Perdón por lo que te hice
Es importante perdonar a todas las edades; pero es imprescindible hacerlo cuando “somos grandes”. A veces nuestra memoria es limitada, sólo debería tener lugar para el presente.
El no perdonar es vivir atado al pasado, a una ofensa que ya pasó, y en este momento amigos míos, el pasado sólo tiene que ser una referencia para recordar lo mucho que hemos vivido y logrado.
Cientos de estudios sostienen que la falta de perdón es la causa de muchas enfermedades e indican que perdonar es la mejor medicina para la salud, la paz y la serenidad.
Recordar una ofensa es una carga que nos hace tanto daño, que nos enferma. Todos hemos ofendido o nos han ofendido a propósito o sin él. Cualquiera sea la situación, suéltala internamente, bórrala y olvídala.
Según los expertos, aquellos a quienes les cuesta perdonar “son personas que no admiten sus errores y tienen poca tolerancia con los demás y con ellos mismos”.
No sirve perdonar sin olvidar, hay que liberar la carga que nos mantiene atados a esa historia del pasado; es decir, fuera de la realidad, algo que ya pasó, que no existe, que no es real.
Lo bueno de perdonar es que dejamos de ser prisioneros de la persona que nos ofendió; no tiene que haber reconciliación, sólo perdonarla y olvidarla.
Amigos, a nuestra edad hay que perdonar, somos gente grande y la gente grande no se ocupa de pequeñeces; no hay espacio ni en la cabeza ni en el corazón para recordar ofensas.
Hoy quiero sentirme ligera, libre de cargas, te pido perdón por lo que te hice y lo que no también.
Leda Santodomingo es una periodista venezolana y productora de televisión radicada en Chicago. Para conocer más del proyecto ‘Cuando sea grande’ visita http://ledasantodomingo.blogspot.com/