Iniciativa de Peña para universitarios deportados enciende debate

Actualmente suman en México alrededor de 500,000 jóvenes deportados

MÉXICO.– A principios de año, el presidente Enrique Peña Nieto prometió a los preparatorianos y universitarios deportados que en adelante tendrían un proceso de revalidación y equivalencia de sus estudios “casi en automático” para que al llegar en México no sufrieran de la maraña burocrática que hasta ahora han padecido cientos de miles de repatriados que ya están aquí.

Para mostrar su voluntad envió una iniciativa de reforma “preferente” (o sea, que el Legislativo tiene que atender de inmediato en el periodo de sesiones en curso) para cambiar la ley que entorpece, frena y hasta boicotea la posibilidad de que los muchachos logren concluir en México la preparatoria, licenciatura y maestrías que iniciaron en Estados Unidos.

La propuesta llevó en los últimos días a un debate entre diputados, organizaciones civiles y hasta de los mismos jóvenes afectados que reprocha al gobierno mexicano el atraso para mirar el problema.

“Desde hace 10 años ha sido urgente un cambio al sistema nacional de revalidación de estudios en el extranjero para esta población binacional”, dijo Jill Anderson, autora del libro Los Otros Dreamers.

Actualmente suman en México alrededor de 500,000 jóvenes deportados antes de la Era del magnate antimexicano Donald Trump.

Aún con esta experiencia -afirman organizaciones críticas como el Instituto para las Mujeres en la Inmigración- la iniciativa tiene faltas que no ayudan a la desburocratización y “queda casi igual”.

Entre las más graves destaca que las instituciones educativas seguirán obligadas a exigir a los estudiantes deportados papeles desde primaria, secundaria y preparatoria si quieren entrar a la universidad.

Esto quiere decir que el interesado tiene que pedir favores a familiares, amigos y parientes de Estados Unidos o enviar un sin fin de correos a sus antiguos institutos donde hayan estudiado en la Unión Americana.

“Entiendo que es un asunto cultural que quiere proteger a las instituciones del mercado negro de documentos que hay en México , pero bastaría con que pidieran el certificado inmediato al grado que quieren cursar”, dijo Anderson a este diario.

Otro problema de la iniciativa presidencial radica en la casi nula posibilidad de revalidaciones automáticas: serán sólo para 11 universidades estadounidenses –la mayoría privadas de élite como Harvard o Yale a los que pocos estudiantes deportados tuvieron acceso- y deja a un lado a las estatales de la Unión Americana donde mayoritariamente se colocaron los hijos de inmigrantes.

En comparación, la lista oficial de instituciones aprobadas por propósitos de revalidación automática en Ecuador nombra una total de 1618 instituciones en 84 países, según un análisis de Anderson.

Para el catedrático de la Universidad Estatal de California, Armando Vázquez Ramos, este tema debió de tratarse desde la negociación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte de igual manera que se hizo en la Unión Europea, donde la revalidación de estudios es automática.

“Hace falta algo más que una ley para enfrentar el problema de la revalidación de estudios, también hacen falta acuerdos de conocimientos y de créditos entre las universidades porque el problema es en ambos lados y el peso del idioma se tiene que superar”, dijo en entrevista telefónica con este diario.

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