Migrantes LGBTQ en prisión obtienen libros gratis por medio de un nuevo programa
Libros para Migrantes es una nueva iniciativa creada en Chicago que otorga libros a migrantes de la comunidad LGBTQ detenidos por ICE
Este artículo, publicado originalmente en inglés por Borderless Magazine, está disponible en español gracias al proyecto “Traduciendo las noticias de Chicago”, del Instituto de Noticias Sin Fines de Lucro (INN).
A Carlos* siempre le han gustado las novelas románticas con finales felices. El hombre abiertamente gay originario de América Latina, sueña con casarse y tener dos hijos. Es parte de su “Sueño Americano”, comentó.
Pero por ahora, ese sueño tendrá que esperar. El solicitante de asilo de 34 años de edad ha sido encarcelado por inmigración (ICE) desde que oficiales lo arrestaran en junio de 2019. Ahora está detenido en una cárcel en un condado de Wisconsin.
Antes de que la pandemia del COVID-19 llevara a imponer medidas de distanciamiento social y confinamiento, Carlos sobrellevó la soledad y pena por la privación de libertad tomando clases en la misma cárcel. Pero cuando esas clases se terminaron debido a la pandemia, Carlos comenzó a leer y recorrió la biblioteca de la cárcel en busca de novelas románticas de temática gay, pero no encontró ninguna.
Así que cuando su abogado le comentó sobre el programa Libros para Migrantes (Books for Migrants), un programa que proporciona libros a los migrantes LGBTQ detenidos, supo en ese mismo instante el tipo de libro que iba a pedir. Su abogado le envió Red, White & Royal Blue, una novela romántica de 2019 sobre del hijo de la primera mujer presidenta estadounidense y su romance con un príncipe británico.
“Mucha gente no entiende cómo un libro puede marcar la diferencia a uno por dentro. Muchos no saben las dificultades que uno vive al estar aquí”, dijo Carlos, quien ahora ha recibido tres libros a través del programa, cuyas historias se centran en personajes masculinos gay. “Recibir un libro y saber que hay gente por ahí que realmente se preocupa por otras personas, simplemente te hace sentir especial. Te hace sentir como que las cosas van a mejorar”.
Lanzado en noviembre pasado por una asistente legal de Chicago y una abogada de inmigración, Libros para Migrantes ha ayudado a ocho detenidos LGBTQ a recibir 20 libros hasta ahora. En lugar de almacenar libros, el programa reembolsa a las personas que trabajan en organizaciones sin fines de lucro en los Estados Unidos en la profesión legal, así como a los proveedores de atención de salud mental cuando compran libros para sus clientes. El reembolso está limitado a $25 por cliente al mes.
Al permitir que los detenidos elijan un libro específico en lugar de enviarles algo de una bodega, el programa les da la oportunidad a que ellos mismo decidan, dice Olivia Judd, cofundadora de Libros para Migrantes.
“Lo que diferencia al programa Libros para Migrantes es que crea esa conexión humana y le da una idea de intermediación”, dijo Judd. “Donde, ‘No sólo estoy seleccionando estos libros que están aquí. Me conozco y quiero leer sobre alguien que es bipolar porque he estado experimentando eso. Y quiero aprender sobre ello a través de la lectura’”.
Una necesidad de conexión
Jennifer Erl, cofundadora de Libros para Migrantes, ha estado trabajando con migrantes detenidos durante dos años. Comenzó su carrera interpretando para solicitantes de asilo como parte de un proyecto pro bono en el Centro Residencial para la Familia en el Sur de Texas, el centro de detención de inmigrantes más grande de los Estados Unidos. Ahora trabaja como asistente legal en la Iniciativa de Derechos de los Inmigrantes LGBT en el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes de Chicago (NIJC, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que proporciona servicios legales a los migrantes y aboga por políticas de inmigración.
Estados Unidos tiene el sistema de detención de inmigrantes más grande del mundo. En el año fiscal 2020, ICE detuvo a un promedio de 33,724 inmigrantes al mes en centros de detención privados y cárceles públicas en todo el país.
Cuando una persona es detenida mientras está en disputa su caso de inmigración, las repercusiones del aislamiento son múltiples, dijo Erl. Ella dice que muchos de sus clientes que luchan por el asilo lo hacen ya que han sido víctimas de tráfico ilegal de personas, violencia doméstica, entre otros delitos. Erl añadió que la detención aumenta el trauma y el tener que buscar ayuda legal de alguien por teléfono solo agrava la desesperación del aislamiento.
A menudo las cárceles están mal equipadas para ayudar a los inmigrantes detenidos que sufren de trauma.
“Básicamente no hay recursos para las personas detenidas por migración, ya sean grupos de apoyo o servicios sociales o terapia”, dijo Erl. “Es extremadamente limitado si es que existe”.
Una oportunidad
Como asistente legal, Erl lucha por proveer más apoyo a sus clientes aparte de trabajar en sus casos. Se da cuenta de que, si bien su tiempo con ellos es corto, ella podría ser una de las pocas conexiones con el mundo exterior.
“Tenemos poco tiempo y poca libertad para desarrollar esa relación [entre el abogado y el cliente], la cual y según nuestra experiencia, es esencial establecerla no solo para el proceso legal, sino que también para el proceso de recuperación de todo aquello que conllevó que ese proceso legal se llevara a cabo”, explicó Erl.
Así que cuando uno de sus clientes mencionó que le encantaba leer libros, Erl vio la oportunidad de ayudarla más allá de su asistencia legal. Erl comenzó a comprar libros para su cliente para ayudarla a lidiar con el trauma y el estrés de la detención. Su clienta sintió que la veían como un ser humano.
“Un aspecto importante del sistema industrial penitenciario es que está despojando a las personas de toda autonomía, incluyendo la curiosidad intelectual y la libertad emocional”, dijo Erl. “Ambas cosas son proporcionadas por los libros hasta cierto punto”.
Ilustración por Samara Eltahir
Erl luego se enteró de que sus compañeros de trabajo también estaban comprando libros para sus clientes. Pero el proceso era insostenible e inconsistente. Al igual que ella, sus colegas estaban usando su propio dinero para comprar libros y no todos los clientes recibían uno.
“Era algo circunstancial”, dijo Judd. “Me pareció injusto tanto para los proveedores como para sus clientes, quienes merecen una fuente de apoyo más estable y confiable en vez de que alguien con suficiente dinero haga esto o si le toca un abogado que pueda comprarle libros”.
Dado que los centros de detención tienen políticas distintas en lo que respecta al envío de paquetes a los detenidos, Erl a menudo llamaba tres o cuatro veces para confirmar las reglas. Cumplía con todas ellas, pero aun así se daba cuenta de que los libros a veces no llegaban a las manos de sus clientes.
“Llegaban los libros y negaban dárselos al cliente sin dar ninguna razón”, dijo Erl.
Hubo un caso en que Judd y Erl tenían una cliente a quien le habían comprado varios libros. Cuando fue trasladada a otro centro de detención, no se le permitió llevarse nada con ella.
“Fue como…bueno, claramente necesitas cosas nuevas. Pero acabamos de gastar dinero en darte libros”, dijo Judd. “Y no se veía factible seguir comprando libros a ese ritmo, especialmente cuando simplemente se los estaban quitando”.
Fue así como se les ocurrió la idea de Libros para Migrantes.
Libertad tras las rejas
Desde su lanzamiento en noviembre pasado, Libros para Migrantes ha enviado libros a detenidos en Illinois, Wisconsin y Minnesota. La mayoría de los detenidos son solicitantes de asilo.
El programa está siendo apoyado por una cuenta con GoFundMe y Erl y Judd dicen que esperan expandir el programa y obtener el estatus de organización sin fines de lucro para que puedan solicitar becas y ayuda financiera.
Si bien asegurarse de que los detenidos puedan recibir y guardar libros sigue siendo a veces difícil, Libros para Migrantes ha podido ayudar a las personas a trabajar en torno a las restricciones para hacer que los libros lleguen a sus clientes. A menudo eso significa que se envíe un libro directamente desde Amazon, en lugar de enviar un libro usado a través del correo tradicional.
Aunque no siempre es fácil navegar por el complejo sistema de inmigración, Erl dice que los correos electrónicos que recibe de los defensores de los inmigrantes con solicitudes de libros la instan a seguir adelante.
“Poder ser capaz de elegir un libro que te gustaría leer, es solo una manera de recordarle al cliente que eres tu propia persona y tienes autonomía”, dijo Erl. “Y que, en este espacio de nuestra relación, te respeto. Reconozco que tienes la capacidad de tomar tus propias decisiones”.
Las donaciones de libros para migrantes se pueden hacer aquí. Personas que trabajan en organizaciones sin fines de lucro que compran libros para personas de la comunidad LGBTQ privadas de libertad por inmigración pueden solicitar fondos de reembolso aquí.
* El nombre ha sido cambiado para proteger su identidad.
Traducido por Marcela Cartagena
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