Que la ansiedad no arruine el debut de tu hijo
Consejos para hacer del primer día de escuela un momento feliz e inolvidable
Levantada temprano, mochila y lonchera listas a un lado de la puerta y teléfono celular en mano para captar la foto del recuerdo de nuestro hijo muy uniformado y bien peinado para su debut en un preescolar. Todo es alegría al salir de casa, pero al ingresar a la escuela el drama, llanto o berrinche se apodera de ese momento tan especial.
“Es normal que los niños sientan un torrente de emociones en el primer día de clases”, dice la psicoterapeuta Anabel Castrezana, vinculada a Kaiser Permanente en Santa Ana. “Pero como padres, tenemos un papel crucial para ayudar a nuestros hijos a manejar y superar los sentimientos de miedo o ansiedad (ante la separación, cambio de rutina, nuevas responsabilidades y transcurso del día rodeado de nueva gente)”.
¿Cómo hacerlo? Castrezana responde: “con nuestra planeación, acciones y un montón de comunicación podemos reducir el estrés y transmitirle serenidad y seguridad al menor”.
Y para que tengas ese primer día de escuela de tu hijo sea feliz y memorial, la psicoterapeuta te ofrece estos consejos:
Antes de ingresar a la escuela
Visita junto a tu hijo la escuela con anterioridad . Esto es especialmente importante para los niños que por primera vez se separan de su hogar para iniciar su formación escolar.
“Visitar la escuela unas semanas antes del inicio del año escolar; mostrarle en dónde está su salón, la oficina administrativa, la cafetería y los baños ayuda mucho a calmar la ansiedad del menor”, dice Castrezana.
Y resulta todavía mucho más efectiva si se tiene la oportunidad de programar ese mismo día y otro una cita con su futura maestra.
Habla con el maestro o consejero escolar de tu hijo al final del primer día. Es importante que la maestra sepa si el niño está experimentando ansiedad o miedo en su primer día de transición del hogar al salón de clases ya que, a menudo, se les asigna a los menores nerviosos un compañero ‘amigo” para ayudarlos a lidiar con sus emociones.
“Este dialogo es una buena manera de comenzar la participación (de los padres) en la vida escolar de sus hijos”, denota Castrezana. “Además agrega la ventaja de no solo calmar la ansiedad del menor, sino también la de los papás al saber que su hijo está siendo cuidado”.
Prepáralo para su la rutina. Explícale dos semanas antes de su ingreso a clases, en qué consiste la escuela. Esto calmará su ansiedad ya que muchos menores temen a lo desconocido.
Entusiásmalo ante su nuevo rol de niño de escuela. Ir de compras con el menor para que ayude en la escogencia de su ropa, mochila, lonchera y útiles escolares le dará entusiasmo ante la idea de ingresar por primera vez a la escuela.
Habla con tu hijo sobre sus temores. Es importante averiguar (con preguntas) si se siente o no temeroso de ingresar a la escuela. El conocer su sentir y tener la oportunidad de hablar sobre ello reduce la ansiedad tanto de los padres como del menor.
En el día esperado
Sofía Bernal, profesora de kínder en el Distrito Escolar El Rancho de Pico Rivera, ofrece por su parte los consejos que facilitan la adaptación inmediata:
Habla con la verdad. Antes de salir de casa es importante recordarle al niño o niña que a partir de ese primer día va a ir a la escuela por unas cuantas horas y que papá, mamá o alguno de los abuelos lo van a ir a buscar para regresar a casa.
“Esta explicación tranquiliza al menor y resulta bueno hablar con el maestro sobre el plan de actividades de ese primer día, para así dejarle saber al niño que después de cierta actividad lo van a recoger”, dice la instructora.
Controla tus propias emociones. A veces los padres están más nerviosos que los mismos niños en ese primer día, así que Bernal aconseja que controlen sus emociones ya que los niños pueden percibir si están nerviosos, preocupados o asustados. “Tienen que estar calmados para transmitirle confianza al menor y no temor”, apunta.
No quedarse todo el día en el salón de clases. Aunque muchos padres desean participar lo más que se pueda de la primera experiencia de su hijo en el salón de clases, Bernal dice que “esto resulta contraproducente para el menor, ya que pensará que papá o mamá no se va porque no quiere dejarlo solo en su nuevo entorno (…) Y esto les generará temor, inseguridad”.