¿Cuál es la manera correcta de aplicar compresas de agua fría?
El hielo ayuda a calmar dolores y reducir la inflamación provocada por torceduras o caídas
A la hora de tener una inflamación, lo mejor es poner compresas de agua fría o de hielo en la zona afectada, ya que contribuye a reducirla y también disminuye el dolor. Existen varias formas de usar las compresas dependiendo del caso. Conozcamos todos los detalles.
Tipos de compresas
Existen varios tipos de compresa que pueden ser útiles al momento de aliviar el dolor. La primera es usar una toalla mojada fría. Esta debe quedar empapada y luego exprimirla hasta que esté húmeda.
Luego debe doblarse y meterse en una bolsa de plástico y dejar por 15 minutos en el refrigerador. Pasado este tiempo, hay que sacarla y aplicarla en la zona afectada y dejar por un rato para que alivie el dolor.
Otra opción es usar una compresa de hielo. Es necesario poner alrededor de medio kilo de hielo en una bolsa o una compresa. Se debe poner un poco de agua. Después presionar toda la bolsa para sacarle el aire y se cerrar.
Esta bolsa se debe envolver en una toalla húmeda para luego aplicar en la zona adolorida.
La última opción es usar compresas frías. Se pueden hacer en bolsas con 3 tazas de agua y 1 de alcohol isopropílico. Esta se debe poner en el refrigerado y dejar en el congelador.
Otra opción es comprarlas preparadas en las farmacias. La ventaja de estas compresas es que se pueden reusar. Hay bolsas que se pueden envolver en la zona afectada, así ejercen mejor presión.
Cómo usarlas
De acuerdo a un artículo de northshore.org, hay que ponerse la compresa fría por lo menos 3 veces al día durante el tiempo que dure la lesión. En los 3 primeros días es recomendable poner hielo por 10 minutos cada hora y luego usar las compresas 3 veces al día durante unos 20 minutos.
Si se va a realizar alguna actividad física por un tiempo largo, es recomendable usar compresas después de culminadas dichas actividades. De esta forma, las mejorías se harán notables.
Una recomendación importante es poner un paño entre la piel y la compresa para que esta no se queme. Además, el tiempo de uso no debe pasar los 20 minutos, y hay que tener mucho cuidado cuando se usen en la zona de los ojos.
Lo recomendable es acudir al médico y consultarle cuál es tipo de compresa que él recomienda según el tipo de lesión.