Inmigrantes mexicanos envían más dinero a Mexico a causa de COVID-19
En medio de sacrificios económicos, se esfuerzan por mantener sus remesas, y algunos las duplican
Maru Galván solía mandar una remesa de $200 al mes a su madre y hermana que viven en Ecatepec, México, pero a partir de que la pandemia de COVID-19 comenzó en marzo, les duplicó la cantidad enviada.
“Ahora les mando entre $400 y $500 cada mes, y a veces cada quincena”, dice Maru, una inmigrante mexicana que reside en el Valle de San Fernando con su familia.
“Mi madre y mi hermana se enfermaron de COVID-19; y han necesitado mucho medicamento. Por eso les estoy mandando más dinero”, explica.
La progenitora de Maru tiene 75 años y se encarga de cuidar a su hermana de 45 años quien presenta problemas de lento aprendizaje. Ninguna de las dos puede salir a trabajar.
Maru reconoce que no se ha visto en aprietos para incrementar la remesa a su madre y hermana. “Gracias a Dios, mi esposo y yo no hemos dejado de trabajar durante la pandemia, y como no salimos a ninguna parte, realmente ese dinero que nos hemos ahorrado, lo mandamos a México”.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador reveló durante sus conferencias de prensa de Las Mañaneras, que las remesas podrían alcanzar este año la cifra récord de 40,000 millones de dólares, y se convertirán en la principal fuente de ingresos en el país este año. Esta tendencia se observó desde el inicio de la contingencia sanitaria.
“Queremos agradecer a los migrantes mexicanos porque se dio a conocer que aumentaron las remesas en marzo, llegaron a 4 mil millones de dólares. Esto llevaba casi 20 años que no sucedía, hubo un incremento de febrero a marzo de 35%.
“Nuestros paisanos enviaron casi 100 mil millones de pesos en marzo, alrededor de 10 millones de envíos”, dijo en marzo.
Lupita Siordia acostumbraba mandarle dinero a su madre y hermanas solo para Navidad, sus cumpleaños y en ocasiones especiales, pero cuando se desató la crisis de salud en marzo, tuvo que comenzar a enviarles cada mes.
“Mi madre tiene 87 años. Mi padrastro 95. Él necesita un medicamento muy caro y teníamos que apoyarlo porque la situación en Estados Unidos está mal, pero está peor en México”.
Además, cuenta que a un cuñado lo asaltaron en el tráiler que conduce y prácticamente lo dejaron sin nada. “También lo ayudamos a recuperarse”.
Si bien Lupita comenta que la economía de ella y su esposo no anda muy bien en California, se las ingenian para enviar dinero a su familia en México.
“Andamos cortos de ingresos. Estamos pagando tarde la renta del apartamento, pero lo poco que tenemos lo compartimos con nuestros seres queridos que tanto lo necesitan en México”.
Lupita manda entre $150 y $200 dólares al mes a Guanajuato, México.
Everit Méndez, un trabajador de la limpieza en Los Ángeles, no ha dejado de enviar dinero a su familia ni un mes desde que comenzó la pandemia.
“Le enviaba a mi mamá, pero ella murió en febrero. Ahora le mando a mi papá y a mis hermanos $500 cada mes”.
Everit dejó de trabajar dos meses a causa de la contingencia sanitaria, pero en su trabajo de limpieza en una universidad no le suspendieron su salario, por lo que su familia en Puebla, México no se vio afectada, y ha recibido puntualmente la asistencia del hijo en Estados Unidos.
Monserrat Vásquez es de las pocas que redujo el monto de sus envíos a México como consecuencia del coronavirus. “Yo no trabajo, soy ama de casa. Mi esposo se desempeña en la construcción, pero le recortaron las horas. Ahora solo le mando a mi mamá a Sonora $50 o $60 al mes; antes se los envíaba cada quincena”.
Francisco Moreno, director del Consejo de Federaciones Mexicanas (COFEM), dijo que no es nuevo que cuando hay una crisis mundial, los mexicanos manden más dinero a México.
“Lo mismo ocurrió durante la recesión de 2009, y cuando iniciaron las deportaciones del presidente Obama. Inexplicablemente en tiempos de crisis, la gente envía más no solo a sus familias sino para abono de la compra de un terreno, una casa, un negocito o simplemente como un ahorro o un ‘guardadito’ en México”.
Y confió que hay como una especie de temor en el inmigrante mexicano de que algo pueda ocurrir y busca cierta protección. “El mexicano protege mucho a su familia durante una crisis; y es un gesto muy solidario que en medio de la cuarentena, aún cuando les falta aquí el dinero, hace un esfuerzo por mandar recursos a sus familias en México”.