Organización en Pilsen que promueve la industria del cannabis es ahora albergue temporal de migrantes
NDICA recibe fondos de los impuestos a la marihuana recreativa a fin de desarrollar programas para prevenir la violencia y ante la crisis humanitaria se ha convertido en refugio para solicitantes de asilo
Decenas de personas que dormían en el piso de estaciones de policía de Chicago se trasladaron a las instalaciones de una organización sin fines de lucro en Pilsen que impulsa la industria del cannabis y desarrolla programas para prevenir la violencia. Ahora, de manera temporal se ha convertido en un albergue de migrantes.
La Alianza Nacional de Diversidad e Inclusión de Cannabis (NDICA, por sus siglas en inglés) afirma que su misión es crear una industria del cannabis más equitativa a fin de reducir las barreras que contribuyen a la falta de representación de las personas más afectadas por la guerra contra las drogas.
NDICA es una organización sin fines de lucro que inició operaciones en California en 2016 y en Pilsen, Chicago, en febrero de 2023.
Juan Aguirre, gerente de proyecto de NDICA, dice que su organización recibe fondos de los impuestos de la venta de cannabis recreativo tanto de California como de Illinois para desarrollar programas que buscan prevenir la violencia.
Según Aguirre, que es enfermero, NDICA fue la primera organización sin fines de lucro enfocada en la industria de cannabis en California e Illinois que recibió dinero estatal para asistir a personas con antecedentes penales con abogados pagados por la agencia, a quienes ayudan a conseguir empleo. También dan asistencia para solicitar la licencia para abrir un dispensario.
“Ayudamos a personas que tienen antecedentes penales, a excepción de los que abusan de niños y de animales, y podemos ayudar a personas que fueron arrestadas por cannabis”, agrega Aguirre.
Ahora, al menos 128 inmigrantes que llegaron de Texas a Chicago han sido instalados de manera temporal en la sede de esa organización en Pilsen. Los solicitantes de asilo, la mayoría venezolanos tienen acceso a baños y duchas, duermen en colchones, reciben alimentos donados y cortes de pelo gratuito. Hasta tienen un comedor con una televisión pequeña en el sitio. Todo este esfuerzo está siendo dirigido no por las autoridades sino por voluntarios.
La mayoría de migrantes alojados en esa organización en Pilsen estuvieron durmiendo en el piso de las estaciones de policía de los Distritos 1, 8, 10 y 12 ante la falta de albergues temporales o lugares de descanso en Chicago.
Los voluntarios dicen que pueden brindar refugio hasta que los gobiernos municipal, estatal y federal puedan brindar apoyo y recursos para mejorar las condiciones de estos migrantes.
Hay más de 8,000 inmigrantes transportados en autobús y aviones desde Texas a Chicago desde agosto pasado.
Juan Aguirre menciona que, a raíz de que las estaciones de policía estaban llenas de migrantes durmiendo en el piso, surgió la iniciativa de acondicionar el edificio de NDICA para albergar a los recién llegados. Enfatiza que lo que se busca es crear un espacio seguro para los solicitantes de asilo.
El concejal del Distrito 25, Byron Sigcho López, ayuda a organizar a los voluntarios en ese refugio de emergencia ubicado en 2035 S. Racine Ave. en el barrio de Pilsen.
Se necesitan más espacios y voluntarios
“En NDICA estamos consiguiendo más servicios, ahora estamos a capacidad porque no tenemos más personas para estar cuidando el área, necesitamos más voluntarios”, señala Aguirre en entrevista con La Raza.
La despensa de Pilsen proporciona la comida y varios de sus voluntarios ayudan en el albergue, mientras que la doctora Evelyn Figueroa está a cargo de las evaluaciones médicas y Aguirre la apoya como enfermero.
El edificio de tres pisos 2035 S. Racine Ave. estuvo vacío durante cinco años y antes fue un negocio de manufactura. Ahora es sede de una organización que promueve la industria del cannabis.
Ante la pregunta de cómo ha sido la reacción de la comunidad de Pilsen con respecto al albergue temporal, Aguirre dice que no ha visto a ninguna persona protestando o que haya venido al lugar a decir algo malo. “Cada persona que viene aquí nos está donando dinero, ropa, comida o vienen para participar como voluntarios, y los que viven por estas casas nos dicen que estamos haciendo una cosa muy buena”.
Aguirre hace hincapié en que se necesitan más espacios en Pilsen, La Villita, Brighton Park, McKinley Park y en ciertas áreas al norte de Chicago con mucha población latina, como Logan Square y Belmont Cragin. “Cuando hay latinos y ven a su mamá en los migrantes o se ven reflejados ellos mismos en los migrantes vienen a apoyar y ayudar con todo su corazón”.
A raíz de la crisis económica en Venezuela, Jorge Bolívar, de 23 años, decidió emigrar a Ecuador en 2017. La delincuencia obligó al joven a abandonar ese país sudamericano en 2023 en busca de mayor seguridad y de un futuro mejor. El hombre asegura que también estaba siendo amenazado y extorsionado.
Bolívar cuenta que trabajaba en un puerto ecuatoriano donde había muchas bandas organizadas narcodelictivas. Bolívar tenía un negocio de comida rápida y cuenta que atracadores le pedían dinero a cambio de seguridad y de no robarle. “Interpuse una denuncia en Ecuador sobre esas amenazas que recibí, tenía un negocio de comida rápida, los delincuentes me pedían dinero por seguridad y a cambio de no robar. Ese problema me motivó a salir de Ecuador y también todo el tema de la ola migratoria, de mejores oportunidades en los Estados Unidos y más seguridad que en Sudamérica”.
Bolívar realizó la travesía con su esposa, su hijastro y otro familiar. Llegaron de Texas a Chicago por avión y estuvieron durmiendo en la estación de policía del Distrito 1 durante ocho días antes de llegar a NDICA, donde se refugian actualmente. Bolívar ingresó a Estados Unidos en busca de asilo e inició los trámites mediante la aplicación CBP One.
CBP One es una aplicación móvil que sirve para acceder a una variedad de servicios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
“En la estación [de Policía] solo teníamos baño, pero aquí sí estamos más cómodos, recibimos más ayuda de las personas de la comunidad a través de los organizadores que nos facilitan lo que está a su alcance, como comida y techo, que es muy importante para no estar en la calle. En mi caso, desearía tener un trabajo donde sé que voy a ganar dinero para pagar un arriendo, para salir adelante”, explica Bolívar en entrevista con La Raza.
Luz Castro llegó con su esposo de Denver a Chicago en autobús. Ellos tuvieron una travesía difícil en la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá y en la frontera con México, dice. “La selva del Darién fue una travesía difícil porque ves tantas cosas, pasamos nueve días caminando. Uno es ser humano, le da desesperación, miedo de todo, pero sin embargo Dios nos acompañó siempre y gracias a Dios estamos aquí”.
Castro, de 23 años, espera establecerse en Chicago y conseguir un trabajo. “Me gustaría si se me da la oportunidad estudiar, yo no tengo hijos pero sí familia, mi mamá y mi hermanito. Siempre me ha gustado ayudar para que no tengan necesidad, Venezuela es un país que está mal económicamente y en todo sentido, me gustaría que ellos tuvieran una mejor vida”.
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