Así se siente ser la pasajera obesa del avión

Este es un relato muy personal, conmovedor. Fue una secuencia de 40 mensajes por Twitter. Su autora es una bloguera que se identifica como "Your Fat Friend" ("Tu amiga gorda") y su testimonio se volvió viral

Como si no tuviera sentimientos, como “un equipaje”. Así se ha sentido una mujer que decidió hacer pública su experiencia de viajar en avión como una persona con sobrepeso.

El blog Your Fat Friend (“Tu amiga gorda”) cuenta con más de 10,000 seguidores y aunque el nombre de su autora no aparece, sí deja muy en claro que es feminista.

Comenzó a escribirlo en febrero de 2016. Su primera publicación, “Una petición de tu amiga gorda: lo que necesito cuando hablamos de nuestros cuerpos”, fue una carta dirigida a una amiga delgada.

En ese texto dijo que su talla era 26 (muy grande).

“Necesito que intentes aprender a amar el exuberante crecimiento de tu cuerpo”, escribió.

Y más adelante añadió: “Necesito menos empatía y más solidaridad. Menos piedad, más ira. Menos condolencias; más acción. Necesito que dejes de reconfortarme. Necesito una aliada”.

En Twitter tiene más de 18,000 seguidores y precisamente fue en esa red social donde publicó su experiencia de lo que es volar “como una persona muy gorda”.

Su testimonio de planear un viaje aéreo y abordar un avión es tan revelador que los 40 mensajes publicados en su cuenta @yrfatfriend se volvieron virales.

Su historia ofrece una visión muy personal de lo que muchas personas enfrentan cada vez que pisan un avión.

“Como una persona muy gorda en un avión, me tratan como un equipaje – una incomodidad, un inconveniente exasperante. Inanimada & que no siente”, dijo en uno de los mensajes.

Asegura que las barreras a la hora de volar se vuelven evidentes incluso antes de entrar a la aeronave.

Términos y condiciones

De acuerdo con la periodista de la BBC Beth Blair, muchas aerolíneas han respondido a la creciente epidemia de obesidad insistiéndoles a pasajeros de más talla que compren dos asientos para asegurar su seguridad y comodidad.

A veces, la aerolínea ofrece un reembolso si hubo al menos otro asiento vacío en el vuelo.

Pero, recientemente, se ha creado una nueva tarifa: la llamada “tarifa de gordos”.

La bloguera lo constató.

“Investigué las políticas relacionadas con el ‘cliente de talla’ de las aerolíneas, muchas de las cuales se reservan el derecho de sacarme del avión, incluso antes de abordar”, escribió.

Your Fat Friend señaló que el pasaje para viajar en primera clase en ese vuelo en particular cuesta alrededor de $900 dólares más que un pasaje en la clase económica, pero aun así seguía siendo más barato que comprar dos pasajes (en la clase económica).

Sin embargo, aseguró que incluso comprando un segundo pasaje con antelación “la aerolínea podría vendérselo a otro pasajero. Si ellos lo hacen, no seré notificada ni recibiré un reembolso”.

“Compré un boleto (de ida y vuelta) en primera clase porque (los asientos) son un poco más amplios, pero principalmente porque hay separadores entre los asientos. Así que las quejas son menos probables”, dijo en su cuenta de Twitter.

Efecto dominó de quejas

Your Fat Friend estima que en los dos últimos años, 50% de los pasajeros en su fila se han quejado por su presencia.

“Mi cuerpo es un tema de discusión en mi presencia sin mi aporte”, escribió.

En sus mensajes, la bloguera da detalles de todo lo que hace para evitar incomodar a los pasajeros que tiene al lado.

Pero nada garantiza que su viaje será placentero.

“Traje mi propia extensión de cinturón de seguridad. De esa manera no tendría que pedir uno. Algunas veces mi extensión es confiscada por la TSA. Hoy no lo fue”, contó.

TSA son las siglas en inglés de Transportation Security Administration , la agencia del gobierno de Estados Unidos encargada de velar por la seguridad del transporte público en ese país.

“No me preocupa la vergüenza de pedir una extensión de cinturón de seguridad. Sé que soy gorda”.

“Me preocupa que cuando me oigan pedir por una extensión, los otros (pasajeros) se quejarán. Si lo hacen, empieza el efecto domino de problemas para mí”.

“Las quejas de los pasajeros a los asistentes de vuelo harán que me ubiquen en otro asiento, me cobren doble o que me escolten fuera del avión, varada sin un camino a casa”.

“También facturé mi maleta para no darle a los pasajeros ninguna otra razón para que se irriten conmigo”.

La autora del blog también reflexiona sobre el hecho de que en su viaje no pudo usar la mesita extensible porque no se adaptaba a su medida.

“Sin una mesa extensible, no puedo trabajar por las seis horas (que dura el vuelo). Tampoco podré comer la comida de la primera clase que incluye el boleto”.

La bloguera señala que en los vuelos prefiere no pedirles nada a los asistentes de vuelo para no provocar una queja de sus compañeros de viaje.

“Humillada y sola”

La autora recuerda la primera vez que sintió que se quejaban por su peso en un avión. Sucedió hace seis años.

“Nunca lo olvidaré. Estaba en un vuelo que había sido sobrevendido, me movieron a un asiento en la mitad”.

“El hombre que se sentó a mi lado se puso cada vez más agitado. Le dije hola, le pregunté cómo estaba. No me respondió”.

“Se paró varias veces para hablar con la asistente de vuelo, apuntaba molesto hacia mí. Mi estómago se hundía a medida que me daba cuenta de lo que estaba pasando”.

“Cuando regresó, agarró sus cosas y dijo bruscamente: ‘Esto es para su comodidad. Será mejor para ambos'”, cuenta.

“Pasé el resto del vuelo con mis brazos y piernas cruzadas, humillada y sola. Nadie me habló o hizo contacto visual conmigo”.

“La asistente de vuelo no me habló, pero le dio refrigerios y bebidas gratis a los otros en mi fila, en recompensa por tolerar mi presencia”.

Pasó un año y medio antes de que volviera a viajar en avión. Esa experiencia la marcó. Iba sólo a lugares a los que podía llegar en automóvil.

Sin embargo, decidió que volvería a tomar vuelos porque “mi vida me pertenece”.

La secuencia de sus mensajes de Twitter los puedes leer aquí .

Derechos

De acuerdo con Peggy Howell, vicepresidenta de la Asociación Nacional para el Avance de la Aceptación de la Gordura (NAAFA, por sus siglas en inglés), en Estados Unidos la obesidad es una enfermedad, y por eso, señaló, la gente obesa debería tener la opción de proteger sus derechos.

“La Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés), declaró recientemente que la obesidad es una enfermedad, lo cual debería proteger a este tipo de pasajeros”.

Howell dijo que la agencia canadiense de transporte (CTA, por sus siglas en inglés), abordó este asunto en 2009 y emitió una normativa sobre tarifas únicas, lo que incluye a los pasajeros con minusvalías.

Entre ellos, los pasajeros “clínicamente obesos” (con un Indice de Masa Corporal mínimo de 35) que no caben en un sólo asiento.


Obesidad en contexto

La obesidad afecta a 140 millones de personas en América Latina, lo que representa un 23% de la población total de la región.

LOS 3 PAÍSES CON MÁS SOBREPESO:

  • Bahamas 69%
  • México 64%
  • Chile 63%

En términos generales las mujeres se llevan la peor parte.

En más de 20 países en la región, la tasa de obesidad de las mujeres suele estar 10 puntos porcentuales por encima de la de los hombres.

Fuente: Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura de Naciones Unidas (FAO, por sus siglas en inglés).

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