Trump presiona al Congreso para que apruebe reformas contra inmigrantes
El presidente urge a que se avalen dos proyectos, una de ellas contra "ciudades santuario"
WASHINGTON.- El presidente Donald Trump se reunió este miércoles con “víctimas” de delitos cometidos por inmigrantes indocumentados e instó a la Cámara de Representantes a que apruebe mañana sendas medidas para castigar a las ciudades “santuario” y a indocumentados con antecedentes penales, mientras los demócratas y grupos cívicos montaron un muro de oposición a ambas.
Al inicio de su encuentro con las familias en el Salón del Gabinete, Trump calificó como “cruciales” los votos de mañana en la Cámara de Representantes para recrudecer el combate contra la inmigración ilegal y que se ciñen a sus promesas electorales.
“Estamos instando a todos los miembros del Congreso a que honren a familias estadounidenses enlutadas, con la aprobación de estos mensajes que salvan vidas en la Cámara de Representantes y en el Senado, y me las envíen a mi despacho para una firma muy rápida”, urgió Trump.
El mandatario expresó optimismo de que la Cámara aprobará la iniciativa “H.R. 3003”, que elimina o restringe ciertos fondos policiales a ciudades y jurisdicciones “santuario” que se nieguen a cooperar con agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en las tareas de Inmigración.
También respaldó la iniciativa “H.R. 3004”, también conocida como la “Ley de Kate”, por Kate Steinle, una mujer de 32 años que murió a manos del inmigrante mexicano indocumentado, Juan Francisco López Sánchez, en San Francisco el 1 de julio de 2015.
Esa medida aumentará las penas carcelarias para inmigrantes indocumentados con antecedentes penales y que reingresan al país después haber sido deportados. Según la Casa Blanca, López Sánchez, tenía siete condenas por delitos graves y había sido deportado de EEUU cinco veces.
“Liberación de ciudades”
Ambas medidas ayudarán a “cerrar los resquicios peligrosos” que escudan a grupos como la “MS-13” y “criminales, pandilleros, narcotraficantes, asesinos, terroristas” de la deportación, dijo Trump.
El mandatario se congratuló de que su política migratoria ya está surtiendo efecto y con rapidez, “liberando a ciudades” de “gente mala” en todo el país. La Casa Blanca distribuyó a la prensa un resumen de los logros de Trump para “restablecer el orden y la ley”, como lo prometió en la contienda.
Asimismo, se solidarizó con familias “valientes”, como las congregadas en el salón, que, según indicó, han perdido seres queridos a manos de “inmigrantes ilegales” e inmigrantes “con múltiples deportaciones”, porque el gobierno se había negado a hacer cumplir las leyes migratorias.
“Nadie murió en vano, les puedo decir”, afirmó Trump, al destacar que su Administración está dando “voz” a estas familias.
Las familias invitadas por Trump detallaron la experiencia de perder a un ser querido y agradecieron que el mandatario haya enarbolado su causa.
No había en el salón, sin embargo, ni líderes demócratas ni representantes de la comunidad inmigrante, ni jefes policiales o grupos que desde años presionan por una reforma migratoria integral.
La “Ley de Kate” como arma política
Tanto líderes demócratas de ambas cámaras del Congreso como jefes policiales y una vasta coalición de grupos cívicos, religiosos, y sindicalistas se han manifestado en contra de ambas medidas, acusando a los republicanos y a la Administración de la “satanización de los inmigrantes”.
La “Ley de Kate”, en particular, supone un arma política para la Casa Blanca y para los republicanos, que desde ya tienen los ojos puestos en su reelección en los comicios de noviembre de 2018.
No causaría sorpresa que los republicanos utilicen el voto en contra de la medida para campañas publicitarias con fines electorales, y eso explica en parte porque algunos demócratas la han criticado con tibieza.
No obstante, a través de una multiplicación de cartas, centenares de organizaciones cívicas de todo el país, incluyendo “The Leadership Conference on Civil and Human Rights”, la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU), y otros grupos pro-inmigrantes, urgieron hoy el rechazo de medidas que, afirmaron, violan la Constitución, amplían el “aparato de detenciones” del gobierno, y privan de importantes recursos a las localidades.
La “Ley de Kate”, además, solo ampliará la ya abultada población en las cárceles federales por más de 57,000, según activistas.
“Estas medidas no nos ayudan, más bien nos pueden perjudicar porque la gente no querrá ayudarnos a identificar y combatir delitos… en Texas, los indocumentados cometieron el 1.6% de los crímenes, según un estudio”, dijo a este diario la alguacil del Condado de Dallas, en Texas, Lupe Valdez.
“Los políticos tienen que devolver el sentido común a esta ecuación y dejar de usar cosas sólo cuando les beneficia a su causa, y no lo esto viendo“, agregó Valdez, quien desconfía de la selección “con pinzas” de datos anti-inmigrantes.
Trabas de demócratas
Se prevé que los demócratas cierren filas en contra de ambas medidas en la Cámara Baja, que serán votadas mientras el grupo restriccionista “FAIR” realiza su encuentro anual para presionar por “mano dura” contra los indocumentados.
“Tenemos una campaña coordinada de emisoras de radio, legisladores y activistas anti-inmigrantes que presionan al Congreso para que aprueben iniciativas que pintan a los inmigrantes como una amenaza para nuestra seguridad nacional y comunitaria… la cuestión no es si se aprobarán, porque lo serán, sino si los demócratas estarán tentados a votar por medidas que suenan duras por temor a que los tachen de débiles”, se quejó el congresista demócrata por Illinois, Luis Gutiérrez.
En el Senado, los demócratas Bob Menéndez, de Nueva Jersey, y Tim Kaine, de Virginia, confirmaron a este diario que ambas medidas afrontarán una lucha cuesta arriba cuando llegue a ese órgano legislativo tras el receso de la próxima semana.
Menéndez dijo que hará lo posible por frenar “medidas punitivas que no responden a la totalidad y realidad del reto migratorio” en EEUU.
Por su parte, Kaine, excandidato demócrata a la vicepresidencia, dijo que en el Senado, salvo las leyes presupuestarias, se requieren 60 votos “y los demócratas no vamos a apoyar duras medidas contra la inmigración”.
“Si los republicanos no están dispuestos a dialogar con nosotros de forma significativa sobre una reforma migratoria, no nos verás apoyando sus medidas hiperpartidistas contra la inmigración”, prometió Kaine, aunque evadió comentar de forma “hipotética” sobre la “Ley de Kate”.