Editorial: ¿Cuál Estado de la Unión?
Estados Unidos no puede estar bien cuando se siembra saña contra los inmigrantes
El Estado de la Unión Americana no es bueno.
Las división se ha acentuado en 2017. La presidencia de Donald Trump fue un factor de rencor, engaño, mezquindad, creó una confusión entre la verdad y la mentira. Pone en peligro a la democracia por querer manejarla con el capricho con que hace con su compañía.
El año pasado en ese mismo escenario el Presidente habló de unidad para después gobernar de la manera más divisiva que se tenga recuerdo. No hay ningún motivo para creerle hoy que lo hará de otra manera. Puede repetir las palabras escritas en un papel, pero los hechos son los que mandan.
La llegada de Trump a la Casa Blanca no elevó al candidato a un nivel presidencial. Por el contrario, con sus actitudes y políticas colocó a nuestro país a su nivel. Los valores de generosidad, justicia y liderazgo ante el mundo se redujeron a una actitud autoritaria, a un narcisismo patológico, al conflicto de interés, a una realidad fantasiosa.
El mensaje del Estado de la Unión es una parte de ese mundo en que Trump es la figura central de todo lo bueno, los demás son la causa de lo malo y los inmigrantes son la amenaza acechante.
Estados Unidos no puede estar bien cuando se siembra saña contra los inmigrantes. En la nación de Trump ellos son un chivo expiatorio para enfervorecer a una reducida base causando dolor, separando familias y acusando a indocumentados trabajadores de criminales.
La reducción del desempleo entre latinos y afroamericanos no es una genialidad de Trump, aunque él se cuelgue las medallas por este logro.
La baja es una tendencia que comenzó hace muchos años en el gobierno, anterior, treparse a la cresta de la ola es distinto a crearla.
Quizás la reforma de impuestos ayude elevar la cantidad de empleos disponibles. Está muy claro que Trump fue una bonanza para Wall Street, aunque la suba en la bolsa de valores no necesariamente lleve a la creación de empleos y solo beneficie a la mitad de los estadounidenses. A la otra mitad menos pudiente, le tocará pagar el precio de la reducción de impuestos.
Trump habla de un nuevo respeto nacional en el mundo, cuando en realidad su persona es motivo de burla.
La imagen de nuestro país se derrumbó a nivel internacional. Trump se considera un promotor de productos estadounidenses, como dijo recientemente en la cumbre de Davos, en vez de la posición de líder que corresponde a Estados Unidos. La incertidumbre domina a las naciones aliadas y los socios comerciales.
Estado de la Unión hoy es mejor si es una empresa que contamina, que reduce las protecciones laborales, que se aprovecha de los consumidores y si se tiene muchos dinero. Para el resto, para la democracia, la situación es peor.