Pequeños cambios que te sacarán de la depresión
Todos tenemos altibajos emocionales, lo importante no es dejar de sentirlos, sino conocer el límite
Primero que todo es importante que sepas que la tristeza es un sentimiento natural, no estás loco (a). Tienes derecho a sentirte en uno de esos días que no te aguantas ni a ti mismo. ¡No te juzgues, no te des tan duro! No hay por qué frustrarse con las ganas de llorar, gritar o el simple desespero de no saber qué hacer. Hombres y mujeres lo sufrimos, además nosotras enfrentamos el factor adicional de las hormonas.
¡Pero cuidado! una cosa es tener momentos de tristeza, otra es vivir en medio de la tristeza. ¿En qué posición estás tu? En ocasiones, cuando estamos en uno de esos “bajos” de nuestra vida, alguien nos sugiere buscar ayuda. ¿Y por qué no? podría ser un buen consejo, más si te estás sumiendo en ese sentimiento.
Hablar con un experto no significa estar loco. La terapia es un medio muy efectivo para ver lo que no has descubierto en ti. En ocasiones la gente ve que saldremos del problema, prevé un muy buen porvenir y ahí te preguntas, ¿qué ven ellos, que no veo yo? Es precisamente para esto que funciona hablar con el experto en la materia. Un psicólogo aparte de escucharte puede guiarte en el camino de conocerte a ti mismo. La razón es muy sencilla, porque un gran porcentaje de las preguntas que tienes en tu vida, solo las puedes responder tu mismo. Debes aprender a llegar a la respuesta.
Cuando estamos en uno de esos momentos, por lo general buscamos un entorno melancólico. Escuchamos música triste, caminamos lento con la mirada hacia el piso, vemos películas de drama, no nos arreglamos en lo absoluto y tratamos de permanecer en casa. ¿Te suena familiar? ¡Claro! Es una tendencia. Y para tu tranquilidad te cuento que acá mismo está la formula. Intenta hacer todo lo contrario y verás lo efectivo que resulta. Acá es donde entra la frase de “la felicidad es una decisión”, y sí, en parte, por lo menos haz el intento.
1. Cambia la música melancólica o las noticias de la mañana por sonidos de percusión, música que te haga mover el cuerpo. Los instrumentos de percusión, familia de los tambores, emiten unos sonidos que crean una estimulación en nuestro cerebro. Comenzar a llevar el ritmo de una canción con tus manos o pies, lo demuestra. Al principio puedes sentir un “ay no, no estoy para esta música”, pero pasa el límite. Déjala un rato, puede que cuando menos te des cuenta estés bailando al ritmo de la canción. Aunque no lo creas, mover tu cuerpo va a enviar un mensaje a tu cerebro que ayuda a combatir la tristeza.
(Personalmente me funciona escuchar música de Carlos Vives o Chocquibtown. Por si quieres intentar. Son dos agrupaciones colombianas de música tropical, lo que yo llamaría música feliz.)
2. Evita permanecer en casa, es difícil impulsarte a salir si te sientes mal, pero necesitas esforzarte. Si es un día soleado aprovecha, camina, deja que la energía del sol te recargue. Si por el contrario es un día lluvioso y definitivamente no vas a salir, mira algo de comedia en televisión, una película de acción o una serie que te encante. Pide o prepara tu comida preferida, disfruta del sabor de lo que más te gusta, obligate a sonreír y a darle gusto a tus sentidos.
Si es un día de laboral, descarga un podcast que disfrutes y con el que te rías para que lo escuches en el camino a tu trabajo. No necesitas de un podcast de motivación personal, a veces pueden llegar a frustrarte más, aunque eso realmente depende de tus gustos. La solución a la tristeza no es enfocarse en ella sino reducir la importancia al sentimiento.
3. Planear es algo que a muchos nos encanta, pero que al mismo tiempo puede generar frustración. Cuando tenemos lo que necesitamos, pero no necesariamente tenemos lo que queremos, tendemos a sentirnos inconformes. ¡Enfócate en lo que tienes hoy! Suena fácil, pero por experiencia personal te digo, es difícil, muy difícil. La formula dicha por muchos, pero aplicada por pocos, consiste en que cuando la tristeza viene porque quieres algo y no lo has logrado, pienses: “no puedo hacer nada en este momento”, mires lo que tienes en el instante y que estás desaprovechando por estar pensando en lo que te hace falta. ¿Estás buscando trabajo y te dio por pensar en eso cuando te estás tomando un café en medio del parque? ¡Tranquilo! muchos hemos pasado por ese momento. Mi mejor consejo es, aprovecha el café, el poder estar en el parque y disfrutar el descanso. Cuando estés trabajando no podrás hacer lo mismo y te prometo que, en este preciso momento, muchos quisieran estar haciendo lo que tu haces. Incluso, en unos días puedes que desees haber sacado provecho de este instante. Disfruta lo que tienes cuando lo tienes, no cuando ya se ha ido.
Aunque a ti puedan funcionarte otras fórmulas, puedes estar seguro de que la mejor medicina para la tristeza está en sacar provecho de ti mismo. Rodearte de gente, buscar estar ocupado o llenarte la alegría de otros puede ayudar pero no será la solución.
Encuéntrate a ti mismo, conoce y crea tu propia formula. Si no funciona busca ayuda, una terapia no sobra y puede que te des cuenta que funciona. Es una decisión personal que te puede resultar efectiva. Solo recuerda que buscar ayuda no significa que estás loco, es solo la muestra de tu deseo de salir de la situación en la que te encuentras.