Carmen Dominicci: ‘Quiero que las personas que no pueden viajar lo hagan a través de mis hijos’
"Si uno no construye sus sueños vas a terminar contratado para cumplir el sueño de alguien más"
Después de 23 años reportando noticias de todo tipo y de su salida de Telemundo, Carmen Dominicci sintió que era tiempo de cumplir su sueño, y ya no más trabajar para el sueño de otro. Así fue como sacó de su cajón de ilusiones ese proyecto de viajar por el mundo, y hacer que su público la acompañe a través de su mirada.
Después de meses de trabajo nació el blog ‘Carmen Dominicci Trotamundos’, en donde la periodista de los ojos más bellos comparte viajes en diferentes partes del mundo, paisajes, excursiones, tips, videos y fotos, y sobre todo la satisfacción de haber intentado lo que siempre quiso hacer. En exclusiva hablamos con la boricua de esta nueva etapa de su carrera y su vida.
Pregunta: ¿Cómo nace la idea de dejar las noticias para crear ‘Carmen Dominicci Trotamundos’?
Carmen Dominicci: Al principio fue la idea de tener un cambio, de hacer algo diferente, de dar buenas noticias. Después de 23 años dando malas noticias: desgracias, huracanes, tornados… llegó un momento que me saturé de eso. Yo observé que cuando estaba de viaje reportando atentados o cosas terribles y tomaba una foto de ese país, y se la compartía al público la gente reaccionaba completamente diferente. Querían saber más sobre ese lugar, se sorprendían de cómo era, y también observé que las personas que estaban viendo ese sitio, que era su país se sentían orgullosos, representados. Comencé a darme cuenta que el público necesita recibir buenas noticias de su país, están cansados de que solo se muestre lo negativo. Creo que se juntaron esas dos necesidades y aproveché mi salida de Telemundo para encaminar ese sueño.
Yo siempre he sido una viajera empedernida, adicta estar de vacaciones pensando cuáles serán las próximas. Antes de entrar a Telemundo hice un piloto de un programa de viajes, pero coincidió con la crisis del 2008 y no había el ambiente para eso. Lo dejé encajonado y me fui preparando mental y económicamente.
P: ¿Por qué ahora?
CD: Si uno no construye sus sueños vas a terminar contratado para cumplir el sueño de alguien más. Hay que enfocarse y perseguir el sueño de uno, funcione o no, lo que no puede pasar es que llegues a los 70 años, mires atrás y digas: “¿Qué habría pasado si en aquella coyuntura yo no hubiese intentado mi sueño?”… Si lo intentas y no funciona, lo intentaste y si funciona, ganaste. Ganas o ganas.
P: ¿Cómo fue ese primer día que su sueño se hizo realidad?
CD: Tomó meses porque teníamos que armar el ‘website’, y yo me metí en todo: tamaño de la letra, colores, cómo se iba a navegar, que tuviera buen contenido, que fuera fácil, que fuera un blog maduro, no que se encontrara con uno o dos post. Esto lleva mucha investigación, la selección de lugares, la logística, los lugares que vas a visitar… Trabajo como loca, duermo muy poco, cobro muy poco, pero estoy muy muy feliz porque sobre todo he recibido una respuesta del público que es superior.
P: ¿Te preocupaba cómo iba a tomar el público este cambio?
CD: Sí porque la gente está acostumbrada a verte de una manera y estás rompiendo con eso, pero también confié que ellos iban a entender, después de tantos años en donde cubrí todo el rango de noticias de todo tipo, y ya gané premios, que necesitaba esto… ¿Cuántos huracanes más? Lo único que me faltó fue montarme en un cohete e ir a la luna, entonces ya. Alcancé el tope, quiero hacer algo diferente y no sabía si el público lo iba a entender, y creo que sí, hay un grupo que aún se resiste pero confío que poco a poco entenderán y se irán yendo de viaje conmigo.
A mí me interesa es que aquellas personas que no pueden viajar, porque la economía no se lo permite, porque su situación migratoria no se lo permite, puedan viajar a través de mis ojos. No saben la satisfacción que es ver los comentarios de la gente que agradecen precisamente eso.
P: De todos estos viajes que estás haciendo, ¿qué puedes compartir de algo que te haya sucedido?
CD: En una ocasión viajé con mi hijo y teníamos dos maletas muy distintas, fáciles de reconocer. Cuando llego al hotel y la abro estaba llena de ropa de hombre, me doy cuenta que me agarré la maleta que no era y le dije a mi hijo que desempacara y no quiso. Le digo que se quede, que iba al aeropuerto a entregar esa y rescatar la mía, cuando estoy llegando me llama y me dice: “Mamá, no lo vas a creer, pero esta tampoco es mi maleta”. Los dos tomamos esas maletas que tenía un print completamente diferente, pero los dos agarramos las maletas equivocadas, moraleja siempre mirar el nombre.
P: Pero también en esta etapa estás cumpliendo sueños, comenzaste con tu mamá.
CD: Sí, mi mamá tenía un tapiz en la casa con una escena muy bonita de Venecia, yo siempre se lo celebraba y ella siempre decía que le encantaría ir. En una ocasión tenía un viaje que tenía la oportunidad de estar 24 horas en Venecia, y la llevé. Verle la cara, es como verla de chiquita, la satisfacción tuya como adulto de darle un gustazo a tu mamá no tiene precio, y así hay muchísimas anécdotas.
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