Sus compañeros le llaman monstruo, él sonríe por estar vivo
A pesar de los defectos físicos es importante no dejar que nos afecten.
Un chico valiente que lucha contra tumores enormes de tamaño de sandía en su cara que podrían ahogarlo hasta la muerte está desafiando a los matones que lo llaman ‘MONSTRUO’.
El pequeño Mateo de Jesús Márquez Juárez, cuatro, de Xalapa, Veracruz, en México, padece un linfangioma que causó la aparición de quistes letales en el mentón, el cuello y la cara.
Sus malformaciones fueron identificadas durante un ultrasonido de cinco meses. Los médicos aconsejaron a los padres, Arianna y Abelardo, de 32 y 39 años, abortar a su hijo porque “no sobreviviría”.
Milagrosamente, después del nacimiento, una sonda gástrica y un tubo de respiración lo ayudaron a mantenerse con vida y, desde entonces, ha desafiado al diganóstico médico, aunque sus quistes continúan creciendo.
Mateo intenta ignorar las miradas de los extraños y los comentarios de sus compañeros de colegio que lo llaman ‘monstruo’.
Ahora, después de dos operaciones y medicamentos para reducir los tumores, se ha conseguido que pasen del tamaño de una sandía al tamañao de una manzana. A pesar de todo su familia está recaudando fondos para que reciba tratamiento en el Cincinnati Children’s Hospital, EE. UU.
Se espera que puedan eliminar parte de la piel suelta que dejan las malformaciones, así como también encoger y drenar otros quistes para darle a Mateo una vida mejor.
Arianna Juárez Ramírez, la madre y maestra de preescolar, dijo a Cater News: “El médico diagnosticó y nos explicó la enfermedad de mi hijo en el ultrasound. Yo solo esperaba averiguar el sexo de mi bebé, pero lo que los médicos descubrieron fue una malformación congénita.
La madre admite sentirse impotente y desearía ser ella quien sufriera la enfermedad y no su hijo.
Los linfangiomas son causados por un defecto del sistema linfático que significa que pueden formarse malformaciones no malignas en cualquier parte del cuerpo.