Demián Bichir: “No soy religioso, pero creo en una energía que imagino es lo que llamamos Dios”

El actor mexicano protagoniza la nueva película de terror del universo de "The Conjuring" junto a Taissa Farmiga

Demián Bichir es el Padre Burke en 'The Nun'.

Demián Bichir es el Padre Burke en 'The Nun'. Crédito: Warner Bros. Entertainment Inc

Demián Bichir no disfruta las películas de terror. “No me gusta pagar para pasar miedo. Soy un niño”, explica. Pero este jueves 7 de septiembre lo podremos ver en “The Nun” (“La Monja”), film del universo de “The Conjuring” en el que interpreta al Padre Burke, un sacerdote experto en exorcismos que es enviado por el Vaticano a Rumanía junto a la novicia Hermana Irene (Taissa Farmiga) para investigar la muerte de una joven monja en condiciones extrañas. Allí pronto se darán cuenta de que enfrentan a un espíritu demoníaco mucho más poderoso de lo que podían imaginar.

Pudimos hablar con el actor mexicano de 55 años pocos días antes del estreno de “The Nun”.

Pregunta: Haces de padre en la película. ¿Eres religioso?
Demián Bichir: No creo ser religioso per se. Pero me educaron en el catolicismo. Aprendí muchas cosas de mi abuela, con la que solía ir a la iglesia. Yo era muy trasto y ella me enseñó cómo arrodillarme, como rezar… Era un lugar interesante, pero no continué con eso. Creo en una energía mayor, más alta, que me imagino es lo que llamamos “Dios” y que nos mueve a todos.

P.: ¿Crees en las experiencias sobre naturales?
D.B.: Yo sólo creo en las cosas que son tangibles, que se pueden analizar y de las que hay prueba científica. Pero creo en la energía, y hay energía de la gente que vivió en un lugar antes que nosotros. Y lo sientes. Lo sentimos cuando fuimos a Rumanía a filmar esta película, porque ésas eran las localizaciones reales. Cuando grabamos en este castillo fantástico en el que Bram Stoker se inspiró para escribir Drácula y crear esta increíble figura icónica, tú lo sientes. Cuando estás allí, tú sientes esa energía. Algo pasó alí, alguna gente estuvo allí.

Yo crecí en Tlatelolco, un centro ceremonial muy importante con una energía muy fuerte. Hemos tenido algunos eventos muy fuertes allí, desde antes de que los españoles llegaran a México hasta 1968, con la matanza de los estudiantes en esa misma plaza donde está la iglesia. Y luego por supuesto el terremoto de 1985. Esa energía está allí.

P.: ¿Cómo te preparaste para el papel del Padre Burke?
D.B.: Yo ya había interpretado a un sacerdote antes, al padre de la Independencia mexicana. Ambos son jesuitas, así que la preparación es similar. Esta gente está muy preparada y son muy progresistas en su forma de ver la religión. Ése es el padre Burke. Traje todo eso pero también tuve que explorar un territorio del que no soy gran fan y ver exorcismos, no solo reales, sino también los que han salido en otras películas. También fue importante conectar el personaje conmigo, ver qué teníamos en común el padre Burke y yo. Eso me ayudó mucho.

P.: La película transcurre en 1952 y el vestuario es muy peculiar. ¿Qué tan importante es para entender y crear el personaje?
D.B.: Cuando tú estás construyendo un personaje empiezas de afuera a dentro, con sus movimientos, sus pensamientos… y luego lo sacas de ti y empiezas a traer todos estos elementos extra. Uno de ello es el vestuario, sin duda. Otro es la utilería. Es un proceso que a veces toma más tiempo del que la gente cree. A veces elegir las gafas adecuadas toma muchas pruebas. Y entonces, en cuanto te ponen los zapatos, empiezas a sentir “oh, ok, esto empieza a sentirse bien, correcto”. Y entonces viene el traje apropiado, el sombrero… Hay cosas que la audiencia no ve, que van por debajo, como un tipo específico de ropa interior. Todo eso ayuda a interpretar al personaje. Nosotros tuvimos mucha suerte porque tuvimos el mejor equipo en cada departamento. El diseño de producción fue fantástico. Y los escenarios reales ayudaron también.

P.: ¿Cuál fue la escena más difícil?
D.B.: Para mí hubo muchas. Probablemente la más exigente físicamente fue una en la que estamos en el agua. Fue muy complicada técnicamente, estuvimos muchas horas con arneses, cables… varios días.

P.: ¿Fue difícil rodar la escena del ataúd?
D.B.: Jaja. Eso no es nada, soy el padre Burke [bromea con voz grave]. Me hice pipí en los pantalones. Es una de esas escenas que cuando la ves en el guion piensas: “Espero que sea un efecto y que no tenga que estar realmente enterrado en la tierra, que vaya a ser fácil entrar y salir”. Y sí, era fácil pero espeluznante y muy muy fuerte. No tengo problemas con los espacios pequeños, pero ésa es una de las mayores pesadillas de cualquiera: ser enterrado vivo. ¿Cuánto tiempo tardarías? Es una muerte lenta, my dolorosa. Creo que morirías de un ataque al corazón antes que de asfixia. Así que yo quería que fuera una operación “in and out”, y claro, tuvimos que grabarla tres veces en tres localizaciones diferentes, en dos países diferentes. Y meterse en ese espacio pequeño no era fácil, te podías romper la crisma. Así que estoy contento de que parezca terrorífico, porque lo fue.

P.: ¿Con qué te quedas de la película?
D.M.: Sabemos que hay un gran ejército de fans esperando por esta película. Estoy seguro de que están deseosos de encontrar los momentos de terror, pero también espero que vean esa fe que puede mover montañas y derrotar a cualquier tipo de demonio.

Bonnie Aarons (detrás) y Taissa Farmiga. / Foto: Warner Bros.
Bonnie Aarons (detrás) y Taissa Farmiga. / Foto: Warner Bros.

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