La legendaria cantante cubana Omara Portuondo visita Chicago
La cantante está de gira y canta en el Chicago Symphony Center mientras celebra su cumpleaños número 86
Diva del Buena Vista Social Club y Novia del Feeling, Omara Portuondo ha recibido casi todos los premios que un músico puede recibir, —así como condecoraciones en su tierra, en la que sigue gozando de popularidad— tras 71 años de vida artística, en los que ha compartido escenarios con cantantes de la talla de Nat King Cole y Celia Cruz.
La conocida cantante cubana cumple 86 años este 29 de octubre y los celebrará en medio de una extensa gira por una decena de ciudades estadounidenses, “con el grupo de Roberto Fonseca, que es un músico joven, muy talentoso”, nos explicó desde Davis, California, días antes de su concierto en Chicago, en la casa de la Sinfónica de Chicago, el próximo 21 de octubre.
“Nunca pienso en mi edad. Usted sabe lo que me sucede, que no me doy cuenta del tiempo”, comenta. “Solo recuerdo que nací un 29 de octubre, y que mis padres eran maravillosos en mi niñez, y que he tenido la dicha de compartir escenario con muchísimos grandes artistas, como Celia Cruz, que desafortunadamente ya no está, pero es un baluarte de nuestra cultura”.
En 1967 comienza su exitosa carrera como solista, que la lleva a un sinnúmero de escenarios y le forja un nombre, mucho antes del boom de la música cubana que sobrevino con Buena Vista Social Club, en 1996.
Por eso para Omara este disco, al margen de su éxito, no es un parteaguas en su vida artística, ni siquiera uno de los momentos cenitales.
Cantar con su compatriota Celia “La reina de la salsa”, es en cambio uno de los recuerdos que más atesora. Se la siente rememorando con reverencia.
“He tenido una suerte tremenda”, confiesa. “Lo que más me deprimiría, lo más decepcionante de la vida sería no cantar en Cuba, pero hasta ahora siempre he podido hacerlo. Y además he tenido la dicha de poder representar nuestra música a nivel internacional, ser una embajadora de mi cultura”.
Las respuestas se acomodan musicales en su registro. A veces entona parte de la respuesta o ríe boicoteando la conversación que intenta encontrar seguir su orden.
Hasta que uno acepta resignado que lo importante quizás solo sea disfrutar su voz melodiosa, que ha sido a fin de cuenta su talento y su carta de triunfo, como podrán comprobar quienes asistan al concierto del 21 de octubre en el Chicago Symphony Center (220 S. Michigan Ave. 60604), en el centro de Chicago.