Senado se alista para aprobar polémico plan de recorte de impuestos
Los demócratas y activistas advierten de que el plan perjudicará a los inmigrantes y las minorías
WASHINGTON— Tras superar enormes trabas y luchas internas, los líderes republicanos del Senado parecen tener este viernes los 50 votos mínimos para aprobar una polémica reforma fiscal, con recortes de impuestos por $1,5 billones en una década, y piensan someterla a voto definitivo en las próximas horas.
El plan de reforma tributaria, que sería el primero de gran envergadura en los últimos 31 años, tuvo que sufrir numerosos cambios para acomodar a varios senadores republicanos que exigían cambios en torno a asuntos como deducciones locales y estatales.
“Tenemos los votos”, dijo a secas el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, al salir de una reunión con líderes de su bancada.
Al cierre de esta edición, el Senado aún no había sometido a voto final el proyecto de ley, que de todas maneras tendrá que ser armonizado con el que aprobó la Cámara de Representantes el mes pasado. Una moción del senador Chuck Schumer para dejar el voto hasta el lunes próximo fue derrotada por los republicanos.
Al recurrir a ciertos reglamentos parlamentarios, McConnell sólo necesita 50 votos, y si surge un empate, el vicepresidente Mike Pence, en su calidad como presidente del Senado, acudiría al Capitolio para romperlo.
Los republicanos, que tienen 52 de los 100 escaños en el Senado, no pueden permitirse el lujo de más de dos disensiones a la hora de votar el plan.
De ser aprobado, el Senado entregaría al presidente Donald Trump una importante victoria legislativa, porque fue una de sus promesas electorales durante la contienda de 2016.
Como es su costumbre, Trump acudió a Twitter para destacar que la aprobación del plan fiscal representa una oportunidad única que solo surge “en una generación”, y que, a su juicio, la única traba son los “demócratas obstruccionistas”.
Republicans Senators are working hard to pass the biggest Tax Cuts in the history of our Country. The Bill is getting better and better. This is a once in a generation chance. Obstructionist Dems trying to block because they think it is too good and will not be given the credit!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 1, 2017
Más tarde, dijo que el plan “encenderá a la economía con niveles de crecimiento jamás vistos en generaciones”, pero la bancada demócrata ha tildado el plan como un gran “engaño” que perjudicará a la clase media y pondrá en riesgo programas que ayudan a gente necesitada.
Economists on the TAX CUTS and JOBS ACT:
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 1, 2017
“The enactment of a comprehensive overhaul – complete with a lower corporate tax rate – will IGNITE our ECONOMY with levels of GROWTH not SEEN IN GENERATIONS…” pic.twitter.com/2vCBDtLh3C
Trump ha estado haciendo campaña por el polémico plan desde hace varias semanas. El martes pasado, se reunió en privado con senadores republicanos en el Capitolio, y horas después el Comité de Presupuesto del Senado lo aprobó sobre líneas partidistas.
Al día siguiente, viajó a Missouri para “vender” los beneficios del plan fiscal para la clase media y la creación de empleos.
La visita de Trump al Capitolio pareció surtir efecto, ya que varios senadores republicanos que pensaban votar en contra, entre ellos Susan Collins, Jeff Flake, Steve Daines, John McCain, Lisa Murkowski, y Ron Johnson, ahora han dicho que votarán a favor de la iniciativa.
Collins en particular aparentemente logró extraer promesas de que la iniciativa incluirá una deducción de $10,000 por impuestos locales y estatales a la propiedad. En Twitter, Collins se mostró complacida con el cambio, y ahora canta las virtudes del plan como una herramienta para fortalecer a la clase media.
El asunto de las deducciones locales era uno de los escollos principales del plan porque la versión original eliminaba esas deducciones, lo que afectaría enormemente a estados como California, Nueva York, y Nueva Jersey, que tienen una alta carga impositiva.
Por su parte, la oficina de Flake, quien no se presentará a la reelección, dijo que éste apoyará el plan porque líderes de su partido se han comprometido a buscar una solución para los “Dreamers” que se quedarán sin el beneficio de “DACA” a partir de marzo de 2018.
El senador republicano por Tennessee, Bob Corker, sin embargo, ha dicho que votará en contra del plan porque teme que éste abultará aun más el déficit y la deuda nacional.
“Aunque apoyo varias cláusulas en esta legislación y sigo creyendo que hubiese sido muy fácil alterar el proyecto de ley de manera que fuese más responsable fiscalmente, sin perjudicar las políticas de crecimiento (económico), desafortunadamente, está claro que la bancada está en otro sitio”, dijo Corker.
El Centro para el Progreso Estadounidense (CAP) advirtió en un video de poco más de una hora que los inmigrantes y las minorías figurarán entre los grandes perdedores del plan, y que buena parte de la clase media verá un incremento en sus impuestos a partir de 2025.
Al incrementar la deuda nacional, “el plan le dará a los ideólogos una excusa para recortar inversiones en áreas como la infraestructura, educación, y el desarrollo de la fuerza laboral, además de recortes en programas críticos como Medicare y Medicaid”, dijo CAP.
En el caso de las minorías y los inmigrantes, que ya afrontan grandes desigualdades salariales, el plan no ofrece una escalera para su ascenso social, pero sí beneficia a los más ricos y las grandes corporaciones, según activistas.
Según los activistas, 11,7 millones de familias hispanas con ingresos menores de $75,000 sufrirían un aumento de impuestos, al igual que tres millones de negocios latinos.
Un informe del Comité Conjunto sobre Tributación (JCT, en inglés), advirtió recientemente que el plan añadirá poco más de mil millones de dólares al déficit en la próxima década.
Otro informe, del Centro para Política Tributaria (TPC, en inglés), también advirtió de que el plan abultará el déficit.
Los promotores del plan tampoco han explicado exactamente cómo se financiará, pero la mayoría de expertos asegura que lo más probable es que el Congreso tenga que hacer masivos recortes en programas de asistencia pública.