Diego Luna sobre Star Wars: “Es imposible prepararse para lo que me viene”
El actor mexicano nos contó cómo obtuvo un papel principal en de "Rogue One: A Star Wars Story"
A sus 36 años, la vida de Diego Luna está a punto de cambiar para siempre. El actor mexicano ya es conocido en América Latina y entre los aficionados al cine de EEUU y Europa, pero a partir del 16 de diciembre su popularidad dará un salto galáctico. Ese día se estrena “Rogue One: A Star Wars Story”, la primera película del universo Star Wars que no pertenece a las trilogías originales.
Aún así, el film cuenta con toda la maquinaria de producción y marketing de la saga y es sin duda el estreno de estas Navidades. Conversamos con el actor en la sede de Lucasfilm en San Francisco, justo después de que diera las buenas noches por “facetime” a sus hijos de 8 y 6 años en México.
P: Has comentado que Star Wars fue la primera película que te marcó…
Diego Luna: Me acuerdo que la vi en Beta, porque ya llegué tarde. [Luna nació en 1979 y Star Wars es de 1977]. Representó para mí la oportunidad de poder ser parte del mundo que ya mis primos estaban viviendo. Yo soy el más chico de los primos, así que era la oportunidad de sentirme más grande, de sentir que estaba tomando ya mis propias decisiones como público y de pertenecer a este universo que los tenía encantados. La vi muy chiquito, también como esa transición del cine que te ponen tus papás al cine que ya escoges tú.
P: Para toda una generación es una saga mítica, una referencia cultural. ¿Cómo es estar de pronto de protagonista en una película de Star Wars?
D.L.: Es un sueño, una sensación única. Pocas veces mi trabajo me conecta con algo tan profundo, con mi niñez, con esa fuerza. Me conecta con mis pininos como espectador. En mucho culpo a George Lucas de mi amor por el cine. Después fui encontrando otros referentes, pero fue uno de los primeros que tuve y eso hace a esta película muy especial para mí. Y luego, ser parte del algo tan importante para tanta gente es una sensación única, muy especial. Pocas veces puedo uno ser parte de un proyecto que genera tal nivel de expectativa. Yo creo que no hay ningún otro. Esto es único.
P: ¿Te puede cambiar tu carrera?
D.L.: Va a hacer que mi trabajo llegue a lugares donde nunca ha llegado. Yo llevo un buen rato sintiendo una libertad –para la cual he trabajado mucho– de poder escoger los proyectos en los que quiero estar. Y yo veo este proyecto como la oportunidad de que esa libertad me dure muchos años más.
P: ¿Tienes miedo a volverte demasiado famoso, a que no puedas casi salir a la calle porque te conozcan en todos sitios?
D.L.: No, no me da miedo. Lo veo desde un ángulo más positivo: la oportunidad de que mi trabajo genere más expectativa, que haya más público. Eso me alienta. Que pueda hacer teatro como el que hago en México en otros países y que haya un público que quiera verlo me emociona. Trato de ver lo positivo. No lo veo desde el ángulo negativo, porque además el miedo te hace actuar de la peor forma. No digo que no lo sienta a veces, pero es el enfoque incorrecto.
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P: ¿Cómo lograste el papel?
D.L.: Fue sui generis. No lo busqué. No es que me la pasé diciéndome a mi agente “¡Quiero estar en Star Wars, quiero estar en Star Wars!”. Al contrario, no lo vi venir. Un día me llamaron y me dijeron: “Gareth Edwards quiere reunirse contigo”. Me senté y me dijo: “Me gustaría hacer esta película contigo. Yo sólo soy el director. Aquí en esta película hay muchísima gente trabajando y la decisión depende de muchas cabezas. Si tú estás dispuesto, me encantaría ahora empezar un proceso para presentarte como la opción con la que yo quisiera trabajar”. Le dije que sí y a partir de ahí empezamos un proceso. Grabé unas escenas y le mandé una. Después me pidió ir a Londres e hicimos otra sesión. Todo eso pasó durante cuatro meses, más o menos, para que llegara la noticia, para que llegara el día en que me habló. Gareth estaba saliendo de una junta en San Francisco y me dijo: “Welcome to Star Wars”. Sentí una emoción indescriptible. Y todavía estoy emocionado, todavía me sorprende a veces la idea y digo: “¿De verdad, de verdad me tocó? ¡Qué gran regalo!”.
P: ¿Conocías a Gareth de antes?
D.L.: No, no lo conocía… Ayer me confesaron Gareth y John Schwartz –uno de los productores– que estuvieron viendo muchas escenas de Elysium (2013) y que esa película fue la que me trajo a ésta.
P: ¿Pudiste conocer a George Lucas o a gente de la primera trilogía?
D.L.: A George Lucas no he tenido todavía la oportunidad de conocerlo. El que nos fue a visitar un día al set fue a Mark Hamill. Fue muy emocionante. Llegó y paramos todo. Fuimos a saludarlo y platicamos un momento con él. Gareth nos presentó a Felicity (Jones) y a mí y me acuerdo que dijo: “¿Estás preparado? Tu vida va a cambiar”. Y yo todavía de tonto le dije: “Sí”. Después me di cuenta que no, que es imposible prepararse para esto. Que es imposible predecir lo que se viene. Y que de hecho es una pérdida de tiempo. Hay que vivir el día a día y dejar que las cosas se vayan dando. Me dio mucho gusto conocerlo y agradecerle lo que me había dado como espectador.
P: ¿Hubo algún momento en que pararas y dijeras “carajo, estoy en un rodaje de Star Wars”?
D.L.: Sí, la primera vez que me tocó dispararle a un startrooper con el blaster y que cayera. Cuando dijeron “corten”, dije: “Wow, he vivido esto en mis fantasías muchas veces y ahora me tocó experimentarlo desde adentro”.