Multitudes llegan al funeral de la familia mexicana asesinada en Chicago
Ni el frío ni el mal tiempo de la tarde del domingo detuvieron a miles de personas de la comunidad latina de Chicago, que asistieron al velorio y misa de funeral de la familia Martínez, brutalmente asesinada en el barrio de Gage Park
Miles de personas llegaron a la Iglesia de St. Gall en Chicago este domingo 14 de febrero para dar un último adiós a la familia Martínez, que fue brutalmente en el barrio de Gage Park, y para otorgar un sentido pésame a los familiares de las víctimas que se encontraban sentados frente a los seis ataúdes, en lo que fue una escena impactante, profundamente triste y fúnebre para todos los presentes.
Los ataúdes de las víctimas —Noé Martínez Sr., de 62 años, su esposa Rosaura Martínez, de 58 años, sus hijos Noé Martínez Jr., de 38, y María Herminia Martínez, de 32, y los hijos de Herminia, Leonardo Cruz, de 13 años, y Alexis Cruz, 10 años— se encontraban alineados en dicho orden durante el velorio, frente a una iglesia repleta, en su mayoría de la comunidad hispana.
A pesar de que el velorio estaba anunciado para las 5:30 de la tarde, cientos de personas comenzaron a llegar desde las 3 y esperaron en largas filas para pasar frente a los ataúdes y presentar las condolencias a los familiares. Durante el velorio, con la dirección de un grupo de monjas de esta parroquia, los presentes rezaron el rosario y cantaron. Posteriormente se presentó un grupo de mariachis cuyas canciones causaron un fuerte momento de emoción para los familiares, en especial para Violeta Martínez, la hija de los Martínez, quien llegó a Chicago hace unos días con una visa humanitaria y volverá a México este lunes.
Manuel Armando Cruz Jiménez, el padre de los pequeños, Leonardo y Alexis, se encontraba también junto a otros familiares, todos visiblemente devastados.
Cerca de los familiares también estuvieron amistades y compañeros de la escuela y de los equipos de futbol de Leonardo y Alexis.
Violeta Martínez y Cruz lograron llegar desde México a Chicago con visas humanitarias, en un proceso que pudo concretarse a tiempo gracias al apoyo del varias instancias del gobierno de México, entre ellas los consulados en Laredo y Chicago y los gobiernos de Morelos, Guanajuato y Tamaulipas, dijo el cónsul de protección del Consulado de México en Chicago, Marcelino Miranda, quien también estuvo presente en los servicios.
La misa, que fue realizada en español e inglés, comenzó un poco después de las 7 y estuvo presidida por el sacerdote de la Iglesia St. Gall, el padre Gary Graf, dos diáconos (uno de la Parroquia Santa Rita), y el obispo auxiliar Alberto Rojas de la Arquidiócesis de Chicago. Antes del comienzo de la misa de funeral los enormes arreglos florales que estaban sobre los ataúdes fueron retirados y reemplazados con mantos blancos bordados para cada ataúd. Los mantos fueron puestos como un símbolo de “esperanza y de fe”, dijo Graf.
La homilía de Graf se basó en que a pesar de las adversidades y el dolor de esta pérdida hay que continuar teniendo fe en que Dios está presente. “Dios estuvo presente ese día, estuvo presente recogiendo cada una de sus almas”, dijo. “No podemos dejar que la desesperación nos arruine ni que el ruido de nuestro alrededor nos desanime y destruya.”
“La esperanza todo lo alcanza”, finalizó su homilía con un canto solemne. “Solo Dios basta”.
Violeta Martínez y Manuel Armando Cruz, ambos con voces quebrantadas y muy emocionados, se dirigieron a los presentes agradeciendo todo el apoyo que se les ha brindado.
“No sé cómo darles las gracias a todos y cada uno de ustedes. A los compañeros de mis hijos son a los que más les agradezco por estar aquí”, dijo Cruz, añadiendo de que siente orgulloso que sus hijos hayan nacido aquí.
“Les doy gracias a todos por el cariño, las palabras de aliento que me han dado todos, les doy las gracias de todo corazón”, dijo Violeta Martínez.
La Raza conversó brevemente con Violeta Martínez, quien se emocionó y dio las gracias a la prensa por toda la cobertura para ayudar a la comunidad y a los detectives a que se encuentren a los culpables de este horrible delito contra toda su familia, dijo. “Yo lo único que quiero es justicia”, dijo, emocionada.
Estefanía González, gestora de atención ciudadana para el Instituto Estatal de Inmigrantes Guanajuatenses y sus Familias, fue enviada por el gobierno de Guanajuato para acompañar a Violeta Martínez desde México para brindarle compañía y apoyo. “Fue muy difícil y desgastante para ella, algo muy duro. Estuvimos ayudándola y orientándola en todo lo que se pueda. Me siento que mi labor no ha terminado, no puedo estar tranquila porque aun no regresa con su familia en México, entonces aún nos queda un camino por recorrer con ella”, dijo.
Ernesto Méndez, un periodista de la Unidad de Televisión de Guanajuato, México, llegó a Chicago el jueves pasado para reportar esta historia ya que la comunidad de ese estado está consternada, dijo Méndez a La Raza. Los Martínez eran originarios de Guanajuato.
“Cuando se supo la noticia de la muerte y principalmente las condiciones, pues la comunidad está muy consternada, principalmente la comunidad de Tarimoro, el municipio de donde son originarios. Todo el estado habla del tema, ha sido una noticia que ha marcado a la comunidad”, dijo el periodista mexicano. “La gente tiene temor por sus paisanos que están acá”.
Adriana González, de la oficina de atención a migrantes del estado de Guanajuato en Chicago, dijo que esta tragedia es “una pérdida para la familia y para la comunidad inmigrante mexicana e hispana. Es una situación terrible”, dijo.
El cónsul Miranda confirmó que los cuerpos de los niños y el de la madre, María Herminia Martínez, serán enviados a Morelos por decisión del padre, y los cuerpos de los otros tres adultos serán llevados al estado de Guanajuato. Aún no se ha determinado la fecha de los traslados de los cuerpos.