¿Cuál es el secreto del éxito de “La Cumparsita”, la canción más famosa del tango que cumple 100 años?
Desde Londres hasta Estambul, por qué el llamado "tango de los tangos" despierta tanta pasión 100 años después de haber sido escrita
El “tango de los tangos” no lo escribió un músico en un rapto de inspiración.
“La Cumparsita” fue compuesta por un estudiante de arquitectura uruguayo de 20 años mientras se encontraba en cama enfermo.
Era 1917 y Gerardo Matos Rodríguez —”Becho” para los amigos— escribió el tango para interpretar en cafés montevideanos junto con otros otros compañeros para recaudar fondos estudiantiles.
Pero la canción no terminaría de popularizarse hasta años después, tras los arreglos musicales del argentino Roberto Firpo, la letra del también argentino Pascual Contursi y la voz del cantante de nacionalidad eternamente disputada Carlos Gardel.
- Escucha “La Cumparsita” por la Orquesta Matos Rodríguez y la versión cantada por Gardel*
Es esta versión rioplatense la que, 100 años después, es considerada el tango más famoso, el género musical que Unesco designó patrimonio inmaterial de la humanidad en 2009.
Al celebrarse este sábado en el estadio Centenario de Montevideo el 100° aniversario de “La Cumparsita” con un espectáculo que contará con 120 músicos en escena de Uruguay y Argentina, BBC Mundo habló con fanáticos del tango en otras partes del mundo para saber el porqué de su popularidad.
Estambul, Turquía
Murat Elmadağlı es el organizador del festival internacional anual TanGO TO Istanbul, cofundador de tres escuelas en Estambul y uno de los dueños del sitio online de productos tangueros Tangorium.
A sus 45 años, este turco lleva 15 bailando y diez enseñando tango, un hobby que logró convertir en profesión.
“No sé si lo sabes, pero después de Buenos Aires, Estambul tiene el mejor tango del mundo“, dice Elmadağlı sobre la ciudad que, según sus cálculos, aloja unas 40 milongas (eventos donde se baila tango) por semana.
En su opinión, el tango es el género más popular para bailar y “La Cumparsita” es tan famosa que hasta el día de hoy suena en todas las bodas turcas: “Incluso a la gente que no le gusta el tango, sí disfruta de esta canción”, afirma.
Sin embargo, dice no tener idea de por qué esta canción en particular tiene tanta llegada en el público turco, acotando: “Incluso es uruguaya y no argentina”.
Pero aventura que el padre fundador de la República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, era un conocido fanático de “La Cumparsita”. Tal es así que solían interpretar la canción en cada acto público y celebración a la que iba.
Copenhague, Dinamarca
No hay milonga danesa que se precie de tal que no termine con “La Cumparsita”, cuenta Jens Jacob Bierring, quien integra el comité de la Asociación de Tango de Copenhague, una institución con 20 años de trayectoria que organiza el festival de la ciudad.
De hecho, cada vez que este fanático del tango viaja, busca milongas locales. “La Cumparsita” se repite siempre al final y a veces también al principio.
Su música y su danza forman parte de “un lenguaje internacional”, dice.
“En Dinamarca hay mucha gente soltera o que vive sola. El tango es una forma de tener intimidad con alguien sin establecer una relación romántica”, cuenta Bierring, aventurando que este fenómeno es en verdad algo extendido en el mundo occidental.
Londres, Inglaterra
Él es argentino, ella es inglesa. David y Kim Benítez se conocieron bailando tango en Buenos Aires, pero desde hace diez años que llevan adelante su propia academia, Tango Movement.
“Cuando la gente escucha ‘La Cumparsita’, se le pone la piel de gallina”, cuenta David Benítez sobre su experiencia de gira por el mundo. Pero no puede definir por qué pasa esto con lo que él llama “el símbolo máximo del tango”.
“Musicalmente ‘La Cumparsita’ tiene muchos cambios. Es una canción que atrapa y conmueve, que llega al oído y se transmite al cuerpo y al alma”, dice.
Kim Benítez, por su parte, destaca que esta canción tiene “una melodía fuerte, pegadiza y reconocible de forma instantánea”.
Si bien reconoce que al inglés no le gusta mucho la intimidad, destaca que el tango es como un paréntesis cultural, “una forma segura de conseguir esa conexión única”.
Y si abrazar a alguien por un minuto tiene efectos terapéuticos comprobados, dice ella, “imagina entonces hacerlo por 4 minutos o 10, si bailas varios tangos seguidos”.
En este sentido, continúa, “La Cumparsita” reúne “muchas emociones diferentes en una sola pieza musical, lo cual es muy disfrutable para quien la baila y la interpreta: drama, sensualidad, melancolía, nostalgia y el carácter juguetón”.
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