IYJL: Jóvenes indocumentados y valientes
Varios jóvenes de Chicago y suburbios, así como sus familias, maestros, amigos y gente de la comunidad se juntarán el próximo 26 de enero para celebrar tres años desde que se creó en Chicago la Alianza de Jóvenes Inmigrantes por la Justicia o Immigrant Youth Justice League (IYJL).
Conocí a Tania Unzueta cuando ella trabajaba como reportera en la redacción del periódico La Raza hace ya varios años, ayudando con la página web. En su tiempo libre Tania ya empezaba a vislumbrarse como activista inmigrante; pero dudo que en esa época se imaginara que un día estaría bloqueando la entrada a la oficina del senador John McCain, en Arizona, junto a otros jóvenes; o que muchas de sus palabras y acciones resonarían en todo el país.
Cuando Tania se convirtió en la voz de los jóvenes durante las más fuertes marchas en pro de una reforma migratoria en Chicago en el 2006 y 2007, ya se veía venir el movimiento juvenil, que eventualmente lideraría la lucha en varios frentes.
En el 2009 fui al colegio Harold Washington a conocer a Rigo Padilla, que en esos días usaba un monitor electrónico en su tobillo, porque los oficiales de Inmigración y Aduanas (ICE) estaban todavía pensando qué hacer con el joven, que había sido puesto en proceso de deportación.
Creo que el caso de Padilla fue el primero en el que los chicos de la IYJL pusieron manos a la obra y a fines del 2009 lograron detener la deportación de “Rigo”.
Desde entonces la IYJL ha hecho historia. Empezó a organizar el primer evento en el que jóvenes sin documentos decidían por voluntad propia ‘salir de las sombras’ declarando su estatus migratorio, porque estaban sin esperanza y hartos de vivir en la represión y el silencio por tanto tiempo.
Se llamaron a sí mismos “Undocumented and Unafraid”, indocumentados y sin miedo. Empezaron a salir de todas partes, del Illinois Institute of Technology, de la Roosevelt University, del Wright College, de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC), de Chicago, de suburbios, de Indiana, Ohio, Wisconsin.
Se reunieron en privado y en público decidieron hablar de cómo el ser indocumentado les había afectado en varios aspectos de sus vidas. Entre ellos se dieron apoyo para superar las pesadillas y enfocarse en las oportunidades. Y encontraron otros jóvenes con documentos que los admiraban y se solidarizaban con ellos.
Después conocí a Rogelio Díaz, joven activista en la organización juvenil Nuestra Voz, en Melrose Park. Llegó aquí a los seis años, con sus padres, tres hermanas y un hermano. Y Rogelio inspiró a otros igual.
Estos jóvenes continuaron con la lucha por el Dream Act a nivel nacional, el Dream Act en Illinois y la política de Acción Diferida porque presionaron hasta decir basta, protagonizaron acciones de desobediencia civil aún sin tener “papeles” y hablaron por sus padres indocumentados también.
Este año la IYJL celebra tres años y pide la colaboración de la comunidad para poder seguir haciendo su trabajo, ayudando a detener las deportaciones e impulsando políticas a nivel local y a nivel federal. Si quiere colaborar visite http://www.iyjl.org.