Turismo en el corazón de la delegación más peligrosa de México

Pretender cambiar la imagen de Iztapañapa donde radican uno de cada cinco criminales de la capital mexicana

MÉXICO.- En Iztapalapa quieren sacudirse el polvo. Renacer de las cenizas de la delincuencia, dejar de ser la delegación de la Ciudad de México donde radican uno de cada cinco criminales y mostrar al mundo que son también historia, religión, tradiciones; gente sencilla y querendona como bien lo muestran en un peculiar tour turístico por la demarcación al que cada día se suman más curiosos.

Son las 11 de la mañana de un día soleado inusual para el verano regularmente lluvioso en la capital mexicana, y los turistas se muestran entusiastas; ríen entre ellos, cuchichean y se revuelven en los 25 asientos del trenecito café casi infantil, que sin tráfico los llevará en familia, como en paseo de parque, por museos, mercados, eventos de baile, por las callejuelas donde cada año se revive con la Pasión de Cristo, la actuación de Semana Santa más concurrida de toda la orbe.

Un grupo de paseantes sube al tren que los llevará a conocer las entrañas de una de las delegaciones más conflictivas del país.
Un grupo de paseantes sube al tren que los llevará a conocer las entrañas de una de las delegaciones más conflictivas del país.

Ya puestos en marcha, el director ejecutivo de Cultura de Iztapalapa, Marcos Hidalgo, se para en frente, da la bienvenida, anima y pasa el micrófono al guía turístico que informará las curiosidades de sus barrios y colonias. En tanto, cuenta a este diario que el objetivo del recorrido –que se re inauguró hace un par de meses- es que al conocer la delegación los visitantes tengan otra perspectiva de la riqueza cultural de la gente productiva y buena.

“El estigma que se tiene sobre la gente de esta zona ha frenado al turismo exterior; se cree que es una delegación de delincuentes o gente baja”, lamenta. “Reconocemos que hay un problema de inseguridad, de falta infraestructura y, tal vez, modernizar algunos sitios, pero eso no debe ser motivo de marginación. En otras partes sucede lo mismo pero aquí se nota más por el número de habitantes”.

Una vista panorámica de Iztapalapa. La delegación reconoce que tiene zonas conflictivas pero también otros atractivos.
Una vista panorámica de Iztapalapa. La delegación reconoce que tiene zonas conflictivas pero también otros atractivos.
Algunos de los monumentos que se pueden ver durante el recorrido.
Algunos de los monumentos que se pueden ver durante el recorrido.

Iztapalapa tiene una población de dos millones de habitantes, casi la misma que Paris con 2.2 millones y tres veces más que Las Vegas que cuenta con poco menos de 700,000. Todo en una superficie de apenas 117 kilómetros cuadrados. Esta sobrepoblación aunada a la pobreza que acarreó la migración descontrolada del campo a la ciudad, ha dado por resultado un cóctel de desigualdad y violencia que alcanza los 26,000 delitos anuales .

En algunas de las colonias más conflictivas es común ver mantas que cubren el ancho de las calles con mensajes intimidantes contra los malandrines tales como “Si te agarramos te vamos a linchar”.

Pero todo este drama queda en el olvido cuando se está sobre el tranvía turístico que promueven y vigilan las autoridades de la delegación. El carpintero José Luis Fuentes  da cuenta de ello. Por la mañana embaucó a su esposa, nuera y nieta y se encaminó a la parada donde comienza la gira de casi 2 horas.

“Vivo hace más de 30 años en la delegación y no sabía que tenía tantos atractivos”, comenta.

El viaje comienza en la entrada del Museo de las Culturas, fundado hace cinco años, donde se documenta la historia de la delegación, sus tradiciones y sitios culturales a través de fotografías y pinturas locales. En el quinto piso hay un mirador donde se puede observar el Cerro de la Estrella, la versión mexicana del Gólgota, entre calles bulliciosas, apretadas, coloridas y llenas de negocios familiares.

En el museo se encuentra la historia de La Pasión de Cristo, una de las representaciones más concurridas de todo el mundo.
En el museo se encuentra la historia de La Pasión de Cristo, una de las representaciones más concurridas de todo el mundo.

La segunda parte del recorrido consiste en transitar por esas calles y sentir la historia en el lugar de los hechos, mientras un animador en el tranvía cuenta chistes y hace jugar a los pasajeros con canciones, antes de llegar al tercer punto donde se encuentran famosas esculturas como “Manos Unidas” o la Danza del Fuego Nuevo que representa la búsqueda del equilibrio y el orden del universo.

La cuarta atracción es un espectáculo de danza y poesía, y finalmente el tranvía se detiene a visitar los pasillos abiertos y mojados de La Nueva Viga, el segundo mercado de mariscos más grande del mundo, sólo por detrás de Suji Jii, en Japón.

El chef Rogelio Hernández hace de guía en el segundo mercado de mariscos más grande del mundo.

Ahí el chef  Rogelio Hernández Villega, quien toma las riendas como guía, explica que se pueden encontrar 450 variedades de pescado a la venta, desde charales hasta robalos en 427 bodegas. “Aquí el precio es de hasta 30% más barato que los mercados comunes”, dice con un guiño de vendedor y ofrece a todos un trozo de calamar.

Julieta Reyes se muestra sorprendida. Ella está por aquí aprovechando que el recorrido es gratuito y  pasea a sus dos hijos y a su mamá para romper la rutina de amas de casa y reivindicarse como iztapalapenses. “El poder de la gente luchona” de Iztapalapa pesa más que los vándalos por los que nos han hecho pasar. Somos más que grafitti, ambulantaje y vecindades”, dice al terminar el viaje.

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