Tres cosas que usted tal vez no haya visto
Es muy difícil en estos momentos hacer un análisis sosegado de la elección general de 2016 porque mucho ha cambiado de forma casi instantánea, y mucho más cambiará en los próximos meses y en los cuatro años que siguen.
Pero es importante echar un primer ojo a lo que cambió en Chicago tras la jornada del 8 de noviembre, y el impacto que eso tendrá en la prolongada crisis política que vive el estado de Illinois.
En ese sentido, hay tres cosas que a lo mejor usted no está viendo por estar concentrado, como millones más, en lo que pasó en la elección presidencial.
En esas tres cosas no incluyo el vuelco que tuvo lugar en dos competencias federales: la derrota del senador republicano Mark Kirk a manos de la congresista demócrata Tammy Duckworth, y el triunfo de Brad Schneider sobre el republicano Bob Dold para ocupar el escaño en el Congreso que deja vacante Duckworth. Ambas son importantes victorias demócratas –de las pocas que consiguieron– con importantes implicaciones para los suburbios.
Me concentro en tres cosas que tienen impacto directo sobre Chicago:
1) La victoria de Susana Mendoza en la lucha por ocupar la Contraloría Estatal. El poco conocido cargo de Contraloría es fundamental por el efecto que tiene sobre el manejo de los fondos fiscales del Estado. Susana Mendoza no sólo es la primera latina en ocupar el cargo: es también una fuerte apuesta tanto del alcalde Rahm Emanuel como del Presidente de la Cámara de Representantes estatal, Michael Madigan, de poner una pieza clave en la lucha entre Rauner y la Legislatura. La Contraloría tiene gran peso e influencia sobre el manejo del presupuesto estatal, que lleva ya 18 meses como rehén del pleito entre demócratas y republicanos en Springfield.
2) Dos derrotas de candidatos demócratas en las áreas suburbanas implican que ese partido ha perdido la supermayoría que tenía en la Legislatura Estatal. Esto es una mala noticia para Madigan, que contrapesa la buena noticia del triunfo de Mendoza. Con la supermayoría, la Legislatura podía derrotar cualquier veto impuesto por el gobernador a un proyecto de ley. Esto tendrá fuertes repercusiones cuando la nueva Legislatura tome posesión en enero. Rauner podrá sufrir una derrota en Springfield en proyectos de ley y no le importará tanto, porque podrá vetar esa ley a sabiendas que los legisladores no podrán anular el veto. En pocas palabras, es previsible que continúe el impasse presupuestal, incluyendo en presupuestos clave para Chicago.
3) La aprobación vía referendo de una iniciativa que protege los fondos de infraestructura para el transporte de cualquier intento de apropiación de parte del gobernador o el legislativo estatal. Esto es bueno, porque permite que siga habiendo una inversión en caminos y transportes, y evita el mal manejo de fondos.
Mucho, pues, por reflexionar.