Escuchar voces, ¿es sinónimo de locura?
En algunas culturas se trata de señales divinas, mensajes de los dioses que llegan a la cabeza de una determinada persona. En otras, es síntoma de un trastorno mental grave. A veces, son solo amigos invisibles que se diluyen con la adultez, y otras, enemigos que parecen el eco de nuestra conciencia.
Escuchar voces es una experiencia compleja, diferente dependiendo del entorno. A este fenómeno se lo conoce en el campo de la psiquiatría como alucinación auditiva, pero, contrario a lo que cree el imaginario popular, que la relaciona con la locura, no siempre está vinculada a una enfermedad mental.
Un análisis de distintos estudios sobre alucinaciones auditivas de la Mental Health Foundation destierra algunos mitos. Revela que:
- Es cierto que el escuchar voces es uno de los síntomas de trastornos mentales severos como la psicosis o la esquizofrenia.
- Pero lo curioso es que solo el 25% de las personas que escuchan voces tienen un trastorno psicótico.
- Y un gran número de personas saludables también las experimentan.
- El 75% de los niños que dicen escuchar voces, reportan que esas voces se diluyen al llegar a la adolescencia. Si persisten, puede ser señal de que hay una afección mental subyacente.
Otros hallazgos interesantes de este análisis:
- Gran parte de las personas que escuchan voces no lo dicen por miedo al estigma asociado a este síntoma. Temen que piensen que están “locas”.
- Un episodio traumático como un abuso físico, o la pérdida de un ser querido, puede disparar este tipo de alucinaciones.
- De hecho, en un estudio, el 70% de las personas dijeron que habían comenzado a escuchar voces luego de vivir una tragedia o un evento fuertemente emocional.
Al parecer, muchas personas se llevan bien con sus voces “extra” y pueden manejarlas sin la intervención de un terapeuta. Y algunas hasta dicen que es algo positivo en sus vidas.
Un estudio de 2015 de la Universidad de Harvard concluyó que el 5% de la población general experimenta alucinaciones auditivas en algún momento en sus vidas, explica en una columna el psicólogo Jonathan Foiles, quien trabaja en una clínica comunitaria de salud mental en Chicago.
El neurólogo Oliver Sacks, cuyo libro Despertares (Awakenings) inspiró la película de 1990 con Robert de Niro y Robin Williams, decía que “muchas culturas consideran que las alucinaciones auditivas, como a los sueños, son un estado privilegiado de conciencia, estado que de hecho algunos buscan a través, por ejemplo, de la meditación o el aislamiento”.
La antropóloga y profesora de la Universidad de Stanford, Tanya Luhrman, investigó el fenómeno de las alucinaciones auditivas en los Estados Unidos, África y Asia. Y comprobó que, si bien la experiencia en sí es similar en distintos continentes, la reacción de la persona que la vive y de su entorno es muy distinta.
Luhrman dijo que, en Accra, Ghana, y en Chennai, India, las regiones en donde se hicieron análisis, los que escuchan voces viven la experiencia como algo positivo. En muchos casos espiritual y divertida. Por el contrario, en San Mateo, California, los entrevistados dijeron que las vivían como algo dañino y amenazante. Una experiencia para esconder por miedo al estigma y a la discriminación.
Los encuestados en Accra y Ghana definieron a estas voces externas como “relaciones”, y no como algo que violentaba sus mentes.
Por supuesto, las distintas interpretaciones hacen que las intervenciones terapéuticas sean diferentes.
Cuando la voz es tu personaje favorito
En 2014, el periódico inglés The Guardian hizo una alianza con la Universidad Durham, que lleva adelante un gran proyecto que analiza estas alucinaciones llamado Hearing the Voice, y entrevistó a 1,500 lectores fervientes durante la feria del libro en Edimburgo.
Los lectores respondieron a preguntas sobre sus experiencias al leer libros que los apasionaban. Y muchos reportaron escuchar las voces de sus personajes favoritos aún después de haber terminado la novela. Al parecer, Hermione Granger, la niña maga de la saga de Harry Potter interpretada por la actriz Emma Watson era una de las voces que “aparecía” con frecuencia en las mentes de estos lectores.
Este estudio de Durham, que todavía está en marcha, revela que una quinta parte de los lectores experimenta este tipo de alucinaciones. También observó que muchos de los lectores que dijeron escuchar esas voces internas también solían hablar consigo mismos (otro signo erróneamente vinculado a la locura). Charles Fernyhough, director del proyecto, asegura que “lo que se creía que siempre era síntoma de un trastorno mental, ahora se sabe que es más común y que le puede suceder a cualquier persona”.
Para este proyecto, los investigadores hacen preguntas sobre voces de seres queridos muertos, las voces que escuchan los niños, y sobre los que oyen la voz de Dios.