Oposición en el barrio Pilsen a posible designación de distrito histórico
Inconformes argumentan que de aprobarse la propuesta se agravaría el desplazamiento poblacional. Funcionarios dicen que la designación de distrito histórico preservaría la arquitectura y evitaría que cambie la esencia y cultura de ese barrio hispano de Chicago
Vecinos y dueños de negocios del barrio de Pilsen buscan frenar los planes de establecer allí un distrito histórico. Argumentan que eso los perjudicaría porque aumentaría los costos para los propietarios latinos que han vivido en ese vecindario por décadas y no quieren ser desplazados.
Funcionarios del municipio de Chicago dicen que la designación de una parte de Pilsen como distrito histórico preservaría la arquitectura del área, protegería de la demolición a cientos de edificios y murales y evitaría que cambie la esencia y cultura del vecindario de Pilsen, de mayoría méxicoamericana.
Inconformes se oponen a la ordenanza impulsada por la Comisión de Monumentos de Chicago porque consideran que aumentaría los impuestos a la propiedad, lo que dicen los obligaría a vender y daría pie a más desplazamiento urbano.
“La propuesta tiene que incluir algo que proteja no sólo a los edificios, sino también a la gente para que no sea desplazada”, dijo Moisés Moreno, director ejecutivo de la organización Alianza de Pilsen. “Esta propuesta lo único que hace es acelerar el desplazamiento para beneficiar a los desarrolladores”.
El plan original de la ordenanza incluía la preservación de 900 edificios de estilo barroco bohemio construidos entre 1875 y 1910, además de murales pintados desde 1978. Otro plan alternativo más pequeño abarcaría un total de 465 propiedades ubicadas en la calle 18 y la avenida Blue Island en Pilsen. Con estas iniciativas, Pilsen se convertiría en uno de los distritos históricos más grandes de Chicago.
Funcionarios de la Ciudad presentaron la propuesta del ‘Pilsen Historic Landmark’ en noviembre de 2018, la que entre otras cosas busca preservar a las comunidades méxicoamericanas en Pilsen y La Villita.
A pesar de la férrea oposición de los vecinos de Pilsen, la Comisión de Monumentos Históricos aprobó la creación de un distrito histórico de manera preliminar en mayo de 2019.
La votación final ante el Consejo Municipal que daría luz verde a la propuesta se pospuso por un año por intervención del concejal Byron Sigcho, del Distrito 25, a fin de involucrar a la comunidad en el proceso.
El Comité de Zonificación de la Ciudad dio una extensión de seis meses en julio para permitir que el Departamento de Planificación y Desarrollo (DPD) involucre a las partes interesadas en un proceso de participación comunitaria, indicó el concejal del Distrito 44, Tom Tunney, presidente del Comité de Zonificación de la Ciudad en una declaración dirigida a La Raza.
Tunney no especificó cuándo se someterá la propuesta a votación, pero indicó que después de las reuniones de octubre del DPD con la comunidad se considerará este asunto durante una reunión a celebrarse en noviembre.
Hay incentivos fiscales para los dueños de edificios para lo que tendrán que invertir el 25% del valor de la propiedad en el mercado. “El dueño de casa debe tener el 25% del valor de la casa, tiene que tener eso como garantía de que va a poder hacer las reparaciones. Por eso mucha gente ni siquiera calificaría, los que sí calificarían serían los grandes desarrolladores porque ellos tienen el capital”, señaló Sigcho.
También estarán disponibles $3 millones para los dueños de inmuebles, por parte del Departamento de Vivienda, para completar reparaciones y mantener alquileres a bajo precio.
La Ciudad ha propuesto el programa piloto ‘Adopt-A-Landmark’ de $3 millones durante un periodo de tres años para ayudar a los dueños de propiedades comerciales que estén dentro del área designada histórica, pero estos tienen que haber estado en el distrito al menos por 10 años.
Peter Strazzabosco, portavoz del Departamento de Planificación y Desarrollo, dijo a La Raza que la propuesta busca proteger a los edificios de las demoliciones y a quienes viven en ellos y evitar el desplazamiento.
Strazzabosco dijo que en Pilsen 14,000 latinos han sido desplazados desde el año 2000 y que 90 edificios han sido demolidos por inversionistas de bienes raíces desde 2006. “Esta [propuesta] es una gran oportunidad para proteger los edificios que existen ahora de la demolición y se evitaría el desplazamiento”.
‘Las rentas se van a disparar’
La Ferretería Álvarez se ubica en 1323 W. 18th St., en Pilsen, en el área que se pretende convertir en distrito histórico. Rodolfo Álvarez es el dueño de esa ferretería, cuyo negocio tiene 52 años en ese vecindario.
Álvarez no respalda la propuesta y dice que, de aprobarse, Pilsen seguirá siendo Pilsen pero sin la esencia y cultura de un barrio mexicano. “No veo cómo se va a mantener la esencia y cultura de Pilsen cuando al convertirlo en un distrito histórico las rentas se van a disparar. Esto en vez de que se preserve como un barrio hispano va a desaparecer la esencia del barrio, yo mismo no podría seguir aquí”.
Pilsen es un barrio bien ubicado, cerca al centro de la ciudad, de la Universidad de Illinois en Chicago y de la autopista 90. Según Álvarez, ese es el interés que tienen los inversionistas que apoyan la propuesta porque saben que esa es la manera en que pueden desplazar a la gente.
Propuesta frenaría demoliciones
Después de varias juntas comunitarias desde 2019 con la intención de hacer consultas con dueños de casas y de negocios, se analizó la propuesta y se determinó que era demasiado costosa para los propietarios. De acuerdo a Sigcho, cuando se habla de edificios arquitectónicos estilo barroco designados patrimonio, la fachada de esos edificios va a tener que obligatoriamente mantenerse o restaurarse a su estado original.
“En medio de la pandemia me parece descabellado que la administración Lightfoot esté hablando de restauración patrimonial cuando nosotros estamos viendo que la gente está perdiendo sus casas, no puede pagar la renta y con las justas paga sus hipotecas”, enfatizó Sigcho.
Beatriz Mundo tiene una casa de cuatro pisos en Pilsen en el área que podría ser declarada zona histórica. En el primer piso funcionó por 25 años el Chicago Foto Studio. Su madre lo cerró hace dos años debido al cambio de la comunidad y al desplazamiento urbano, cuenta su hija Vicky Lugo a La Raza.
Lugo participó el pasado 12 de octubre en una caravana de autos para alzar la voz contra el plan que designaría al vecindario como sitio histórico. “Estamos en contra de la propuesta porque afectaría a la mayoría de propietarios. No se podrían hacer modificaciones como uno quiere, sino que ahora todo sería dictado por la Ciudad. Los costos de mantenimiento serían mucho más caros de lo que son ahora, subirían el valor de la propiedad y los impuestos de la propiedad, las personas no podrían pagar y se sentirían obligados a vender”.
Dueños de edificios y vecinos se preguntan por qué están incluidos en la designación histórica edificios y murales y no la iglesia católica San Adalberto, que ha sido un ícono en la comunidad y por la que lucharon para evitar su cierre.
Según Sigcho, las torres más altas de la comunidad son las de la iglesia San Adalberto. “Es un edificio histórico arquitectónico [pero] no entra en la lista de designación histórica porque un desarrollador estuvo ‘poniéndole el ojo’ a la propiedad. Nosotros lo que estamos viendo es que hay un interés de beneficiar a algunos desarrolladores”, mencionó el concejal.
Sigcho, cuya jurisdicción abarca Pilsen, presentó la propuesta de ordenanza ‘Distrito libre de demolición’ en mayo pasado, que prohibiría a la Ciudad emitir permisos a los desarrolladores para demoliciones o aprobaciones de proyectos sin que primero el concejal local organice una reunión pública con la comunidad para hablar sobre algún cambio. Esa propuesta de ordenanza está en el Comité de Zonificación a la espera de que se someta a voto.
Quieren que se respete el proceso demócratico
Sigcho dijo a La Raza que se han presentado más de 300 declaraciones juradas firmadas por propietarios del área del propuesto distrito histórico y que el 95% ha manifestado su oposición a ese plan.
“La Ciudad sabe que la gente se opone, lo que pensamos es que se está deteniendo el voto porque saben que no tienen suficiente apoyo. Nosotros estamos exigiendo que se respete el proceso democrático”, dijo Moreno.
Los inconformes piden al Comité de Zonificación de la Ciudad que someta la medida a votación entre sus miembros para que exista la posibilidad de anularla.
“Estamos exigiendo que el voto se dé en noviembre porque no está garantizado”, precisó Sigcho.
La Ciudad tiene para tomar una decisión final sobre la propuesta hasta enero próximo. En caso contrario esa iniciativa entrará en vigor en febrero.
El Departamento de Planificación y Desarrollo de la Ciudad programó tres reuniones virtuales para discutir la propuesta. La última se realizará el 27 de octubre, a las 4 pm. Para participar regístrese en cityofchicago-org.zoom.us/webinar/register/WN_zqMqJ_6QT-i9B5bzONUpnQ.
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