Desplome en los mercados de valores

El lunes el Dow Jones llegó a perder 1,600 puntos y cerró con caídas de un 4.6% y el S&P500 del 4%

Los intermediarios del parqué de la Bolsa de NYC, vivieron una sesión de caída histórica del Dow Jones. /Getty Images

Los intermediarios del parqué de la Bolsa de NYC, vivieron una sesión de caída histórica del Dow Jones. /Getty Images Crédito: Getty Images

La ola de pérdidas en los mercados está dando vueltas al planeta. El lunes los principales índices de las bolsas de EE UU registraron fuertes bajadas recogiendo el testigo que pasaban las de Asia y Europa.

El índice Dow Jones, el más volatil de todos, llegó a caer más de 1,600 puntos durante el lunes (la mayor bajada en un día) para terminar cerrando con un retroceso de 1,175 puntos, un 4.6% menos. El S&P 500 también se dejó 113 puntos, un 4.09% y el retroceso del Nasdaq fue de 273 puntos (casi un 3.8%). Las pérdidas que recogió el Dow el viernes, con un desplome de 666 puntos, se intensificaron ayer. Lo que más subió fue el índice de expectativas de volatilidad, que mide el “miedo” de los mercados: 116%.

En el caso del Dow, en su lectura por puntos es una caída histórica pero, en general, estas amplias pérdidas no son del todo extrañas porque la intermediación está cada vez más computarizada y las órdenes que se programan son de venta cuando se llegan a determinados niveles de caída. Críticos de esta forma de intermediación creen que los mercados están distorsionados por los algoritmos de las computadoras. Es algo que ayer ayudó a multiplicar las pérdidas y dar por buena la frase de que en los mercados predomina la mentalidad del rebaño: cuando hay incertidumbre se sigue el movimiento del líder sin cuestionarse nada.

Ayer, esta incertidumbre eliminó las ganancias registradas en lo que va de 2018.

El lunes no hubo ningún dato negativo económico que desestabilizara a los mercados. El periodista de The New York Times, Binyamin Applebaum, tuiteaba una foto de servidores llena de ironía que titulaba la “la triste foto de los traders de Wall Street reaccionando a la caída de los mercados”

https://twitter.com/BCAppelbaum/status/960614104552689665

La incertidumbre se desató el viernes por algo que se llevaba esperando mucho tiempo esperando.

Ese día al hacerse públicos los datos de empleo de enero los inversionistas en las Bolsas vieron que, por fin, los salarios empezaban a subir. Es algo que se esperaba antes, dada la progresiva mejora del mercado de trabajo, pero solo ahora empiezan los cheques a llegar con algo más de vigor.

Lo que es una buena noticia para los trabajadores no lo es tanto para los inversionistas que ven en los salarios más altos un mayor consumo y un mayor potencial de inflación o subidas de precios.

A todo ello hay que unirle la reforma tributaria que, según la Administración, reducirá las retenciones de unos trabajadores que podrán llevarse un mayor salario a casa. Para los salarios bajos, que son los de las familias que más consumen con respecto a sus ingresos, la subida no ha sido pronunciada pero, no obstante, habrá algo más de dinero circulando para el consumo

Y eso cambia las reglas del juego de una Bolsa que ha estado imparable en los últimos años.

Para evitar la subida de la inflación la Reserva Federal sube las tasas de interés y con ello se encarece el consumo y la inflación. Es algo que también retira liquidez a unos mercados acostrumbrados a operar en un ambiente de tasas históricamente bajas.

La Fed rebajó hasta el 0%-0.25% las tasas para atajar la Gran Recesión y ya las ha empezando a subir. Los operadores de valores temen que la subida que tenga que hacer la Fed ahora sea mayor o más acelerada.

El analista jefe de Bankrate.com, Greg McBride, explicaba que los mercados “se han hecho adictos a tasas de interés bajas y los bancos centrales han estado inyectando liquidez en el sistema financiero. Al mejorar las economías en todo el mundo esto significa que es momento de subidas de tasas y menos estímulos. Por eso los inversionistas están teniendo una pataleta, no porque las cosas estén mal”.

McBride centraba ayer el desplome y explicaba que aunque es inquietante para los inversionistas “nos retrocede [en cuanto al valor] a apenas dos meses. El S&P 500 estaba más bajo que el lunes el pasado 7 de diciembre”.

“Las correcciones de los mercados son normales, independientemente de los nervios que puedan desatar”. Este analista recordaba que en los mercados hay que tener perspectiva a largo plazo.

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