Madre ruega que la dejen entrar a EEUU para atender a esposo enfermo
Solicitará esta semana un permiso humanitario en Tijuana
Esmirna Brito, una madre mexicana, a quien el gobierno de Estados Unidos, le negó la residencia por considerarla una carga pública, extendió una súplica a las autoridades de este país, para que le autoricen un permiso humanitario que le permita reunirse con su esposo en Los Ángeles, debido a que se encuentra muy enfermo.
“Está hospitalizado porque se le han subido los niveles de azúcar a más de 400. Sufre además de alta presión y se encuentra muy deprimido. Ya no quiere ni comer”, dice su esposa, hecha un mar de llanto.
Entrevistada vía telefónica hasta Acapulco, México, donde se encuentra desde hace 11 meses, reveló que este jueves 16 de abril viajará a Tijuana para solicitar un permiso humanitario por seis meses.
“Estoy completamente abatida y atada de manos desde acá, sin poder ayudar a mi esposo en este momento de crisis. Yo era su mano derecha”, afirma.
Petición de ajuste
Fue el 24 de mayo de 2019, cuando Esmirna dejó su casa en Downey, una ciudad al sureste del condado de Los Ángeles, para ir a Ciudad Juárez, México a una entrevista consular como paso previo para obtener la residencia en los Estados Unidos.
A pesar de que su esposo de 56 años, es ciudadano estadounidense, dueño de una cerrajería, propietario de su vivienda, y que ella salió a México con un perdón provisional, le negaron la residencia.
Esmirna llevaba radicando en el país más de 35 años. Tiene 54 años de edad. Ha estado casada por 36 años y es madre de tres hijos adultos. Todos viven en este país.
En 2014, con la ayuda de un notario, comenzó el largo proceso para legalizar su estatus migratorio a través de una petición de su esposo.
Su solicitud de ajuste migratorio fue aprobada en 2016, y recibió una cita para una entrevista el Consulado General de EEUU en Ciudad Juárez, México.
“Lo que mucha gente no se da cuenta, es que aún cuando estés casada con un ciudadano de EEUU, el camino para convertirte en residente puede todavía ser largo y complicado”, dice Mercedes V. Castillo, abogada de migración en la ciudad de Montebello, California.
Carga pública
“En este caso, la señora Brito fue mal aconsejada para asistir a su entrevista en Ciudad Juárez, sin informarle que podía estar sujeta a un castigo de diez años sin poder regresar’, observa.
“Cuando ella vino a nuestra oficina, nosotros le aconsejamos correctamente que obtuviera un perdón provisional antes de salir de EEUU, el cual fue aprobado. Ese perdón se pide para evitar el castigo de diez años a las personas que han vivido en el país por más de un año sin papeles”.
Sin embargo, la abogada explica que durante la entrevista, la oficial consular en Ciudad Juárez, le dijo que era inadmisible por ser carga pública, ya que no tenía ninguna educación, ningún talento, ninguna profesión, ni manera de trabajar.
“Le hizo ver que a su edad no tenía manera de comprobar cómo iba a mantenerse en Estados Unidos. Pero nosotros creemos que fue un error porque no revisó todos los documentos. Ella junto con su marido, tienen una casa y un negocio”, precisa.
Cuando la oficial en Ciudad Juárez, le canceló su petición y el perdón provisional que llevaba, Esmirna recuerda que sintió que el mundo se le venía encima.
“De un tirón, miré mi vida pasar ante mis ojos. Me comencé a preocupar por mi esposo, mis hijos, nietos y cómo podrían sobrevivir sin mi”, dice.
La abogada lamenta que una mujer dedicada, sin historial criminal, que hizo las cosas de la manera correcta, se le haya dicho que sus esfuerzos no fueron suficientes.
“No hay una razón legítima para mantenerla en México, alejada de sus hijos y esposo estadounidenses.”
A criterio del oficial
La defensora Castillo dice que va a depender del oficial en la frontera, si le autorizan o no el permiso humanitario tras revisar su documentación.
“Si se lo dan por seis meses, su caso continúa estando ella aquí, cuidando a su esposo. También estamos esperando que le autoricen otro perdón. Si eso ocurre, mi clienta va a tener que ir a otra entrevista a Ciudad Juárez para que le aprueben la residencia”.
Esmirna considera su caso como una injusticia porque nunca en el tiempo que vivió en EEUU, pidió al gobierno estampillas de alimentos o dinero en efectivo para sobrevivir.
“Lo único que deseo en este momento es estar con mi esposo durante la emergencia que está viviendo”, precisa.