Trayvon Martin: Los errores de la fiscalía
El veredicto en el caso de Trayvon Martin es resultado de una serie de errores de la fiscalía que impidieron al jurado declarar culpable a George Zimmerman bajo el cargo de —por lo menos— homicidio imprudencial.
En primer lugar, la fiscalía no logró enfocar la atención del jurado en los antecedentes violentos de Zimmerman. Por el contrario, la defensa tuvo éxito en cuestionar la integridad y el carácter moral del joven afroamericano. Trayvon Martin se convirtió así en víctima dos veces.
En segundo lugar, la decisión de Zimmerman de seguir a Martin —a pesar de que un operador de la policía le ordenó no hacerlo— es evidencia abrumadora de que Zimmerman no es de niguna manera un joven ejemplar. Desobedecer a la autoridad provocó la confrontación posterior.
Si Zimmerman hubiera esperado a que llegara a policía, como se le indicó, Martin estaría vivo. La fiscalía falló en convencer al jurado de que esa decisión de Zimmerman es la clave ya que desencadenó la violencia posterior.
La declaración de Zimmerman al operador de la policía de que “esos idiotas, siempre logran escapar” revela su predisposición a considerar a Martin una amenaza por el sólo hecho de caminar en un barrio a una hora normal. ¿A quién se refirió Zimmerman al decir “esos idiotas”? ¿A los afroamericanos? ¿Los jóvenes afroamericanos como Martin?
La fiscalía tampoco logró utilizar esta evidencia para demostrar el estado mental de Zimmerman. Es posible que Zimmerman decidiera tomar la ley en propia mano —sabiendo que estaba armado— al seguir a Martin.
La fiscalía falló en demostrar que Zimmerman provocó la confrontación al seguir a Martin. No logró tampoco demostrar que la intención de Zimmerman en esos momentos críticos fue confrontar al joven afroamericano.
No se sabe quién inició la pelea. La fiscalía no logró demostrar que Zimmerman siguió a Martin porque sabía que estaba armado.
Los errores de la fiscalía contribuyeron a que Zimmerman fuera encontrado “no culpable”. Dista mucho de ser inocente.
Periodista radicado en Chicago. Sguelo en Twitter: @alexoescalona