Juez Rubén Castillo preocupado por reforma migratoria

Chicago. – El nuevo presidente del Tribunal Federal en Chicago, Rubén Castillo, expresó su preocupación por la deriva de la reforma migratoria y advirtió de que el resultado final podría frustrar las expectativas de mucha gente.

“Como hijo de un inmigrante mexicano, me preocupa personalmente que mucha gente se va a sentir frustrada con la ley final”, dijo el magistrado en una entrevista con EFE.

A su juicio, el proyecto de la Cámara de Representantes se presenta “muy complicado, producto de muchos compromisos y en un ambiente donde nuestra comunidad tiene menos respuesta”.

Castillo, que asumió la semana pasada un mandato de siete años al frente del Tribunal Federal del Distrito Norte de Illinois, señaló que hablaba del tema migratorio “sacándome el sombrero de juez” y como hijo de un mexicano y de una puertorriqueña.

“Nuestra comunidad ha crecido, hay más gente joven y mejor educada, pero todavía libramos las mismas peleas por la educación, trabajo e inmigración”, expresó el magistrado, primer latino en acceder a este cargo.

Castillo, que se inició como abogado en 1979 y llegó a la magistratura federal en 1994 nombrado por el entonces presidente Bill Clinton, tiene una carrera que incluye varios años de trabajo como fiscal federal que le valieron amenazas de muerte del jefe de un cartel colombiano de traficantes de drogas.

En 1988 abandonó la fiscalía para ejercer durante tres años la dirección jurídica de MALDEF, el Fondo Mexicoamericano de Defensa y Educación.

“Ahora soy el presidente del Tribunal Federal en Chicago, y aunque no soy el primer hijo de inmigrantes sentado en esta mesa, integro una larga lista de inmigrantes que hicieron mucho para contribuir con este país”, dijo.

“Espero que esto sea reconocido por los poderes, que algunos miembros del Congreso vean que hay que hacer las cosas de manera diferente”, señaló el juez.

En la opinión de Castillo, la inclusión de los “soñadores” en la reforma es algo que “vale la pena salvar”, pero el camino de los indocumentados a la ciudadanía le resulta “demasiado largo, complicado y costoso”.

“No entiendo el tratamiento que le damos a los inmigrantes, que contribuyen diariamente con la economía y hasta sirven en las fuerzas armadas de este país”, dijo.

Asimismo le preocupa el refuerzo de la seguridad en la frontera con México introducido como enmienda en el proyecto de ley aprobado por el Senado. “Creo en la seguridad, pero no importa cuán altas sean las cercas, a veces no son lo suficiente para lograr lo que creemos estamos logrando”, señaló.

En su nuevo cargo, Castillo se mantiene al frente de algunos de los casos más importantes que se tramitan en el Distrito Norte de Illinois, como el procesamiento del presunto líder del Cartel de Sinaloa, Vicente Zambada Niebla “Vicentillo”.

Pero además es el responsable del presupuesto del Tribunal Federal de 14 millones de dólares, de la seguridad del edificio de las cortes, del Gran Jurado que investiga crímenes federales y de 300 empleados, entre ellos 33 jueces que manejan anualmente unos 13.000 casos civiles y criminales.

Castillo dijo que trabajó duro para llegar a su nuevo puesto, “pero también disfruté mucho”.

Desde la secundaria supo que quería ser abogado y por ello colgó en la puerta de su dormitorio un cartel que decía “El abogado Castillo”, que le sirvió de “motivación diaria para esforzarme un poco más”.

La entrevista con Efe se realizó en sus nuevas oficinas del piso 25 del edificio Dirksen, sede de las cortes federales, en cuyas paredes abundan las fotos familiares, de su esposa y dos hijos, de recuerdos de su equipo favorito, los Blackhawks de Chicago, y de los tiempos en que él también jugaba hockey.

“El hockey no es un deporte practicado por latinos, pero a mí me sirvió mucho porque me mantuvo en la juventud lejos de los problemas en un barrio problemático como West Town, cuando algunos de mis amigos fueron encarcelados”, expresó.

Además, con el hockey aprendió a jugar para el equipo. “Era golero, un puesto que tiene mucho que ver con la responsabilidad, donde uno es culpable de lo que sale mal y recibe algo de crédito cuando todo sale bien”.

Para Castillo, su experiencia en el hockey fue “una buena preparación para este trabajo”, donde siente la gran responsabilidad “de hacer las cosas bien”.