Grandes expectativas de residentes de Chicago sobre el liderazgo del nuevo alcalde
Brandon Johnson ha prometido marcar el comienzo de una nueva era de causas progresistas en la ciudad
La comunidad de Chicago está expectante ante el nuevo liderazgo en el Ayuntamiento de Chicago que, se plantea, tiene un enfoque más inclusivo y progresista.
El lunes 15 de mayo Brandon Johnson tomó las riendas de la ciudad al juramentar oficialmente como el alcalde número 57 de la ciudad de Chicago en el Credit Union 1 Arena de la UIC.
Y nuevos rostros en el Concilio Municipal, que ahora forman parte de los 50 concejales, también juramentaron ese día.
El alcalde Johnson le dijo a la multitud que le vitoreaba que se sentía honrado de estar en el escenario.
También reconoció el mandato histórico de Lori Lightfoot como la primera alcaldesa afroamericana y abiertamente gay de Chicago.
Ante una audiencia llena de entusiasmo, el alcalde Johnson prometió marcar el comienzo de una nueva era de causas progresistas. Llamándolo el “Alma de Chicago”, Johnson dijo que hará falta que todos logren sus grandes objetivos.
Como parte de sus promesas de campaña, Johnson dijo que abriría las clínicas públicas de salud mental cerradas en 2012 durante la administración del entonces alcalde Rahm Emanuel. Entre sus prioridades también mencionó que financiaría completamente las escuelas públicas de Chicago y que se aseguraría de que el sistema de transporte público de la ciudad sea limpio, seguro y eficiente.
El nuevo alcalde Johnson se refirió también a las luchas que enfrentan muchos habitantes de Chicago en lo que se refiere al crimen y a la falta de vivienda asequible.
Al hablar de seguridad pública y vigilancia, Johnson mencionó los asesinatos a tiros tanto del menor Adam Toledo como de la oficial de policía Aréanah Preston.
“Las lágrimas de los padres de Adam Toledo están hechas del mismo dolor que las de los padres de la oficial Preston”, dijo Johnson, vinculando el destino de un niño, de 13 años, asesinado a tiros por un oficial de Policía de Chicago, después de una breve persecución a pie, con el de la oficial afroamericana, de 24 años, que también fue muerta a balazos.
Por otro lado, horas después de asumir las riendas de la ciudad de Chicago, Johnson emitió cuatro órdenes ejecutivas como alcalde con el fin de abordar temas de seguridad, empleo juvenil, migrantes y condiciones laborales con el propósito de proteger los derechos de los trabajadores y promover oportunidades de empleo.
Consenso sobre salud mental
Residentes de Chicago esperan que este nuevo liderazgo invierta más en escuelas, en programas después de clases, en trabajos para jóvenes, en prevención de violencia. Esperan mayor inversión en las comunidades de color y cuando se habla de salud mental hay un consenso en los barrios de que además de que se reabran las clínicas de salud mental públicas se requiere que haya trabajadores sociales en vez de policías a la hora de asistir a las familias.
Johnson ha respaldado la iniciativa de la concejal del Distrito 33, Rossana Rodríguez Sánchez, cuya propuesta conocida como “Tratamiento, no trauma” reduciría el presupuesto de $1,940 millones del Departamento de Policía de Chicago para destinar fondos a abrir las clínicas de salud mental cerradas por Emanuel y establecer un programa en toda la ciudad que enviaría técnicos médicos de emergencia y profesionales de la salud mental a las llamadas de ayuda de los que están en crisis.
Rodríguez Sánchez dirigirá el Comité de Salud y Relaciones Humanas del Concilio Municipal.
Dolores Castañeda, fundadora del grupo comunitario de prevención de violencia Padres Ángeles de La Villita, dice que está de acuerdo en que a atender una crisis de salud mental asistan a las personas trabajadores sociales en vez de policías. “La experiencia que hemos tenido nosotros cuando hay un momento de crisis en la familia, la manera como la policía en realidad afronta estas situaciones es de una manera bien negativa, ya que en vez de apoyar y ayudar a la víctima hace el momento del trauma algo más traumático para la gente porque los policías usan su poder y su fuerza para el control”.
“Si tú tienes una persona preparada, como una trabajadora social que sabe cómo ayudar en el trauma, cómo curar en momentos así, eso será de gran ayuda para la gente”, reitera Castañeda a La Raza.
Mientras se sufre una ola de robos en La Villita y vendedores ambulantes son víctimas de delincuentes que les roban sus pertenencias a punta de pistola, los transeúntes tampoco se salvan de los atracos. Dolores Castañeda también recuerda un incidente reciente en la despensa de alimentos de Centros Nueva Vida. “Mientras gente esperaba en la línea para ingresar a la despensa llegaron unos sujetos y los asaltaron con pistola”.
Castañeda espera que el nuevo alcalde Brandon Johnson visite La Villita y conozca de primera mano las necesidades de su vecindario. Ella dice que se necesita invertir más en su comunidad. “Nosotros queremos más paz, más seguridad, más programas para los jóvenes, queremos más servicios para la comunidad, no para que le den dinero a las organizaciones que no están haciendo el trabajo sino que abran centros donde la gente pueda juntarse y tener como más paz, crear espacios para jóvenes para que desarrollen sus talentos”.
Matt Ginsberg-Jaeckle, líder comunitario y defensor de las clínicas de salud mental, dice que la ciudad de Chicago está unida en abrir las clínicas de salud mental públicas cerradas durante la administración de Emanuel.
“La ciudad está unida, hay pocos temas como este que nos une tanto. Pregunta en la comunidad latina, en la comunidad afroamericana, en la comunidad blanca, pregunta a la policía, pregunta a los trabajadores sociales que si debemos tener servicios de salud mental públicos, accesibles en los vecindarios sin importar el nivel de ingresos. Todos dicen que sí porque todos sabemos que cuando no das ese servicio, cuando dejas a ciertas personas afuera, especialmente las más vulnerables, donde terminan es en la cárcel, en las morgues, en los hospitales o en nuestros vecindarios y también es algo que nos afecta a todos”, explica Ginsberg-Jaeckle a La Raza.
Para Ginsberg-Jaeckle, la violencia en Chicago hay que abordarla no solamente con policías sino mediante la reapertura de las clínicas de salud mental, con más inversión en las escuelas, más trabajadores sociales, más trabajos. “Más inversión en la parte de la ciudad que, durante no solamente años sino durante más de un siglo, no ha recibido realmente la atención que necesita y esto no va a suceder de la noche de la mañana”.
Activistas locales dicen que uno de los principales desafíos que tiene el alcalde Johnson es hacer frente a la crisis humanitaria que golpea a Chicago debido a la ola de migrantes enviados en autobuses y por avión de Texas a Chicago por el gobernador republicano de ese estado Greg Abbott.
“Fue un tema clave de su discurso inaugural de que el ‘Alma de Chicago’ siempre ha sido recibir las olas migratorias”, recuerda Ginsberg-Jaeckle, quien estuvo presente en la ceremonia de toma de poder del alcalde Johnson.
“Lo bonito es que en su primer día la primera cosa que el alcalde Johnson hizo fue hacer un tour por los albergues donde están hospedados los migrantes para mostrar claramente que esta será una administración que da la bienvenida”, destaca Ginsberg-Jaeckle.
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