Inmigrante Francisca Lino sigue en santuario en iglesia metodista de Humboldt Park
Francisca Lino, inmigrante mexicana , ha estado regufiada desde 2017 en la iglesia Unida Metodista Adalberto en Humboldt Park
Hace unos días, Emma Lozano, activista por los derechos de los inmigrantes y pastora religiosa, recibió una llamada incómoda de un agente de Inmigración y Aduanas (ICE) que pregunto por Francisca Lino, una inmigrante mexicana que ha estado en santuario desde 2017 en la iglesia Unida Metodista Adalberto en Humboldt Park.
Fue inquietante para Lozano, ya que en los pasados cuatro años nadie ha buscado ni molestado a Francisca por estar refugiada en dicha iglesia desde que rehusó obedecer una orden de abandonar el país.
“De momento pensé que los agentes de ICE estaban afuera”, dijo Lozano quien pronto decidió no cooperar ni dar ninguna información sobre Lino, una madre de 54 años que está precisamente en la misma iglesia en donde la célebre inmigrante Elvira Arellano se refugió por un año en 2006.
Lozano pensó que venía una redada para arrestar y deportar a Lino o quizás solo para investigar si ella todavía estaba ahí.
Lozano pronto le recordó al agente que aún está vigente una orden de la misma oficina de ICE, firmada por su entonces director John Morton el 24 de octubre 2011, que prohíbe la incursión de efectivos federales a escuelas, hospitales, iglesias, sinagogas y mezquitas del país.
“Básicamente nuestra mejor defensa es conocer nuestros derechos”, dijo Lozano, pastora de la iglesia Metodista Unida Lincoln en Pilsen. “Ellos no pueden entrar a las iglesias”, dijo ella.
“Las iglesias tienen la responsabilidad moral de defender el evangelio de Jesús Cristo y eso significa proteger a los refugiados en tiempos hostiles como los de nuestra época”, explicó Lozano.
Por su parte Lino, quien dijo ser de “un ranchito” de Zacatecas, México, afirmó que los últimos cuatro años han sido difíciles para ella por estar separada de su familia.
Sus cuatro hijas y dos hijos han pasado por varios problemas mientras ella ha estado en el recinto de Humboldt Park.
“Ha sido demasiado difícil no estar con mis hijos, pero yo no soy ninguna criminal ni una terrorista, no tengo ni siquiera una infracción de tránsito”, dijo ella a esta columna.
Francisca no ha podido estar con su familia durante graduaciones, el nacimiento de sus nietos ni junto a una hija que sufrió un ataque de depresión. Antes de entrar al santuario, su esposo Diego se había recuperado de un ataque al corazón causado por la misma situación malévola de inmigración.
La mexicana viene luchando por permanecer en este país desde 2005, cuando le negaron la residencia permanente porque había sido detenida y deportada en 1999. Luego, en 2017 la corte de inmigración le ordenó abandonar el país, pero ella prefirió luchar para estar cerca de su familia.
A pesar del tiempo que lleva en santuario, más del año que pasó ahí Elvira Arellano, Francisca indico que esta dispuesta a seguir en la lucha contra las leyes injustas de inmigración hasta que exista un cambio.
“Voy a tratar de resistir lo mas que pueda hasta el final”, dijo ella con determinación en su voz.