En redes, las mentiras viajan seis veces más rápido que la verdad
Según un nuevo estudio, la información falsa llega 35% a más personas que las noticias verdaderas
La información falsa en las redes sociales viaja seis veces más rápido que la verdad y llega a mucha más gente, concluyó un nuevo estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Los investigadores observaron más de 126 mil historias compartidas millones de veces por Twitter entre 2006 y finales de 2016, incluyendo la combativa campaña presidencial estadounidense.
Descubrieron que las “noticias falsas” corrieron por Twitter “más lejos, más rápido, más profundo y más ampliamente que la verdad en todas las categorías de información”, según el estudio publicado en la revista Science esta semana.
“No importa cómo lo cortes, la falsedad gana”, comentó la coautora Deb Roy, que dirige el Laboratorio de Máquinas Sociales del MIT y fue jefa de medios de comunicación en Twitter, compañía que financió el estudio de manera independiente, según los investigadores.
Los científicos calcularon que una historia falsa promedio demora alrededor de 10 horas para llegar a 1,500 usuarios de Twitter, frente a aproximadamente 60 horas que eso mismo le toma a la verdad. En promedio, la información falsa llega 35% a más personas que las noticias verdaderas.
Mientras las noticias verdaderas nunca fueron reenviadas a mil personas, apenas 1% de las historias falsas llegaron a 100 mil usuarios.
Y cuando los investigadores observaron cómo las historias se multiplican en cascada, cómo se vinculan de una persona a otra como un árbol genealógico, la información falsa llegó hasta 24 generaciones, mientras que la información verdadera alcanzó máximo a una docena.
La preocupación por las historias falsas en línea se ha intensificado en los últimos meses debido a la evidencia de que los rusos difundieron la desinformación en las redes sociales durante la campaña presidencial de 2016, supuestamente para afectar a la candidata Hillary Clinton.
Las empresas de medios sociales han intentado el uso de algoritmos informáticos y verificadores de datos humanos para tratar de eliminar información falsa y abusos en línea. Twitter a principios de este mes dijo que está buscando ayuda de expertos externos para lidiar mejor con el problema. Y Facebook anunció esta semana una sociedad con la agencia The Associated Press para identificar y desmitificar historias falsas y engañosas sobre las elecciones parlamentarias del próximo 6 de noviembre.
“Hemos sido testigos de abusos, hostigamiento, ejércitos de trols, manipulación mediante bots (cuentas automatizadas) y coordinación humana, campañas de desinformación y cámaras de eco cada vez más divisivas”, afirmó el cofundador y presidente de Twitter, Jack Dorsey. “No estamos orgullosos de cómo las personas han aprovechado nuestro servicio o nuestra incapacidad para abordarlo lo suficientemente rápido”.
El estudio del MIT tomó 126,285 historias y las comparó con seis sitios independientes de comprobación de hechos: snopes.com, politifact.com, factcheck.org, truthorfiction.com, hoax-slayer.com y urbanlegends.about.com, para clasificarlas como verdaderas, falsas o mixtas. Casi dos tercios eran falsas, algo menos de una quinta parte eran verdaderas y el resto eran mixtas.
David Lazer, un científico político e informático de la Northeastern University que no formó parte del estudio pero escribió un informe acompañante, encontró que alrededor del 80% de las historias falsas provienen de sólo una décima parte del 1% de los usuarios.
Los investigadores profundizaron para descubrir qué tipo de información falsa viaja más rápido y más lejos. La conclusión fue que las historias políticas basadas en mentiras, las sorprendentes y las que provocan ira se propagaron más rápido que otros tipos de falacias.
“La falsedad fue significativamente más novedosa que la verdad”, dijo Sinan Aral, coautor del estudio del MIT. “Es fácil ser novedoso cuando inventas cosas”.
Eso encaja perfectamente con investigaciones previas sobre la psicología de la información falsa, dijeron Dan Kahan, de la Universidad de Yale, y Brendan Nyhan, de Dartmouth College, científicos que estudian el fenómeno.
“Cuanto más extraña y sensacional es la historia, más probable es que retuiteen”, dijo Kahan.
Nyhan y Lazer coinciden en que si bien puede ser útil contar con más información y educación sobre cómo distinguir lo falso de lo real, la solución más efectiva tendrá que venir de las propias plataformas de redes sociales.
Ya lo dijo Jonathan Swift en 1710, una mentira puede viajar por la mitad del mundo antes de que la verdad pueda ponerse las botas o pantalones.