¿Sufres de depresión? Escalar paredes podría ayudarte a salir de ella
En Austria y en Alemania, ir al hospital a escalar no es algo tan raro. Allí hace años que está reconocido el impacto positivo que practicar la escalada en rocódromo puede tener en los pacientes con enfermedades mentales
Para la mayoría puede parecer algo muy extraño, pero en Austria y en Alemania ir al hospital a escalar no es algo tan raro.
Hace años que estos dos países están a la vanguardia en Europa de una estrategia aún poco conocida en otras regiones: la escalada con fines terapéuticos para la salud mental .
El hospital clínico de la ciudad alemana de Memmingen es uno de los centros de salud que tienen un impresionante rocódromo para los pacientes.
Pero no dejes que la altura de esa pared te engañe: en realidad no hace falta ir muy alto para practicar la escalada en rocódromo porque se trata de un tipo de escalada a baja o media altura para la que no se utilizan cuerdas ni arnés.
Una investigación reciente de la Universidad de Arizona, en Estados Unidos, y de la Universidad de Erlanger-Nuremberg, en Alemania, midió el impacto que practicar este deporte puede tener en el tratamiento de la depresión.
Tras una intervención de ocho semanas, los investigadores notaron una mejoría significativa en el nivel de depresión de los participantes, que pasaron de un grado de severidad moderado a uno leve .
“Te obliga a centrarte en el momento presente. No le permite a tu mente pensar en las cosas que te están pasando en la vida, tienes que concentrarte en no caer”, destacó Eva María Stelzer, la investigadora líder del estudio.
¿Qué tiene de especial la escalada en rocódromo?
Aunque muchas formas de ejercicio son beneficiosas para la salud mental, las características de la escalada en rocódromo, que según sus propulsores la hacen especialmente recomendable para fines terapéuticos son:
- Cualquiera puede escalar: hasta los niños más pequeños pueden a hacerlo de una manera natural.
- No hay que estar muy en forma para practicarla: una buena técnica es más importante que la fuerza física.
- Las personas con discapacidad física y mental también pueden participar.
- No hace falta tener un equipo especializado: solo ropa cómoda y unos deportivos.
- El progreso se percibe inmediatamente.
- Exige una concentración absoluta “en el momento presente” para no caerse.
Para el psicoterapeuta Alexis Zajetz, del Instituto de Escalada Terapéutica de Thalgau, en Austria, la escalada en rocódromo es muy buena para motivar a los pacientes porque “dos segundos después de empezar, ya tienes tu primera sensación de éxito solo con dar el primer paso”, según dijo en declaraciones a la página web sobre escalada UKClimbing.
Zajetz también destaca que muchos pacientes están cómodos con este tipo de psicoterapia precisamente porque no la identifican como una terapia, y prefieren este ejercicio a sentarse en una mesa y hablar.
“Una vía de escape maravillosa”
“En escalada, el fracaso es el camino hacia el progreso “, dice Jake McManus, un británico que asegura que este deporte le cambió la vida.
En 2012, vivía dependiente de una medicación fuerte para tratar su depresión psicótica severa , que padecía desde la niñez, y que a veces le impedía salir de casa.
Pero inesperadamente la escalada lo sacó de ese estado: ahora maneja mejor su condición y tiene una vida casi normal.
“Cuando estás escalando, estás centrado en el momento, totalmente presente en lo que estás haciendo y tu mente está libre de otros pensamientos. Es una vía de escape maravillosa”.
Hoy, la escalada es la roca sobre la que Jake ha reorganizado su vida, una experiencia que ahora comparte en su página web “climb out” para ayudar a otras personas con problemas de salud mental.
“Cada ruta es un puzzle”
En Reino Unido, el servicio nacional de salud pública, el NHS, ha reconocido los beneficios para la salud física y mental de la escalada en sus diferentes formas y desde hace años se ven con frecuencia paredes de escalada en parques y escuelas infantiles .
Entre las capacidades que se desarrollan al practicarla, el NHS destaca la resolución de problemas, la tendencia natural a ponerse nuevos desafíos a uno mismo, la sensación de logro y la interacción social, porque es un ejercicio que no debería practicarse en solitario por motivos de seguridad.
“Cada ruta de escalada es como un puzzle que requiere de paciencia, planificación y análisis para ser completado”, dice el NHS en su página web.
“A medida que mejoras, de manera natural querrás ponerte más a prueba e intentar escalar en superficies más difíciles o en el exterior”, añade.
“Ponerte objetivos y cumplirlos te da una gran sensación de éxito, que puede darle un empujón a la autoestima en las actividades cotidianas”.
Por eso Eva María Stelzer y su equipo creen que la escalada en rocódromo puede ser utilizada como un complemento al tratamiento tradicional de la depresión .
La investigadora de psicología en la Universidad de Arizona está trabajando ahora en la creación de un manual para un programa de ocho semanas en el que se integra la escalada a baja altura y la psicoterapia en grupo.