Activistas sindicalistas urgen un mejor tratado comercial para los trabajadores latinos en EEUU

El nuevo tratado, exigido por Trump para proteger a los trabajadores en EEUU, suma escépticos entre sindicatos y legisladores demócratas

Líderes sindicalistas y defensores de los consumidores exigen mejoras al nuevo NAFTA. Foto: María Peña/impremedia

Líderes sindicalistas y defensores de los consumidores exigen mejoras al nuevo NAFTA. Foto: María Peña/impremedia  Crédito: María Peña/Impremedia

WASHINGTON — El presidente Donald Trump prometió un mejor acuerdo comercial entre EEUU, México y Canadá, pero el firmado la semana pasada no frenará la fuga de empleos ni la depresión de salarios y requiere cambios que beneficien a los latinos, dijeron este martes líderes  sindicalistas y de defensa de los consumidores.

Trump ganó la presidencia en 2016 con promesas de reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte de 1994 (TLCAN, o NAFTA en inglés), al que calificó como “el peor acuerdo comercial” jamás pactado por Estados Unidos.

El nuevo acuerdo suscrito el viernes pasado en Buenos Aires (Argentina) necesitará la ratificación del Congreso el próximo año, pero desde ya afronta el escepticismo de líderes demócratas y algunos republicanos, así como de sindicatos en todo el país.  

Aunque se estrenó como el “Acuerdo EEUU, México, Canadá” (USMCA, en inglés) o “T-MEC”, en México, el pacto actualiza el de 1994, con cambios para la industria automotriz –sobre todo respecto a las “reglas de origen” para la fabricación de vehículos-, nuevas normas laborales y ambientales, y protecciones para la propiedad intelectual.

Sin embargo, durante una rueda de prensa en Washington, la presidenta del Concejo Laboral para el Avance Latinoamericano (LCLAA, en inglés), Yanira Merino, afirmó que el nuevo acuerdo apenas hace algunas mejoras y debe pulirse para generar “trabajos dignos” en ambos países.

Acompañada de líderes sindicalistas, Lori Wallach, directora del proyecto “Global Trade Watch” de “Public Citizen”, consideró “crítico” que se logre un acuerdo que corrija los errores de NAFTA que “siguen afectado a la gente en EEUU y México a diario”.

Líderes sindicalistas y defensores de los consumidores exigen mejoras al nuevo NAFTA. Foto: María Peña/impremedia

Sin las debidas correcciones, el texto del nuevo USMCA no elevará los salarios, ni frenará la fuga de empleos o fomentará la protección ambiental,  y subirá los precios de los medicinas, advirtió Wallach.

Los activistas reconocieron que varios demócratas se oponen al nuevo texto, pero no precisaron qué estrategias de presión usarán ante el Legislativo para lograr los cambios.

Un análisis divulgado conjuntamente por ambos grupos indicó que el nuevo tratado “requiere más trabajo, especialmente para asegurar el cumplimiento rápido y preciso de las normas laborales y ambientales”.

El documento critica que el nuevo pacto deja en pie los reglamentos que permiten una “exención” para el uso de productos hechos en EEUU en el proceso de licitación de contratos, salvo en el caso de contractos con la Administración para la Seguridad en el Transporte (TSA).

Los activistas divulgaron además un segundo informe en el que detallaron la pérdida de casi un millón de empleos bajo el viejo NAFTA y los daños del pacto a los trabajadores en la región.

El líder sindicalista, Guillermo Pérez, dijo que el NAFTA ha sido “horrible” para trabajadores en EEUU y México. Foto: María Peña/Impremedia

“El impacto ha sido horrible para la clase trabajadora de EEUU y en Mexico… los latinos hemos sido afectados; tenemos mucho que hacer para mejorar la situación” en ambos países, dijo Guillermo Pérez, activista del sindicato de la industria siderúrgica “United Steelworkers”.

Inseguridad económica para los latinos

Los trabajadores latinos sufrieron un estancamiento de salarios y estuvieron desproporcionadamente representados en las industrias más golpeadas por la fuga de empleos al exterior.

Así, durante el reinado del primer NAFTA, los hispanos perdieron 138,000 empleos en los sectores de textiles y manufactura de ropa, y otros 123,000 en el sector de electrónicos, indicó ese informe.

El documento destacó que 15 estados donde se concentra el 85% de los latinos conforman el 46% de los empleos eliminados bajo el NAFTA y certificados por el gobierno a través del “Acta de Ajuste Comercial” (TAA), es decir 440,000 empleos de un total de más de 950,000 entre 1994 y junio de 2018.

California y Texas encabezan la lista de los estados que más empleos han perdido bajo NAFTA, con 200,000 y más de 190,000, respectivamente, durante ese período.

El documento incluyó la historia de Margarita Jiménez, quien trabajó durante 30 años en diversas fábricas en El Paso (Texas), incluyendo una que confeccionaba pantalones “Levi´s”. Pero ella y más de 30,000 empleados adicionales perdieron sus empleos bajo NAFTA.

Mientras se le acumulan las facturas, Jiménez enfrenta un futuro incierto al no poderse jubilar todavía ni poder encontrar con facilidad otro empleo por su edad.

Aunque considera que consiguió su “Sueño Americano”, Jiménez enfatizó que la situación laboral en la frontera “está mal”, en parte por el NAFTA.

Pérdidas para México también

En el caso de México, continuó el informe, el incremento en las inversiones y el comercio con EEUU no se tradujeron a un incremento salarial para los trabajadores. De hecho, el ingreso anual per cápita creció en menos del 2% en los primeros siete años del NAFTA, y menos del uno por ciento desde entonces.

Además, el promedio anual en los salarios ha bajado en México, pese a las promesas de que el tratado comercial mejoraría los salarios y el estándar de vida en ese país. En la actualidad, los promedios salariales anuales han sufrido un descenso del 2%, mientras que el salario mínimo bajó un 14%, en comparación con el nivel antes de que entrara en vigor el NAFTA.

Al diezmar el campo mexicano y provocar el desplazamiento de millones de trabajadores, el NAFTA, paradójicamente, provocó la emigración ilegal hacia EEUU, dijo Dora Cervantes, secretaria general y tesorera de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales.

Entre 1993, un año antes del NAFTA, hasta 2000, la inmigración anual desde México aumentó de 370,000 a 770,000, respectivamente. El número total de mexicanos indocumentados subió de 2,9 millones en 1995, a 4,5 millones 2000, y a 6,9 millones en 2007.

“Tenemos una adicción a la mano de obra barata, tenemos una adicción a la mano de obra explotable; debemos de dejar esa hipocresía nacional de culpar a los inmigrantes y a nuestros vecinos… el tratado de libre comercio es un ejemplo de estas políticas que han empujado, han sacado a la gente de sus comunidades en México y Centroamérica, y debemos tomar responsabilidad por estos temas como mejores tratados”, dijo Héctor Sánchez, director ejecutivo de LCLAA.

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