Francisca Lino continúa su lucha contra la deportación en una iglesia de Chicago
Ella ve esperanza en las promesas de campaña del ahora presidente electo Joe Biden y en una nueva iniciativa de ley que permitiría la reunificación familiar de indocumentados
Después de una agónica espera, Francisca Lino dice que se emocionó hasta las lágrimas cuando el candidato demócrata Joe Biden se convirtió en presidente electo de Estados Unidos, según proyecciones de los principales medios de comunicación de ese país, el sábado 7 de noviembre.
A diferencia de la administración del presidente Donald Trump, cuyo endurecimiento de la política migratoria hace que cualquier persona indocumentada pueda ser considerada de alta prioridad para ser deportada, Lino tiene la esperanza de que con el gobierno de Biden ella podrá beneficiarse de algún alivio migratorio que le permita frenar su deportación a México.
Lino continúa luchando contra la deportación en el mismo santuario en Chicago que cobijó a la activista pro inmigrante Elvira Arellano con su hijo Saúl Arellano, en 2006. Ella se ha refugiado allí desde 2017.
Para Emma Lozano, activista y pastora de la Iglesia Metodista Unida Lincoln del barrio de Pilsen, la victoria de Biden es una buena noticia porque, explica, los últimos cuatro años han sido una pesadilla para Francisca Lino debido a las políticas antiinmigrantes de la administración Trump.
Lozano contó que en días recientes recibió una llamada de un agente de inmigración preguntando sobre el paradero de Francisca Lino. Lozano le dijo que llamara al abogado de Lino.
“No soy una criminal, no he cometido ningún delito, quiero decirles que no soy una fugitiva y aquí voy a estar, no quiero que anden buscándome, no vayan a llevarse a personas inocentes”, mencionó Lino en tono enfático.
Lino, madre de cinco hijos ciudadanos estadounidenses, quiere seguir resistiendo y más ahora que hay una iniciativa de ley patrocinada por el representante federal Bobby Rush (D-IL) en el Congreso que podría frenar su deportación.
El pasado 13 de octubre, Rush presentó en la Cámara de Representantes el proyecto de ley HR 8585 ‘American Right to Family Act’, que plantea dar alivio migratorio a padres de ciudadanos estadounidenses y niños traídos a Estados Unidos siendo menores de edad.
Se estima que esta propuesta de ley protegería de la deportación a 11 millones de indocumentados y permitiría que dos millones de deportados regresen a Estados Unidos. El enfoque principal de esa propuesta de ley es parar las deportaciones y reunificar las familias, destacó Lozano a La Raza, y añadió que proporcionaría protección de la deportación renovable cada tres años y permiso de trabajo a todos los padres de ciudadanos estadounidenses y soñadores. También extendería las protecciones a cualquier persona que llegue a Estados Unidos antes de cumplir los 16 años.
Elvira Arellano, activista pro inmigrante, dijo que mientras surge una reforma migratoria lo que se busca es que los indocumentados tengan una protección legal. “Necesitamos que estas familias tengan una protección legal aunque sea temporal, lo principal es hacer el llamado a Joe Biden para que en su primer día, el 20 de enero de 2021, firme una acción ejecutiva para dar protección temporal a los padres de los dreamers y a los padres de los ciudadanos americanos”.
Para evitar ser deportada a México, Lino lleva refugiada en la iglesia Metodista Unida San Adalberto en el barrio de Humboldt Park desde hace tres años.
Jacobita Cortés, pastora de esa iglesia, dijo que Francisca Lino se va a mantener en santuario, hasta que tenga algo legal que le permita salir de la iglesia. “El irse a México no lo está tomando como una posibilidad, por la situación de violencia e inseguridad que hay… En el área donde vive en Zacatecas están los secuestros, es un lugar que no es seguro para ella ni sus hijos”.
Lino espera que el presidente electo Biden cumpla lo que prometió durante su campaña electoral: una reforma a las leyes migratorias con camino a la ciudadanía para los 11 millones de indocumentados.
Una dura batalla de más de una década
La pesadilla de Lino comenzó en 2005 cuando acudió a una cita con Inmigración como parte del proceso para solicitar la residencia, a la que aspiraba tras haberse casado con Diego Lino, ciudadano estadounidense, en 2001.
Lino lleva más de una década luchando contra la deportación y cuenta que en 2005 un error en su solicitud de residencia fue determinante para que fuese arrestada, detenida por 28 días en un centro de detención y puesta en proceso de deportación.
En el formulario indicó que nunca había sido arrestada, pero cuando las autoridades migratorias le preguntaron al respecto en la entrevista, Lino dijo que sí.
Lino contó a La Raza que en 1999 intentó ingresar de forma irregular a Estados Unidos, pero fue deportada de vuelta a México. En un intento posterior logró cruzar y se estableció en Illinois.
Cuando Lino acudió a su cita con Inmigración, le comunicaron que sería deportada y debía presentarse con su boleto de avión. Su salida del país estaba prevista para el 25 de agosto de 2017 pero ella decidió a último momento pedir refugio en una iglesia de Chicago para evitar su deportación.
Chris Bergin, abogado de Lino, se presentó ante las autoridades migratorias para comunicarles que su representada no se presentaría a la cita, que estaba refugiada en una iglesia y les indicó la ubicación de ese lugar de culto.
Un portavoz de ICE en una entrevista pasada dijo a La Raza que al no haberse presentado Lino a su cita en agosto de 2017 ella es ahora considerada fugitiva.
También indicó que la actual política de ICE evita llevar a cabo actividades en lugares sensibles “a menos que se tenga la aprobación previa de un funcionario de supervisión apropiado o en caso de circunstancias extremas. Los lugares especificados en la guía incluyen escuelas, lugares de culto y hospitales”.
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