Enlace Chicago: Luchadores que previenen la violencia y abren oportunidades de reincorporación social

La organización Enlace Chicago trabaja para prevenir la violencia en las calles de La Villita, para dar oportunidades para que jóvenes encaucen su futuro y para que personas que cumplieron su condena puedan reintegrarse dignamente a la comunidad

Jason Maldonado, coordinador del Colaborativo Latino de Illinois para la Reintegración a la Comunidad en Enlace Chicago. (Cortesía Jason Maldonado)

Jason Maldonado, coordinador del Colaborativo Latino de Illinois para la Reintegración a la Comunidad en Enlace Chicago. (Cortesía Jason Maldonado) Crédito: Cortesía

Enlace Chicago es una organización comunitaria con un legado de 34 años de existencia y lucha comunitaria para el beneficio de los más de 100,000 residentes que viven, trabajan y asisten a las escuelas en el área de La Villita.

Esta organización comenzó en 1990 como la Organización de Desarrollo Comunitario de La Villita. En 1998 abrió su primera oficina en el área y contrató a sus primeros empleados. Durante esta época la organización tenía como enfoque crear un plan integral de desarrollo comunitario.

En 2008 la organización cambió su nombre a Enlace Chicago y diversificó su plan de desarrollo y activismo comunitario.

La organización ahora opera desde sus oficinas centrales en 2759 S. Harding Avenue en el barrio hispano de La Villita.

Este vecindario, situado a unas 6 millas al suroeste del centro de Chicago, es una de las comunidades más dinámicas económicamente hablando en Chicago, con una contribución de impuestos a las ventas a la ciudad únicamente sobrepasado por la afluente Avenida Michigan.

Pero, en sí, aparte de los retos de buscar empleo y encontrar escuelas de alto rendimiento, esta área que comprende la zona de la calle Cermak a la Calle 31 y de la avenida Kostner hasta la avenida Western es también foco de actividad de pandillas callejeras que, a través de los años, han dejado una larga lista de víctimas jóvenes.

En un acto dramático y por igual doloroso, la Iglesia Católica Santa Inez en La Villita por un tiempo exhibió los nombres de las víctimas de la violencia callejera afuera de sus muros o paredes.

Fue una angustiosa tarea para muchos vecinos leer los nombres de los jóvenes caídos en las calles a tan corta y tierna edad.

Después de su reorganización en 2008, Enlace Chicago ha participado en el establecimiento de ocho redes comunitarias que conectan a La Villita con esfuerzos similares con otras comunidades a lo largo y ancho de la metrópoli.

A través de su participación con las redes de la ciudad que buscan mejorar la calidad de vida, especialmente en las áreas de combate a la alta pobreza y la alta violencia, la organización Enlace Chicago desarrolló iniciativas en cuatro áreas principales: educación, salud pública o comunitaria, inmigración y prevención de la violencia. 

Enlace Chicago calcula que desde 2008 el personal de esta organización –que incluye a profesionales, paraprofesionales y consejeros de salud y de educación y varios interventores contra la violencia– se ha servido a un total de 8,000 jóvenes entre las edades de 13 y 21 años y también a un gran número de adultos.

La prevención de la violencia

En el tema de la prevención de la violencia en las áreas de alta pobreza en Chicago, en donde vive una importante porción de la población hispana de la ciudad, los programas de Enlace Chicago, una de las organizaciones más grandes de La Villita y de la ciudad, se enfocan en atender a las víctimas de la violencia con consejería y prestación de servicios de salud mental y en consejería en las escuelas públicas y algunas privadas, donde está el mayor número de jóvenes hispanos, en su mayoría de ascendencia mexicana y en gran cantidad de casos hispanos nacidos en Estados Unidos de padres inmigrantes mexicanos.

Desde 2005 Enlace Chicago se convirtió en la agencia principal para implementar el programa CeaseFire, el cual se enfocó en prevenir la violencia entre los jóvenes en varias comunidades.
Para poner en marcha este programa en La Villita, esta organización indicó que “Enlace toma un acercamiento comprensivo, multisistemático e informado por trauma para construir la seguridad y la paz en La Villita”.

Bajo CeaseFire, destacó Enlace Chicago, se hace uso de cierto número de “estrategias integrales para mitigar y prevenir el conflicto entre grupos y entre individuos”. Aunado a esto, Enlace Chicago indica que “organiza actividades a lo largo de cada año que promueven la paz”.

Además, Enlace Chicago opera un programa de reintegración a la sociedad de ciudadanos que regresan de las prisiones del estado. En este caso la palabra “ciudadanos” se usa para referirse a todos los exprisioneros que por una razón u otra cometieron un delito, fueron arrestados y consignados a pasar una condena en una prisión de Illinois después de haber encarado un juicio penal en las cortes.

Interventores en las calles

Guillermo Gutiérrez es el coordinador de los interventores de las Calles que Enlace Chicago envía a las calles de La Villita a platicar con los jóvenes para encarar o mitigar algún acto de violencia que ya ocurrió o quizás para prevenir y frenar algún acto violento que esté a punto de ocurrir.

Gutiérrez, de 50 años, destacó a La Raza que en La Villita operan miembros de tres pandillas callejeras y por eso, para propósitos de trabajo, la organización Enlace Chicago ha dividido a La Villita en tres zonas a las cuales esta organización envía, o tiene trabajando, a varios interventores de las calles.

Los interventores de las calles conocen a los jóvenes en cada zona, platican con ellos, los invitan a diferentes eventos de recreación, quizás hasta una barbacoa al aire libre.

En otras ocasiones los interventores incluso organizan fiestas al aire libre a las que invitan a los jóvenes y también a los vecinos adultos del área.

En ciertas zonas o refugios seguros, los interventores también invitan a los jóvenes a participar en juegos de video, a ver películas o hasta a veces a jugar a los naipes.

A través de esas conversaciones y diferentes eventos los interventores conocen a los jóvenes y, con el paso del tiempo, se les orienta para buscar otra salida a sus vidas, quizás incluso regresar a la secundaria y hasta entrar a una universidad.

“He visto a muchos jóvenes que han dado un giro nuevo a sus vidas”, precisa Gutiérrez, de origen mexicano.

Uno de los factores más importantes al ayudar a los jóvenes es poder entrar en una conversación con ellos y darse cuenta de por lo que ellos están pasando, apuntó Gutiérrez

Gutiérrez cuenta que creció en La Villita en la década de 1960 y que conoce bien a la comunidad. Sabe además de los riesgos que pueden enfrentar los jóvenes.

“La violencia puede afectar a alguien en cualquier momento”, dice Gutiérrez. “La Villita tiene mucha violencia.”

Gutiérrez menciona que cuando era joven él siempre pensó que no llegaría a vivir más allá de los 17 años.

“He sido tiroteado, apuñalado, y he ido a la cárcel después de un incidente violento”, cuenta Gutiérrez sobre su juventud en La Villita.

Él ahora supervisa a seis interventores de las calles, a dos consejeros y a una persona que trabaja abogando por las víctimas de la violencia.

Gutiérrez declaró que lo que busca en un interventor es que pueda navegar o transitar por las tres zonas de La Villita que Enlace Chicago ha demarcado para propósitos de su vital trabajo.

“Los interventores deben tener un cierto nivel de respeto de parte de los jóvenes y que inspiren confianza en los jóvenes”, explicó Gutiérrez.

A pesar del difícil terreno que hay que navegar en La Villita para los jóvenes, Gutiérrez afirma que ha visto muchas historias de éxito entre ellos.

“He visto cómo los interventores se reúnen con los jóvenes, platican, se comunican y muchos jóvenes se han convencido de que no tienen que pertenecer a ningún grupo”, finalizó Gutiérrez.

En un dramático y doloroso acto de concientización y remembranza, nombres de víctimas de la violencia callejera fueron desplegados en los muros de la Iglesia Católica Santa Inez en La Villita. (Antonio Zavala / La Raza)

Guillermo Niño, interventor con éxito

Guillermo Niño es el interventor principal de la organización Enlace Chicago y uno de los interventores de mayor éxito de esta organización dedicada a mitigar, y tratar de acabar, la violencia.

Como dijo a La Raza Guillermo Gutiérrez, “la violencia es un tema complejo. Afecta a muchas personas, tanto al que la causa como a la víctima, como a los familiares y amigos en ambos lados”.

Al respecto, Niño, de 49 años, mencionó que ha visto con sus propios ojos el éxito que puede resultar de intervenir positivamente en las vidas de los jóvenes latinos y mexicanos de La Villita, zona compartida por tres grupos de pandillas que operan en esa grande y exitosa comunidad en el suroeste de la ciudad de Chicago.

Niño explicó que tiene ya casi cuatro años como interventor principal en Enlace Chicago, pero ya ha visto el fruto de su trabajo y del resto de la organización.

“Cinco de los jóvenes con los que he platicado y convivido ya están en una universidad, otros 10 ya han encontrado trabajo y están trabajando de tiempo completo por los últimos dos años y medio”, recalcó Niño, también de origen mexicano.

Niño enfoca su intervención en la zona desde la avenida California hasta la avenida Damen y de la avenida Blue Island hasta la Calle 18, un área que abarca el oeste de Pilsen y el este de La Villita.

“Si los jóvenes necesitan alguna asistencia, yo siempre estoy ahí”, indicó este interventor.

Niño dijo que está orgulloso de que en la zona donde él interviene no ha habido ningún incidente de violencia en los últimos dos años.

“Ni siquiera un tiroteo ni siquiera una botella rota”, aseguró Niño en la entrevista realizada con él por La Raza a principios de 2024.

Niño le da también crédito a la ayuda que ha recibido en estos esfuerzos de mantener la paz de parte de los administradores del complejo de viviendas de la Autoridad de Vivienda de Chicago (Chicago Housing Authority, CHA) y de Ofelia Santiago, la directora del parque de la ciudad cerca de la Calle 24 y la avenida Washtenaw.

Jacqueline Herrera, directora de Prevención de Violencia

Jacqueline Herrera, trabajadora social de profesión y quien hasta enero de 2024 era directora del Programa de Prevención de la Violencia de Enlace Chicago, mencionó que esa organización usa un modelo holístico para proveer una serie de servicios a los jóvenes de La Villita.

Entre estos servicios está proveer consejería dentro y fuera de las escuelas públicas por promotores o interventores que buscan erradicar los vestigios de la violencia en las víctimas.

Herrera, de 33 años, mencionó que casi todos los clientes de Enlace Chicago que reciben servicios relacionados con la violencia son nacidos y criados en La Villita.

Las cuatro escuelas que tienen un acuerdo con Enlace Chicago para proveer consejería a los jóvenes son la Secundaria Community Links, la Primaria Eli Whitney, la Academia de Comunitaria Farragut, y la Escuela Intermedia Madero.

Herrera, quien por unos 7 años trabajó en Enlace Chicago, indicó que los trabajadores de esa organización proveen servicios de apoyo no solo a las jóvenes víctimas de la violencia si no a la familia entera.

“La violencia no solo impacta a la víctima si no también al padre, la madre y los tíos de la víctima”, precisó Herrera, quien unos días después de la entrevista dejó de ser parte de Enlace Chicago.

Proveer refugios seguros a los jóvenes

En entrevistas con los interventores de Enlace Chicago, varios de ellos mencionaron la importancia de proveer refugios seguros, llamados Safe Havens en inglés, a los jóvenes de La Villita.

Los interventores de Enlace Chicago usualmente tienen un refugio seguro en cada una de las tres zonas en las que esta organización divide a La Villita.

En estos refugios seguros, los jóvenes pueden escuchar música, platicar con los interventores, jugar juegos y en muchas ocasiones llevar a cabo fiestas al aire libre en donde muchas veces también se invita a los vecinos adultos para que conozcan a los jóvenes y los vean sin el mote de “pandilleros”.

Todos los entrevistados indicaron que ahí la interacción y la comunicación entre interventores y jóvenes es clave para poder indicar a los jóvenes un futuro de provecho, que incluya ingresar a un colegio comunitario o universidad y cambiar sus vidas.

En Enlace Chicago los interventores usualmente refieren a los jóvenes, dependiendo de cada caso particular, a un manejador de casos, quien ve y analiza cuáles son las necesidades de intervención del caso. Luego, se revisan las necesidades específicas de consejería, salud física y salud mental para proveerles esos servicios a los jóvenes.

Herrera indicó que, dependiendo de cada programa, Enlace Chicago presta servicios a cerca de 65 jóvenes a la vez. En los últimos años ha prestado servicios a más de 100 jóvenes y sus familias, indicó Herrera.

Herrera volvió a enfatizar que, a través de los eventos comunitarios que Chicago Enlace organiza a lo largo de cada año, se informa a más jóvenes de los servicios de la organización.

Estos eventos incluyen fiestas de cuadra, barbacoas al aire libre y actividades durante días feriados como Labor Day a comienzos de cada septiembre, el cual es, con inquietante frecuencia, el fin de semana más violento en la ciudad de Chicago.

Herrera agregó que usualmente toma de 7 meses a un año entero ayudar a una víctima de la violencia.

Comenzando de nuevo en La Villita

Enlace Chicago también es parte del Colaborativo Latino de Illinois para la Reintegración a la Comunidad (Illinois Latino Reintegration Community Collaborative), el cual es un programa para ayudar a personas, identificadas como ciudadanos, para revertir la percepción negativa que acompaña a los exreclusos que salen de la cárcel después de cumplir sus condenas.

Max Cerda es el coordinador regional de esta iniciativa que busca ayudar a los ciudadanos que vuelven de prisión a sus comunidades.

Este colaborativo en total involucra a 80 organizaciones de toda la ciudad y a cada organización comunitaria participante, entre ellas Enlace Chicago, se le asignan 10 casos de ciudadanos para reintegrarlos a la sociedad, a sus comunidades y familias.

Cerda, de 62 años, precisó que Enlace Chicago trabaja con el Centro Cultural Puertorriqueño en la ciudad en esta tarea.

“Es muy frustrante”, dijo Cerda, “Nadie quiere dar empleo a un ciudadano que regresa de la cárcel al punto que nos preguntamos nosotros, ¿hasta cuándo termina su castigo?”.

Cerda mencionó que un estigma sigue a los ciudadanos que regresan pero que es necesario encontrarles un trabajo que ellos puedan desempeñar.

No solo eso: muchos de los familiares ya han cambiado también, como lo han hecho los ciudadanos que regresan de la cárcel. Muchos ya no son los mismos.

“Es un proceso largo de ayudar a los ciudadanos que regresan a sentirse cómodos en su piel”, agregó Cerda. “Es difícil”.

Cerda mencionó que a veces al regresar a su propia cultura, el ciudadano hispano que vuelve de la prisión logra sentirse bien y sana. “La cultura sana”, señaló Cerda y dijo que esto incluye libros, música, baile y otras actividades culturales como teatro.

Cerda dijo que él mismo pasó por muchas cosas en su juventud en Chicago. “Yo estaba perdido de joven”, contó Cerda. “Mi hermano murió en mis brazos, yo tenía 18 años, yo quería sanar, quería mi cultura, mi identidad, quería tener esperanza, energía”.

“Al final de cuentas”, precisó Cerda, “nosotros somos tan efectivos al grado que los jóvenes son receptivos”.

Jason Maldonado: la gente sí cambia

Otro líder en el Colaborativo Latino de Illinois para la Reintegración a la Comunidad es Jason Maldonado, quien ha trabajado para Enlace Chicago desde octubre de 2020. Él mismo, nos dijo, es un ciudadano que regresó a la comunidad después de haber purgado una condena en la cárcel.

Maldonado, de 56 años, opina que los ciudadanos latinos que vuelven de las prisiones carecen de servicios que los ayuden a integrarse de nuevo a la sociedad.

Muchas veces, dijo Maldonado, los latinos tienen que acudir a recibir estos servicios en las comunidades afroamericanas en donde se dan problemas con el idioma y a veces incluso con la cultura.

“¿Por qué los hispanos de nuestra comunidad tienen que ir afuera para recibir estos servicios? Nosotros debemos ser capaces de ofrecer estos servicios a nuestros ciudadanos que regresan de prisión”, apuntó Maldonado.

Entre los muchos servicios que a veces requieren los hispanos que acaban de salir de la cárcel figuran terapias de salud mental, manejo de la ira y ayuda para combatir el alcoholismo.

Además, los ciudadanos que regresan requieren un lugar donde vivir, una tarjeta de identificación, licencia de manejo, ropa y un trabajo, recalcó Maldonado.

Otros servicios vitales incluyen borrar sus expedientes criminales cuando han sido encontrados inocentes y buscar la remoción de tatuajes de sus cuerpos.

Bajo esta iniciativa en Enlace Chicago, un experto en tatuajes los remueve de manos, cuello o cuerpo por $20, cuando en otros lugares esto puede costar hasta $200.

Y, por último, Enlace Chicago cuenta con un programa en coordinación con Metropolitan Family Services que provee ayuda legal, en particular para borrar un expediente de arresto o de encarcelación después de que la persona fue hallada inocente.

“Ten en mente que estos jóvenes no son unos ángeles, pero la gente sí cambia. Yo creo que todos merecen una segunda oportunidad para contribuir a la sociedad”, dijo Maldonado.

Maldonado afirmó que muchos de los ciudadanos que regresan de las prisiones tienen inteligencia y talento.

Tanto Max Cerda como Jason Maldonado enfatizaron que para las personas que han estado en prisión el castigo continúa afuera en la sociedad.

“Si tienes una convicción [declaración de culpabilidad] en la corte, tu castigo continúa afuera en la vida real,” apuntó Maldonado.

Y Cerda añadió que “muchos ciudadanos que regresan son estigmatizados al punto que nos preguntamos, ¿hasta cuándo cesa su castigo?”.

Pasaje Seguro y las escuelas

Enlace Chicago, además de su trabajo con los jóvenes, también es la agencia que coordina los esfuerzos del Programa Pasaje Seguro (Safe Passage), que emplea a personas para lograr que las rutas de ida a la escuela y regreso a casa sean seguras para los estudiantes de 14 escuelas en La Villita y Pilsen.

El programa crea un ambiente de seguridad con adultos que patrullan con radio de onda corta en mano las rutas a las escuelas para prevenir la violencia.

Enlace Chicago colabora con administradores y personal de cada escuela, con la Policía de Chicago y organizaciones de padres de familia y de vecinos para establecer un hábitat de seguridad.

Las escuelas con las que Enlace Chicago coordina esos esfuerzos son la Academia Comunitaria Benito Juárez, la Escuela Charles G. Hammond, la Secundaria Comunitaria Links, la Escuela Primaria Eli Whitney, la Academia Comunitaria Farragut, la Escuela Irma C. Ruiz, la Escuela Primaria John Spry, la Escuela Primaria Joseph E. Gary, la Primaria Lázaro Cárdenas, la Secundaria Little Village Lawndale, la Academia María Saucedo, la Primaria Pickard, la Primaria Telpochcalli y la Academia William E. Finkl.

Epílogo: un incidente violento

Justo al terminar la redacción de este reportaje se reportó en los medios un tiroteo violento en La Villita durante la madrugada del domingo 11 de febrero de 2024.

El incidente se reportó en la cuadra 3500 de la calle W 30th, cerca de la avenida St. Louis, y se dijo que cinco personas resultaron heridas, una de ellas una mujer con heridas graves. El incidente aparentemente se desató después de una discusión entre un hombre de unos 53 años y un joven, el cual comenzó a disparar un arma.

La mujer herida fue llevada a un hospital, al parecer con varios impactos de bala en su cuerpo. El agresor, se informó, escapó en un vehículo. Una historia más que, dramáticamente, muestra que para prevenir y enfrentar la violencia todo esfuerzo es clave y hay mucho por hacer.

Contacto con Enlace Chicago

Dirección: 2759 S. Harding Ave. Chicago, IL 60623

Correo electrónico: info@enlacechicago.org

Sitio web: www.enlacechicago.org

Página de Facebook: www.facebook.com/enlacechicago

Teléfono: 773-943-7570

La producción y publicación de este reportaje de La Raza han sido posibles gracias al apoyo del Chicago Community Trust a través de su programa Cross Community Impact.

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