Familia inmigrante explica por qué los latinos deben salir a votar

Como millones de personas, los Herrera están nerviosos por lo que pueda pasar en las elecciones del martes y están haciendo lo posible para alentar a otros a salir a votar, ya que ellos no pueden todavía.

Armando y Flora Herrera no pueden votar todavía, pero temen que el resultado de esta elección les cambie la vida y eche por tierra todo lo que han logrado como inmigrantes en este país.

“Esta elección no es un chiste”, dice Armando, quien trabaja como mesero en Los Angeles. “Si gana Trump, el impacto en nuestra casa sería tremendo. Lo primero que él va a hacer es quitar DACA, y el 60% de nuestro ingreso familiar viene de mi esposa”.

Flora hace eco de esta preocupación.

“Si, tenemos miedo. Mi hermano está sirviendo en el army y ya se hizo ciudadano”, dice la joven, con voz quebrada. “Si estas cosas pasan, quiere decir que el sacrificio que él hace, los derechos por los que él pelea y peleará, yo no los tendré ni mi papá tampoco”.

Los dos se han puesto en acción y se han convertido en activistas improvisados, pidiendo a amigos, vecinos y compañeros de trabajo que voten. Armando se ha vuelto una piedra en el zapato para cuatro de sus hijos y sobrinos que si pueden votar.

“Ya llevé a varios a votar por adelantado”, dice Armando. “Si tengo que tomar la mañana del martes para llevar a los otros, lo haré”.

Sentados en la inmaculada sala de su casa, Armando y Flora miran las noticias de la campaña presidencial con preocupación.

COBERTURA COMPLETA DE LAS ELECCIONES

Cuando se habla de los inmigrantes, diciendo que dependen del gobierno , que son asesinos, que el plan es deportar a millones, ambos se preguntan qué pueden hacer para enfrentar todo esto, contar que no es así e impedir el daño que pueden hacer a muchos.

“A veces nuestros amigos se burlan que estamos tan metidos en esto”, dice Flora. “Pero yo creo que no solo se trata de los inmigrantes, lo que vemos es que hay mucho odio hacia muchas personas y diversas comunidades”.

Hace casi cuatro años, la pareja compró una casa en el centrosur de Los Angeles, hace ocho años apenas que Armando se hizo residente legal, después de 21 años de vivir en este país sin documentos. El llegó aquí a los siete años y lleva 25 trabajando sin parar, pagando impuestos.

Flora y Armando, junto a su hija Amanda, familia de origen inmigrante que reside en el centro sur de Los Angeles frente a la casa que compraron hace 4 años con el esfuerzo de años de trabajo.
Flora y Armando, junto a su hija Amanda, familia de origen inmigrante que reside en el centro sur de Los Angeles frente a la casa que compraron hace 4 años con el esfuerzo de años de trabajo.

Flora llegó a los 11. A los 13 tuvo su primer trabajo en una cadena de comida rápida. Allí comenzó a pagar impuestos. Hoy, a los 31 años, es directora de leasing en una empresa que renta a inquilinos de Sección 8.
Ninguno de los dos ha pedido nunca ayuda al gobierno, dicen.

Pero no solo están preocupados por sí mismos o por los inmigrantes. La deuda estudiantil les preocupa, el futuro de tantos jóvenes. Las penas largas para los jóvenes de minorías por delitos menores de drogas.

Armando implora a los que sí pueden que salgan a votar.

“Que lo hagan, es demasiado lo que está en juego para millones de personas, por favor voten”

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