Editorial: Reacción extrema
El presidente Trump aprovecha el ataque en Nueva York para adelantar su agenda
Es muy difícil impedir que una persona sin antecedentes penales alquile una camioneta para atropellar gente sin importarle si muere en la acción. Este es el desafío que hoy presenta el terrorismo.
El ataque en Nueva York que dejó ocho muertos refleja la vulnerabilidad que existe ante el suicida que usa un instrumento común de la vida diaria para lograr sus propósitos.
Es poco lo que se puede hacer para prevenir este tipo de incidentes, más que la precaución general y la atención que puedan prestar, en este caso la comunidad musulmana, ante el extremismo de alguno de sus integrantes.
Mantener la normalidad es la respuesta adecuada a este tipo de hecho. El propósito del terrorismo es crear un temor que altere la rutina. Que el miedo obligue a reacciones impulsivas, drásticas y divisivas.
Los neoyorquinos dieron un ejemplo de lo adecuado al salir a la calle disfrazados tal como tenían planeado en la noche de Halloween. El ataque estremeció la ciudad, pero su gente desafió al terrorismo con su rutina.
No se puede decir lo mismo de la Casa Blanca.
El presidente Donald Trump aprovechó de inmediato para exprimir políticamente esta tragedia. La utilizó para promover sus posturas recalcitrantes sobre inmigración y para atacar a los demócratas.
El autor del ataque Sayfullo Saipov obtuvo su residencia hace siete años su residencia a través de la lotería de visa, creada para dar diversidad a la inmigración. Su conversión al islamismo extremista de ISIS se realizó estando en Estados Unidos a través de la internet.
La “examinación extrema” propuesta por Trump de los inmigrantes que llegan, no habría detenido a Saipov.
Este hecho no puede ser atribuido a un inmigrante que se radica con el fin de cometer un acto terrorista. No ocurrió en ninguno de los incidentes anteriores, pero la administración Trump actúa como si así fuera.
El Presidente también culpó de inmediato al senador Chuck Schumer por la existencia de la lotería de visas. En realidad, el demócrata fue uno de los autores de la reforma migratoria de 2013, que eliminaba ese programa. El liderazgo republicano de la Cámara Baja es responsable de que hoy exista es lotería por bloquear la reforma.
Por otra parte llama la atención la reacción rápida de Trump ante este incidente.
Es un contraste con el tiempo que se tomó para referirse a la marcha neonazi que terminó con un muerto. Y a su falta de acción sobre las armas de fuego cuando se mata 59 personas y más de 500 quedan heridos.
Mucho peor es que el presidente sabotee el sistema judicial diciendo que es una “burla que hace reír” y delire sobre lo “políticamente correcto” como si tuviera algo que ver con todo esto.
Los terroristas pueden sentirse satisfechos con la reacción visceral y divisiva del Presidente. Suerte que queda la gente para mostrar que no serán intimidados.