Inmigración: La pandilla republicana
Miles han vuelto a salir a las calles para demandar una reforma al sistema obsoleto de inmigración, que obliga a 11 millones a vivir al margen de la sociedad. Las manifestaciones pro reforma migratoria se llevaron a cabo desde Los Ángeles hasta Nueva York, pasando por Chicago.
Mientras tanto, la pandilla republicana ha secuestrado al gobierno obligando a que se suspendan sus funciones y que sus empleados dejen de trabajar algunos días sin paga. Se han empecinado en decir “no” al grado de afectar a millones. Su objetivo es torpedear la agenda del presidente Barack Obama.
Perdieron dos elecciones. Sin embargo, han aprovechado su mayoría en la Cámara de Representantes para intentar lograr lo que no pudieron hacer en las urnas: derrotar la ley de cobertura médica y bloquear la reforma migratoria que el Senado aprobó este año. Para ello, han tomado como rehén al gobierno.
La pandilla republicana le ha dado la espalda al pueblo estadounidense, que en su mayoría aprueba, tanto la ley de salud como una reforma a la inmigración. Sobran los estudios que demuestran cómo la mayoría de la población se beneficiará al otorgar seguro médico para todos y aprobar una ley que permita a millones de indocumentados contribuir abiertamente al país.
La pandilla republicana no entiende razones. Han pasado del partido del “no” al partido del colapso. Prefieren que el país se vaya al traste.
Los republicanos de la Cámara de Representantes han postergado el voto sobre la reforma migratoria. Su estrategia es empantanarla hasta que muera.
No se han percatado del creciente hartazgo con sus políticas de obstrucción. El cierre del gobierno ha puesto en evidencia su extremismo. Van a pagar un precio muy alto en las elecciones intermedias del 2014.
La intransigencia republicana será contraproducente. Más temprano que tarde, el gobierno volverá a funciones. Más les vale que recapaciten sus posturas -incluyendo la reforma migratoria- si no quieren perder las elecciones presidenciales por toda una generación.
Periodista radicado en Chicago. Síguelo en Twitter: @alexoescalona