La fuerza de la deportación
Cada vez se someten medidas que dificultan la vida de los inmigrantes en la era Trump
Trump prometió durante la campaña que su enfoque en las deportaciones iban a ser los “ilegales criminales”. Un reciente reporte de La Oficina de Inmigración y Aduanas señala que en los primeros 100 días de la nueva administración se ha realizado la detención de 41,000 inmigrantes no autorizados. Este mismo reporte señala que 2,700 de estas detenciones son de personas convictas por delitos violentos; 10,800 de los detenidos tienen un récord criminal limpio.
Es decir los criminales a los que Trump se refería apenas son el 6.5% de los arrestados; y, un 25% de los detenidos son personas que no han tenido ningún problema con la justicia.
Por otro lado, en el mismo periodo, comparado con el año 2016, los arrestos han aumentado en un 38%.
La fuerza de deportación masiva de la que hablaba Trump se encuentra en todo su apogeo.
Y las cosas no tienen por donde mejorar, los republicanos en la Cámara Baja sometieron la semana pasada al menos 4 proyectos de Ley tendientes a hacer las condiciones de vida de los inmigrantes no autorizados cada día más difícil, y para facilitar su arresto y deportación de manera sumaria.
Mientras tanto los agentes de La Oficina de Inmigración y Aduanas se encuentran en una cacería que no respeta lugares, edad, ni circunstancias. Apenas la semana pasada se dio a conocer que dos agentes de Inmigración se presentaron en una escuela primaria en Nueva York, para “investigar” un asunto relacionado a un estudiante de cuarto grado. Ventajosamente, la escuela negó el acceso de los agentes que no tenían con una orden judicial.
La intensidad con la que la administración Trump ha iniciado este proceso de arresto y deportaciones no tiene solo que ver con el interés de hacer cumplir la Ley. Hay intereses atrás de esta fuerza de deportación como el negocio de las prisiones, que curiosamente han invertido, en el pasado, grandes recursos para apoyar las campañas políticas de varios prominentes miembros del gobierno y de representantes en el Congreso.
Para completar este obscuro panorama, desde Octubre de 2016 han fallecido 7 inmigrantes no autorizados en las prisiones del país. La última víctima Jean Jimenez de origen panameño, quien se suicidó en su celda, después de haber estado 21 días en encierro solitario.
Este es el panorama de la inmigración indocumentada en la era Trump. Seres humanos a los que se los está cazando, deportando sumariamente, impidiéndoseles el derecho a la defensa, encerrándolos como si fueran los más violentos criminales.
Miles de familias – de personas con un record limpio, que han estado aquí por años, que contribuyen a la sociedad con su trabajo – destruidas para siempre.
La historia, sin duda, juzgará este periodo como uno de los más negros en la historia de la inmigración en Los Estados Unidos