Madre rarámuri impide transfusión de sangre a su hija con leucemia y abre debate en México
El caso llega a la Corte Suprema en momentos en que la niña ya está en riesgo de morir
MÉXICO – La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) analiza el caso de la madre de una niña de la etnia rarámuri que padece leucemia, quien se opone a que su hija reciba transfusiones de sangre porque su religión (Testigos de Jehová) lo prohíbe debido a una interpretación bíblica de que “Dios ha ordenado a los cristianos que se abstengan de la sangre“.
Para impedir que los médicos y autoridades insistan en la transfusión, la mujer, cuyo nombre se mantiene en anonimato, interpuso un amparo (recurso legal que procede en caso de violaciones a los derechos humanos) en contra del Sistema Integral para la Familia (DIF) de Chihuahua, la institución del gobierno que tomó la custodia de la menor para seguir las recomendaciones médicas.
A través de sus abogados argumentó que la Subprocuraduría de Protección Auxiliar de Niñas y Adolescentes la “discriminó“ por no aceptar su propuesta de usar “medios alternativos“ a la transfusión, aunque no aclaró cuáles serían esos medios.
El juez Mauricio Fernández Mora, concedió el amparo, y ordenó aplicar primero todos los “medios alternativos“ antes de la transfusión y pidió a los tres poderes de Chihuahua -ejecutivo, legislativo y judicial- realizar reformas y crear un protocolo para que los médicos sean escuchados por la justicia cuando un padre se niegue a administrar tratamientos a los niños.
Inconformes por esta resolución, las autoridades chihuahuenses llevaron así el caso a la SCJN donde se discute en las últimas horas y a contrarreloj porque la niña, quien ya recibió quimioterapia, no está recibiendo ninguna transfusión y su vida corre peligro.
La Red por los Derechos de la Infancia en México, una de las organizaciones con mayor impacto en las políticas públicas a favor de la infancia, recordó a los magistrados de la Corte Suprema que “ya existen instrumentos internacionales“ y “leyes nacionales“ que consideran a los menores como ciudadanos con plenos derechos, entre los cuales, el más importante es el derecho a la vida.
“En México tenemos un problema cultural de considerar a los hijos como propiedad de los padres y no es así“, observó Juan Martín Pérez, presidente de la Red.
El activista cuestionó el hecho de que, en el caso de la niña rarámuri, se extienda la fe de los padres a los hijos porque ni siquiera la ley de usos y costumbres de los pueblos originarios prohíbe las transfusiones.
“La corte suprema va a tener que escuchar con ayuda de los profesionales también a la niña y obtener la postura en el tema. Yo creo que en el corazón del debate y el reto legal es dejar bien claro que los niño son propiedad de los padres. O no“.