Lo que se sabe de los tres italianos desaparecidos en Jalisco, México
La fiscalia afirma que uno de los extranjeros tiene antecedentes penales, mientras familiares de los desaparecidos piden localizarlos
MÉXICO – Mientras familiares de los tres italianos desaparecidos en Jalisco anuncian que abandonarán México por temor, la fiscalía estatal afirma que uno de los extranjeros no localizados tiene antecedentes penales.
Uno de los tres italianos desaparecidos en México desde el 31 de enero fue detenido hace tres años en el estado de Campeche, sureste del país, informó el fiscal general del estado de Jalisco, Raúl Sánchez.
“Uno de ellos, al menos el mayor de 60 años, había sido detenido con anterioridad en el estado de Campeche”, dijo el fiscal sobre Raffaele Russo, actualmente desaparecido junto a su hijo Antonio y su sobrino Vincenzo Cimmino, de 25 y 29 años.
Russo, Antonio y Vincenzo fueron vistos por última vez el 31 de enero en Tecalitlán y al día siguiente sus familiares presentaron una denuncia por desaparición ante la Fiscalía General del estado.
El fiscal, que se reservó detalles sobre la previa detención de Russo, dijo que tras reunirse con la Embajada de Italia en México, confirmaron que estaban en México para hacer negocios y no como turistas como se señaló en la denuncia por su desaparición.
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“Ellos se dedicaban a vender plantas de luz, de soldadura y diferentes herramientas que vendían como originales de marcas de reconocido prestigio, pero alteradas, al parecer chinas”, explicó el funcionario.
Confirmó que los italianos llegaron al municipio de Ciudad Guzmán, cercano a Tecalitlán, días antes de su desaparición en dos camionetas blancas con matrícula del central Estado de México, que tampoco han sido localizadas.
El Fiscal informó que fuerzas estatales asumirán la seguridad en Tecatitlán en el marco de la investigación por la desaparición de los tres italianos a fin de descartar la posible infiltración del crimen organizado.
Señaló que también se investiga la relación que pueden tener los Russo con un italiano no identificado que fue detenido hoy en el estado mexicano de Guanajuato por usar facturas falsas en la venta de plantas generadoras de electricidad.
Sostuvo que todavía no se puede “descartar ni afirmar” si la desaparición de los italianos se relaciona con el crimen organizado que opera en el sur de Jalisco, zona donde se ha decomisado droga y desmantelado varios laboratorios clandestinos en los últimos meses.
Los familiares de los italianos declararon que la última vez que se comunicaron con ellos fue a través de mensajes de voz en los que les advertían que habían sido detenidos y que fueron rodeados por policías de Tecalitlán.
La dependencia informó que la búsqueda se ha extendido a los vecinos estados de Michoacán y Colima, y también que la Interpol en Italia ha emitido una ficha amarilla por la desaparición de los italianos“.
Un familiar de los italianos desaparecidos anunció que pronto dejarán México, aunque
“Solo espero que tengan un poco de corazón y nos regresen a nuestros familiares porque estamos desesperados”, dijo el familiar a Sin Embargo.
Dijo lamentar que sus familiares sean criminalizados y relacionados con actividades ilícitas, cuando ellos solamente se dedican al comercio.
“El mundo entero sabe que son vendedores ambulantes simples, buenas personas, y ni siquiera tenemos un auto, ¿cómo podemos ser criminales?”, comentó al medio mexicano.
En ese sentido, habló también Silvana Esposito, esposa de Raffaele Russo, que asegura que son comerciantes ambulantes, que no aparentan riquezas ni lujos en su departamento ubicado en un multifamiliar de Napolés, Italia.
Los Russo suelen viajar entre Europa y América vendiendo ropa de importación, electrodomésticos y otros productos, comentó
“Aquí muchas familias se dedican a esto porque en Nápoles no existen muchas posibilidades laborales”, dice al diario Reforma Esposito,
De hecho, Raffaele ya había viajado a México el verano pasado para explorar la venta de generadores eléctricos chinos.
Antonio Russo y Vicenzo Cimmino, los otros dos desaparecidos, habían llegado a tierras mexicanas sólo unos días antes de aquel 31 de enero.
“Les pido al pueblo y al Gobierno de México que me ayuden. Este dolor no se lo deseo a nadie”, clamó Silvana.
La madre de Antonio ya no logra hablar mucho.
“Me siento mal. Tengo mucho miedo desde hace 20 días, ya no logro dormir. Los primeros días esperamos en silencio con la esperanza que alguien nos pidiera el pago de algún rescate, pero después tuvimos que pedir ayuda”, no dice.
La mesa de la cocina de los Russo tiene varios teléfonos celulares con fotos, mensajes, noticias, pedidos de ayuda a través de las redes sociales.
Con información de Agencias