un millón de refugiados sirios.

Mural en Europa que insta a dar la bienvenida a los refugiados

Getty Images
Durante unos meses, el espíritu en Europa era de bienvenida a los refugiados.

Pero esa bienvenida no duró mucho tiempo, indica Abdullah.

“Después del incidente, Europa abrió su corazón, pero tres meses después volvió a cerrar sus puertas. No sé por qué. Creo que el mundo todavía no ha entendido el mensaje de la muerte de Alan. Nadie quiere abandona su hogar, pero los refugiados no tienen más opción y necesitan a Europa”, afirmó.

Abdullah Kurdi asegura que no volverá a pensar en tratar de llegar a Europa otra vez, después de la pérdida de su esposa y dos hijos en la travesía.

El año pasado una ONG en Alemania nombró uno de sus barcos de rescate “Alan Kurdi”. Un gesto simbólico para recordar a los que perdieron sus vidas en alta mar intentando desesperadamente alcanzar una mejor vida en a Europa

El barco Alan Kurdi ha ayudado rescatar a casi 700 migrantes en aguas del Mediterráneo entre Libia y el sur de Europa. Perosus responsables dicen que últimamente la situación se ha vuelto a ser nefasta.

El barco de rescate Alan Kurdi

Getty Images
El barco Alan Kurdi ha rescatado del mar a casi 700 migrantes.

Sophie Weidenheller, una de las tripulantes del barco dice que recientemente países europeos como Italia y Malta están haciendo a los barcos esperar más tiempo antes de poder atracar con migrantes a bordo.

“No es que en la Unión Europea no seamos capaces de manejarlo financieramente o de otro modo. Tenemos los medios de efectuar un cambio y ayudar a estas personas. Pero decidimos no hacerlo y eso es lo más frustrante para mí”.

Se estima que unas 17,000 personas han perdido la vida en el Mediterráneo desde la muerte de Alan Kurdi.

En años recientes, Europa ha llegado a acuerdos con países como Turquía y Libia para limitar el flujo de migrantes hacia el norte.

Las medidas han logrado reducir la llegada de migrantes, pero no han evitado que ocurran más tragedias como la del pequeño Alan.


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