¿Por qué la industria agrícola no defiende a los trabajadores indocumentados que tanto depende?
"La inmigración legal sólo satisface el 4 % de las necesidades de la agricultura"
La unión hace la fuerza, este es el llamado de dirigentes agricolas en distintos sectores del país que llaman a cerrar filas por sus trabajadores inmigrantes.
El último en alzar la voz es un dirigente agrícola de Colorado que instó este miércoles a los granjeros del estado en nombre de varias organizaciones a apoyar una reforma migratoria integral y “defender” de manera “resonante” a los trabajadores indocumentados, a quienes considera un elemento “crucial” para la supervivencia del sector.
“Los inmigrantes que trabajan en agricultura son casi todos ellos trabajadores dedicados que aprenden rápidamente y que hacen lo que se necesite hacer para completar el trabajo. Y están contentos de tener un trabajo”, afirma George Wallace en un escrito difundido hoy en periódicos en zonas rurales de Colorado.
“Si tú vives en el campo, ¿no deberías tener el deseo de defender y pelear por aquellos trabajadores que necesitas para trabajar tu tierra? Digámosle al mundo que necesitamos trabajadores inmigrantes en nuestros lugares y en nuestras plantas de procesamiento si es queremos sobrevivir”, agregó.
Aún más, dijo Wallace, “ya pasó la época de jugar a los vaqueros”.
Los granjeros y rancheros deben “hacer lo que es correcto, aunque ese signifique aceptar el estigma conectado con defender visible y resonantemente a personas como Paco y Lupe”, dos inmigrantes que, según Wallace, trabajan “en un lugar de Colorado que prefiero no identificar”.
Un informe del Pew Research Center calculaba en 2016 que unos 140,000 inmigrantes hispanos trabajaban en el campo e Colorado, pero la Universidad Estatal de Colorado en Fort Collins redujo ese número a 125,000 en un estudio publicado recientemente.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos estima que por lo menos la mitad de esos trabajadores serían indocumentados.
Según Wallace, resulta “casi imposible” gestionar la presencia legal de trabajadores agrícolas extranjeros, debido al tiempo y al costo que se necesitan para obtener las visas H-2A y debido a nuevas restricciones impuestas a esas visas.
Por eso, dijo, “la inmigración legal sólo satisface el 4 % de las necesidades de la agricultura”.
En Colorado, organizaciones con diversas perspectivas políticas, como el Buró de Granjeros, la Unión de Granjeros, la Asociación de Rancheros de Colorado y el Consejo Asesor de Agricultura se han expresado recientemente a favor de una reforma inmigratoria amplia.
Pero los granjeros aún permanecen “sorprendentemente tímidos” en su defensa de los trabajadores con los que cuentan, dice Wallace.
La defensa debe incluir mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, para evitar situaciones como las de Paco que trabaja en un tractor por la noche con su hijo de 3 años durmiendo sobre sus piernas, porque su esposa Lupe está a esa hora limpiando oficinas en una ciudad cercana.
“Ellos hacen el trabajo que nosotros no queremos hacer y que nuestros hijos tampoco quieren hacer. No son pandilleros aterradores o violentos como dijo el presidente Donald Trump”, sostuvo Wallace.
Por eso, instó a los granjeros a respaldar a las organizaciones mencionadas para obtener “una reforma inmigratoria que les permita a los trabajadores trabajar para nosotros legalmente y con dignidad”.