Libro de Antonio Zavala preserva la memoria del arte y las luchas sociales chicanas y mexicanas
Our Barrios Our Lives – Essays and Writings on Chicano Space, Art and Memory está disponible en línea en Amazon y Barnes and Noble.
Antonio Zavala es escritor y periodista de profesión. Ha pasado la mayor parte de su vida actuando en áreas que impactan a las poblaciones chicana y mexicana de Estados Unidos, principalmente en Chicago, Illinois. Asuntos tales como el activismo social, el preservar y promover la lengua española, la cultura mexicana y la educación son grandes intereses del autor. A través de su trabajo como periodista y como fundador y participante en grupos de teatro y danza azteca ha buscado difundir sus mensajes.
Zavala escribe sobre cuestiones sociales, historia, teatro, danza, música, arte y literatura. Su libro Our Barrios Our Lives – Essays and Writings on Chicano Space, Art and Memory consta es una colección de artículos cortos y bien investigados. Estas breves historias fueron escritas por el autor en los últimos años y aparecieron en diferentes publicaciones. Algunas fueron escritas en español, la lengua materna del autor, y traducidas al inglés para ser incluidas en este libro.
Observamos que aunque la palabra chicano aparece en la portada del libro y en la página del título, vemos que los vocablos Mexican, Latino y Hispanic se usan a lo largo de esta obra. El autor mismo se ha referido a Pilsen como un barrio mexicano en su libro Memorias de Pilsen: Recuerdos de lucha de un barrio mexicano en Estados Unidos, publicado en 2018.
El espacio chicano, a mi parecer, se refiere principalmente a las regiones del suroeste y del medio oeste de los Estados Unidos. A nivel local, ese espacio nos señala comunidades específicas que llegamos a conocer por medio de este libro.
En este libro, Zavala aborda el tema del arte chicano por medio de dos historias, “Mexican Artists Exhibit in Bordeaux, France” y “Latino Murals: Walls that Speak”. En un breve artículo sobre los muralistas mexicanos, chicanos y los demás no es posible incluir a todos los que justificadamente deberían estar. Este tema fácilmente puede ser materia para otro libro. Sin embargo, en esta historia tenemos una buena representación de los artistas latinos que han dejado sus huellas en nuestras comunidades. A través de sus entrevistas nos comparten sus puntos de vista sobre el muralismo.
Por medio de mi labor como director de la biblioteca hispana más grande del medio oeste, la Biblioteca Rudy Lozano, pude conocer a algunos de los artistas mencionados en el artículo “Latino Murals: Walls that Speak”. También conocía otros muralistas de Pilsen de fama internacional, como Alejandro Romero -uno de los artistas visuales hispanos de Estados Unidos mejor conocidos y de mayor visibilidad-, Oscar Romero y Jesús Acuña.
Tal vez Zavala, o algún lector, puedan escribir un amplio libro sobre esta materia.
La memoria chicana la constituye todo aquello que trae a nuestras mentes claramente las luchas colectivas de nuestra gente. Las luchas dadas para lograr el acceso a la educación de calidad para los niños méxicoamericanos en California y Texas son parte de la memoria o historia chicana. Lo mismo va con el congreso de Denver, Colorado, 1969 National Chicano Youth Liberation Conference y el establecimiento del centro estudiantil en la Universidad de Iowa en 1970, Chicano-Indian American Union.
Al leer este libro aprendemos sobre las grandes figuras chicanas de otros tiempos, tales como César Chávez, Dolores Huerta y Rodolfo “Corky” Gonzales. ¿Cuáles fueron las causas por las que luchaban los chicanos y mexicanos en Estados Unidos? Podemos mencionar el acceso a la educación de calidad, buenas condiciones laborales y salarios justos, al igual que asuntos de inmigración. Las batallas que se tuvieron que librar para derrumbar las barreras en varios ámbitos y las luchas para mejorar sus condiciones de vida y laborales están bien documentadas en este libro. ¿Cómo trataron los activistas chicanos de levantar la conciencia de la gente en las áreas de interés?
Algunos métodos para lograr su cometido fueron las actuaciones musicales y teatrales para crear representaciones vívidas de sus ideas.
Lo siguiente es una crítica menor. Es menester ejercer mayor cuidado editorial, lo cual sería útil para ediciones posteriores de este libro. En la página 33, por ejemplo, se usan verbos en tiempo equivocado en dos ocasiones. Esto es un error común para quienes nuestra lengua materna es el español.
En la página 83 hay un reportaje del periódico Des Moines Register del 13 de octubre de 1973 tocante al apoyo del boicot a la lechuga. Aquí una coma en el lugar equivocado cambia completamente el significado de una oración. Hay otro error en la misma página al referirse al grupo estudiantil como: “The Chicago-Indian American Cultural Center…” Obviamente, debería decirchicano, no Chicago.
Creo que los artículos titulados “Simone and Nelson: a love affair” y “The Conquest of Michoacán” no encajan dentro del marco de este libro.
El libro de Zavala tiene excelente contenido y bastante información útil. Bien podría usarse como material de estudio para un curso de historia chicana. La obra cubre una amplia gama de temas relacionados y regiones geográficas donde los chicanos y mexicoamericanos han existido durante décadas e inclusive siglos.
Las historias de este libro están bien redactadas, por lo cual es un gran recurso para educar a las nuevas generaciones sobre aquellos que les precedieron. Nos referimos en particular, pero no exclusivamente, a las comunidades de Chicago que se han considerado como barrios tradicionalmente chicanos o mexicanos. Aquí aprendemos algo sobre los primeros mexicanos y chicanos de Texas que se asentaron en estos barrios y los motivos que los impulsaron a venir a esta región.
También llegamos a familiarizarnos con las nuevas generaciones de activistas de South Chicago, Pilsen, Back of the Yards y Little Village.
He leído y disfrutado grandemente con la lectura de este libro y concluyo que es muy recomendable. -Héctor Hernández, originario de General Treviño, Nuevo León, México, fue director de la Biblioteca Rudy Lozano en el barrio de Pilsen de 1989 a 2019.