Cómo un inmigrante con delitos luchó por mantener su residencia
Se salvó de ser removido del país luego de una lucha de varios años y después de que ningún abogado lo quería ayudar
Leonardo Martín Rueda, un inmigrante nicaragüense con varios delitos en su historial, no solo logró evitar su deportación sino mantener su residencia permanente y ahora va por la ciudadanía.
“El fiscal del Departamento de Seguridad de la Nación se rindió después de dos años de darnos guerra. Cerró el caso de deportación contra Rueda y le permitió mantener su residencia”, dijo el abogado en migración Alex Gálvez, quien llevó el caso y lo ganó la semana pasada.
“El caso de Martín Rueda demuestra que aún en la administración de Donald Trump, hay esperanza para los inmigrantes. No todo está perdido. Aunque tengas delitos, no puedes tirar la toalla y debes pelear. No es el fin de un caso”, dijo el defensor.
Historial delictivo
Rueda llegó a Estados Unidos en el año 2000. “Mi mamá pagó para que un coyote me trajera. Mi hermana que vive aquí pidió mi residencia, y cuando mi mamá en 2005 se hizo ciudadanía también solicitó que me arreglaran el estatus”, recordó.
Pero un incidente de violencia doméstica con su pareja lo puso en riesgo de que no le dieran la tan anhelada residencia. “Me detuvieron, pasé medio año en la cárcel. El abogado Gálvez me sacó con una fianza y me consigiuó la residencia en 2010”, recordó.
Sin embargo, el inmigrante no aprendió la lección. Esta vez se metió en problemas relacionados con la emisión de documentos falsos en colaboración con empleados del Departamento de Vehículos Motorizados (DMV).
Y más aún, le salieron otros delitos menores por vandalismo, robo menor y tratar de influir a una persona dentro de la corte. Hasta apareció en los noticieros de televisión tratando de escapar del tribunal, después de discutir con unas personas.
Cuando fue a ver al abogado Gálvez, éste le habló muy claro. “Me dio un 25% de probabilidades de que pudiera mantener la residencia. Yo le dije, con eso me basta”.
“Tuve que volver a la corte y pelear por dos años hasta que ganamos”, dijo el nicaragüense.
¿Por qué ganaron?
Gálvez expuso que se pudo probar en la Corte, que cuando Rueda falsificó documentos no lo hizo con la intención de hacer fraude.
“El caso demuestra a los inmigrantes que aunque uno ha tenido ciertos delitos no debe darse por vencido. El fiscal dijo que en este caso, aunque tenía delitos (felonías) antes y después de hacerse residente, no se podía comprobar que eran cargos de deportación“, destacó.
“La moraleja es que no todos los delitos resultan en deportación. Al mismo tiempo, un delito menor no quiere decir que uno no sea deportable. Por eso es importante encontrar un abogado que sepa distinguir entre delitos”, dijo Gálvez.
Cumplan con las leyes
Rueda dijo a los inmigrantes indocumentados o residentes que caigan en manos de la policía, que hagan lo más que puedan para ganar sus casos.
“Yo siempre creí que Dios estaba de mi lado y que iba a ganar”, admitió.
Y dejó en claro que “primero, uno se deporta solito. Nadie lo deporta. Si uno no cumple con la leyes de Estados Unidos, se expone a ser deportado y a perder la residencia, si ya la tiene“.
“Segundo, si ya tienen problemas con la ley, busquen un buen abogado que los defienda. Sin un buen abogado, es muy difícil ganar”.
“Y tercero, se ocupa mucha paciencia, y no escuchar a otra gente que mucha veces te dice que estás perdido”, dice.
Recordó que aunque a él todos los abogados que vio no quisieron tomar su caso, se aferró a las pocas esperanzas que le dio Gálvez. “Peleamos con el corazón y ganamos. No se olviden que el juez es un ser humano como tú y yo, y está para escucharnos”, sostuvo feliz el inmigrante.
Gálvez dijo que Rueda ya califica para la ciudadanía, y empezará el proceso cuando antes.