La retórica de Trump contra Corea del Norte hace temer un ataque nuclear

Los partidarios de Trump no toman en serio su retórica, pero los expertos temen reacción de Corea del Norte

WASHINGTON— El presidente Donald Trump se describió este sábado como un “genio muy estable”, pero su retórica sobre el tamaño y potencia de su “botón nuclear” demuestra poco juicio y aumenta el riesgo de un ataque nuclear de Corea del Norte, según sus detractores.

Trump usa “Twitter” para evadir el filtro de la prensa y, al comenzar el 2018, contestó impulsivamente a las provocaciones del presidente norcoreano, Kim Jong Un, quien dijo la víspera que tenía listo un “botón nuclear” en su escritorio.

“Que alguien de su menguado y hambriento régimen por favor le informe que yo también tengo un Botón Nuclear, pero mucho más grande y más poderoso que el suyo, y mi Botón funciona!”,  respondió Trump.

La Casa Blanca insiste en que el mandatario sabe que no existe un “botón”, sino un complejo protocolo para la aprobación de un ataque nuclear.

Según la portavoz presidencial, Sarah Sanders,  a la opinión pública debería preocuparle la aptitud mental de Kim Jong Un, quien ha realizado numerosas pruebas nucleares durante años. Su última prueba con misiles intercontinentales fue en noviembre pasado.

Pero Sanders no ha logrado aplacar las voces, dentro y fuera del Congreso, que cuestionan la salud mental de Trump y su aptitud como presidente.

Trump afirmó hoy, también en Twitter, que es un “genio muy estable”, y puso como prueba una exitosa carrera en los negocios y la televisión, y el hecho de que ganó la nominación presidencial y las elecciones de 2016 contra su rival demócrata, Hillary Clinton.

Posteriormente, Trump ofreció una breve rueda de prensa en Camp David (Maryland), donde analiza a puerta cerrada las estrategias y prioridades legislativas con líderes republicanos, para nuevamente despejar dudas sobre su equilibrio mental.

Según Trump, es un “genio”  porque asistió a las mejores universidades, hizo “miles de millones de dólares”, y tuvo “un tremendo éxito”.

También afirmó que está dispuesto a dialogar con Kim Jong Un, pero con “precondiciones”.

EEUU siempre ha intentado frenar las ambiciones nucleares del régimen de Pyongyang, que insiste en que su programa nuclear tiene motivos pacíficos y de disuasión.

Según datos de inteligencia,  Corea del Norte posee entre 25 y 60 armas nucleares, en comparación con las 6,800 cabezas nucleares de EEUU.

Como una barrera de toros

Líderes de la oposición, y expertos en diplomacia internacional, han advertido de que  la retórica de Trump podría provocar una escalada de tensiones con Corea del Norte, y revertir el progreso en la lucha contra la carrera armamentista.

Es que, según sugieren esas críticas, Trump ha entrado a la barrera de toros ondeando una capa roja, con impredecibles consecuencias.

El legislador demócrata por California, Ted Lieu, calificó el tuit de Trump como “altamente estúpido”, porque está amenazando a un líder que la propia Casa Blanca ve como inestable.

Eso alimenta la “paranoia” del régimen norcoreano, siempre alerta a un posible ataque de EEUU, y aumenta el riesgo de que Jong Un haga un mal cálculo político y lance un ataque nuclear, advirtió Lieu.

Lieu y su colega demócrata en el Senado, Ed Markey, copatrocinan un proyecto de ley que impida que Trump lance un ataque nuclear preventivo sin permiso del Congreso.

Markey dijo en Twitter que el poder de decisión sobre un ataque nuclear no debe quedar en manos de una sola persona.

La senadora demócrata, Tammy Duckworth se burló de que Trump carece de experiencia militar, y afirmó que en vez de preocuparse “sobre el tamaño relativo de su botón nuclear”, debería hacerlo por los 35,000 soldados estadounidenses en Corea del Sur que correrían peligro si Pyongyang ataca.

En declaraciones a este diario,  Harry J. Kazianis, director de Estudios de Defensa del Centro para el Interés Nacional (antes el Centro Nixon) y de la “Revista Interés Nacional” , señaló que los mensajes de Trump “no son parte de una estrategia sino reacciones impulsivas según los sucesos, tal como lo hacía como ciudadano privado”.

“Debemos fijarnos en lo que  Trump hace y no lo que tuitea. No hay manera de que un presidente pueda formular política exterior en 280 caracteres; debemos fijarnos en sus acciones y posturas políticas oficiales en discursos y declaraciones, no sus hábitos en las redes sociales, pensados para dominar el ciclo de noticias o dirigirse a su base”, aconsejó Kazianis.

Por otra parte, Kazianis mostró pesimismo sobre las opciones limitadas para contener al régimen de Pyongyang, que “ha decidido matar de hambre a su población de 25 millones para desarrollar armas nucleares, y misiles para lanzarlas a miles de kilómetros de distancia”.

“Nuestra mejor esperanza es usar una combinación de sanciones, presión diplomática con ofertas de pláticas para que Corea del Norte llegue a la mesa de negociaciones“, dijo Kazianis, convencido de que, pasadas las olimpiadas en Corea del Sur,  el regimen reanudará en algún momento sus pruebas nucleares, para incluso mostrar que pueden alcanzar a EEUU.

En ese momento, la Administración Trump tendrá que decidir si aceptará o no a una Corea del Norte con armas nucleares y “cómo contenerla”,  tomando en cuenta que otras naciones con distintos intereses a los de EEUU,  incluidas Rusia y China, también las tienen, argumentó Kazianis.

La lluvia de críticas a Trump también provino de expertos como el republicano Peter Wehner, del Centro de Etica y Política Pública de Washington, preocupado por la inestabilidad “psicológica, emocional y cognitiva” del mandatario.

Otros expertos en seguridad nacional, entre éstos Eliot Cohen y Robert Reich, calificaron a Trump como un niño “berrinchudo” y un “loco”, respectivamente.

Robert Einhorn, experto en control de armas nucleares de la Institución Brookings, dijo a la revista “Newsweek” que la retórica Trump es “un revés para la reputación de EEUU y su habilidosa diplomacia”.

El líder norcoreano, igual de obstinado, podría no vacilar en usar su arsenal nuclear si cree que EEUU amenaza a su régimen, y decide que Pyongyang “no tiene nada que perder al lanzar el primer ataque”, explicó.

Tanto la base de Trump como sus asesores, sin embargo, han desvirtuado las críticas sobre el “botón nuclear”, achacando el comentario a que “así es Trump”.

Pero expertos y activistas como Beatrice Fihn, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2017 por su campaña contra la proliferación nuclear, esperan que ahora que Trump presume de ser “genio”, lo demuestre con una aguda estrategia política y diplomática.

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