“Joselito”, el nuevo santo mexicano, da bocanada de aire a la fe católica
Conoce la historia del "niño santo"
MÉXICO – José Sanchez Díaz “Joselito” tenía todas las de ganar. Pero perdió, al menos temporalmente. A los 13 años, este hijo de familia acomodada, católica a ultranza y nacido en una de las zonas más conservadoras del país se enroló en el ejército “cristero” que se oponía a la laicidad del estado y la persecución de sacerdotes en los años 20 del siglo pasado.
Luego de dos años las fuerzas federales lo torturaron y asesinaron.
La leyenda cuenta que su padrino –un hombre acaudalado de la zona- quiso interferir por él, pero el joven se lo impidió y respondió con negativas.“Mi fe no está en venta”, dicen que dijo.
Desde entonces se convirtió en el mártir de Sahuayo, su tierra natal, y Michoacán, su estado donde todavía el 92% de la población se declara católica frente al 83% del nivel nacional que va perdiendo poco a poco la fe frente a diversos escándalos de sacerdotes como el poderoso y pederasta Marcial Maciel o la poca apertura para abrirse a temas sociales como los matrimonios gay.
“Es un orgullo que un paisano tuyo llegue a los altares porque nos lleva a un compromiso de que esto no quede en un mero festejo, sino que nos lleve a ser defensores de nuestros valores y principios que últimamente han sido atacados”, dijo José Francisco Amezcua, responsable de la pastoral juvenil de la iglesia de San José Sánchez del Río.
En 2008, Paulina Gálvez, madre de Ximena Guadalupe Magallón una muchachita rubicunda y de ojos pizpiretos que ahora tiene ocho años, pidió a San Joselito que salvara a su hija desahuciada tras un infarto cerebral derivado de múltiples padecimientos, entre ellos, meningitis, convulsiones y tuberculosis.
Los médicos entregaron la niña y la madre la tomó en los brazos para orar. “En el momento abrió los ojos y todo fue inexplicable para la ciencia”, cuenta una y otra vez la conmovida madre, quien aún vive para contarlo una y otra vez ante los medios de comunicación.
Joselito ha venido a ser en los últimos años una bocanada de agua fresca en el centro de México, donde ya le hicieron un templo y la gente pide por más milagros. En enero pasado el papa Francisco le ofrendó flores durante su visita a Michoacán y hace unas horas lo nombró santo en una emotiva ceremonia en la plaza de San Pedro con una réplica en Michoacán con diversos festejos.
Durante dos días, Sahuayo y sus alrededores no durmieron entre procesiones, rosarios, cohetes, globos y misas para reivindicar el milagro que lo llevó a los altares de los santos.