Editorial: Trump y el deber moral de revelar sus impuestos

Para un político el dar a conocer cuánto paga de impuestos significa un acto de honestidad, de transparencia para ganarse la confianza de los votantes

El presidente Donald Trump se negó a revelar su declaración de impuestos alegando que estaba bajo auditoría. Este año seguramente será auditado nuevamente como les ocurre a todos los mandatarios, y este hecho no les impidió darlos a conocer al público.

El millonario neoyorquino fue el primer candidato a la presidencia desde la década de los setentas que no cumplió con la formalidad de hacer pública su declaración de impuestos. Al principio dijo que lo iba a hacer, meses después aseguró que no podía realizarlo porque la Oficina de Recaudación de Impuestos (IRS) lo estaba auditando.

Ya como presidente, Trump aludió a que a nadie más que a los periodistas les interesaba este tema, que prueba de ello era el haber ganado la elección.

Para un político el dar a conocer cuánto paga de impuestos significa un acto de honestidad, de transparencia para ganarse la confianza de los votantes.

Este no fue el caso de Trump. Por eso hasta el día de hoy continúan las exigencias para que lo haga. Mañana 15 de abril, fecha límite para la declaración de impuestos, habrá protestas en más de 120 ciudades para que cumpla con ello.

La candidatura de Trump redefinió el papel del candidato. Al ser acusado de esconder, el no haber pagado suficientes impuestos, respondió que era una muestra de inteligencia. No le importó, ni le impidió ganar la elección implica que son unos tontos quienes no pueden pagar contadores que les ayuden a eludir impuestos.

El no revelar su declaración le permite esconder sus inversiones en más de 400 empresas alrededor del mundo. Un conglomerado que está influenciado por las decisiones que toma como presidente. El que sus hijos sean los administradores de sus empresas no garantiza nada y los cuestionables límites que se dijeron en un primer momento ya fueron gradualmente desdichos.

El IRS tiene un sistema especial para auditar al presidente y el vicepresidente. Esta es una prioridad para la agencia federal.

Esta es una nueva presión para Trump. Se considera importante que un presidente haga pública su declaración de impuestos porque le da credibilidad al IRS al mostrar que es capaz de auditar imparcialmente a “su jefe”.

La democracia, aunque no haya una ley que lo exija, requiere de la transparencia de sus políticos, especialmente del más poderoso de ellos. Trump tiene un deber que cumplir y los estadounidenses que exigírselo.

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