Hijo de inmigrantes transforma grafitis en obras de arte
Artista callejero hispano de Chicago transforma grafitis de pandilleros en obras de arte.
Chicago.- Un artista callejero, hijo de inmigrantes, se dedica a repintar los grafitis realizados por los pandilleros en su barrio de Chicago, donde transforma las paredes vandalizadas en paisajes naturales, personajes de tiras cómicas y figuras históricas de Estados Unidos y México.
“Nuestra comunidad necesita que haya más arte y que se refleje la cultura del área”, dijo a Efe Epifanio Monarrez, un diseñador gráfico de 28 años titulado de Columbia College y quien desde hace nueve años dedica parte de su tiempo a La Villita, un vecindario habitado mayoritariamente por inmigrantes mexicanos.
Armado con la misma pintura en aerosol que usan los pandilleros, el artista puede convertir un espacio vandalizado en una obra de arte “con sentido”, buscando siempre reflejar elementos abstractos o tradicionales de la cultura mexicana o chicana
Hijo de inmigrantes que llegaron desde Durango (México), Monarrez creció en un barrio donde pandillas como los Latin Kings y Two Six marcan territorio garabateando sus símbolos en paredes, portones de cocheras y todo espacio libre que encuentran.
El trabajo que hace el departamento de limpieza de la alcaldía para combatir los grafitis cuesta millones de dólares anuales y es una tarea constante para los camiones que usan agua a presión y bicarbonato.
El artista también combate los grafitis, pero en lugar de tratar de borrarlos los repinta y transforma, y lo hace gratuitamente.
“Cada vez que veo una pared con los símbolos de las ‘gangas’ pienso en una transformación que tenga sentido, según el lugar donde se encuentre”.
“Busco ideas en las tiras cómicas y libros para niños, y también en los libros de historia. A la gente no le gusta los grafitis, pero si uno los transforma y les da sentido, entonces lo entienden mejor”, señaló.
Cuando el propietario de la pared está dispuesto a colaborar con la transformación, Monarrez le pide que aporte dinero para la pintura. “El pago que recibo es el material, el resto lo hago por amor al arte”, dijo.
Curiosamente, sus murales no son destruidos por los pandilleros, tampoco ha recibido amenazas y en general la relación con las diferentes bandas ha sido buena.
“A veces me encuentran pintando y me piden materiales, pero trato de no colaborar con ellos porque no quiero que rayen el vecindario”, declaró.
“Ellos saben que lo que hago no es contra las pandillas, y lo respetan. Cuando los veo receptivos intento enseñarles que pueden hacer lo que hacen, pero en otro nivel, con un enfoque artístico y no destructivo”, agregó.
A Epifanio Monarrez le interesó el arte desde niño, y luego de estudiar diseño y obtener una licenciatura incursionó en la pintura y el grabado.
“Desde chiquito me interesó enfocarme en el mensaje positivo”, dijo el artista que ahora trata que los jóvenes que son sus alumnos aprovechen su legado cultural para pintar y darse a conocer en otros países.
Su talento ha sido reconocido por la comunidad hispana de Chicago y la Organizacion de Justicia Ambiental de la Villita lo invitó a colaborar en los trabajos de recuperación de los terrenos que ocuparon hasta hace unos meses dos plantas generadoras de electricidad con carbón.
Las plantas Fisk, en Pilsen, y Crawford en La Villita, cerraron sus puertas después de contaminar durante casi un siglo a dos de los principales barrios latinos de la ciudad.
Los edificios fueron demolidos y los terrenos están siendo limpiados por la Municipalidad para ser aprovechados en proyectos inmobiliarios y parques destinados a la comunidad.
En ese proyecto, Monarrez será el encargado de pintar una serie de murales para recordar la lucha de los ambientalistas por el aire limpio en Chicago.