¿Das demasiado a tus hijos?
La idea es que el niño se sienta apoyado y amado pero que no crezca siendo malcriado
Nuestro objetivo como padres siempre será ver a nuestros hijos felices y satisfechos. Por ello, es posible que tendamos a darles en demasía, sea juguetes, atención o complacerles cada capricho que tengan.
Este asunto es particularmente importante en las edades comprendidas entre los 2 y los 4 años, que es cuando los niños tienden a hacer más berrinches si se les niega algo y se les tiene acostumbrados a recibir todo lo que piden.
Como el niño sabe que es probable que cedas ante su rabieta, va a utilizar instintivamente esta técnica para obtener lo que desea en el momento en que lo desea.
La idea es que el niño se sienta apoyado y amado por sus padres, pero que no crezca siendo malcriado. Lo primero que debes hacer es establecer clara y firmemente los límites. Que cada regalo que el niño reciba sea con un motivo (cumpleaños, Navidad, buen comportamiento) y que, a cambio, deba hacer algo, por pequeño que sea.
De ese modo, el niño entenderá que conseguir las cosas representa un esfuerzo o amerita una ocasión especial. Igualmente, debes evitar cambiar una decisión ya tomada. Si ya le dijiste que no, mantente firme en tu determinación, explicándole de manera sencilla los motivos.
Si el niño arma un berrinche, mantente tranquila/o y trata de no prestar demasiada atención. De ese modo, tu hijo aprenderá que las rabietas son inútiles y dejará de hacerlas.
Lo más importante es que no trates de comprar el afecto o tranquilidad, dándoles a tus hijos demasiadas cosas materiales. De esa manera, ellos eventualmente entenderán que esas cosas no pueden suplir lo realmente fundamental, que son las emociones y los sentimientos.
Crea un vínculo emocional con tu hijo estando junto a él y comunicándote efectivamente.